Espectros (Teatro)

Lo que se sufre y siente

De Henrik Ibsen. Con Ingrid Pelicori, Walter Quiroz, Marcelo Bucossi, Horacio Acosta, e Iride Mockert, Cantantes: Joaquin Soffredini. Vestuario y escenografía: Nicolás Nanni. Iluminación: Pedro Zambrelli. Asistencia general: Tony Chavez y María José Urlezaga, Asistente de producción: Tatiana D’Agate. Producción ejecutiva: Ana Ortiz, Producción: Pablo Silva. Dirección: Mariano Dossena.
Centro Cultural De La Cooperación. Corrientes 1543. Viernes y sábado, 23 hs.
Un laberinto de tensiones que implosionan conforman “Espectros”, donde la puesta es de calidad pero con el plus de exigir la atención necesaria para que llegue a disfrutarse en su totalidad. Una madre benefactora y solidaria, que construye un orfanato con la herencia de su difunto esposo y el posterior arribo de su único hijo enfermo, es el punto de partida para una dramaturgia muy rica en todos los frentes de interpretación que abre. 

La moralidad, las buenas costumbres, el ser y el deber ser, la culpa y la expiación de pecados ajenos, se entremezclan entre personajes muy bien construidos, con matices para todos los gustos y con una fuerte crítica a las normas sociales. El pasaje de la oscuridad de los hechos a la esperanza redentora, con los costos que esta implica, sobrevuela una puesta en la cual la crítica es a través de la ironía, el sarcasmo y los juegos de palabras creando momentos donde el aire se corta con un soplido, por la tensión creada. La puesta y la escenografía, de alta calidad, denotan la seriedad de un trabajo en el que nada quedó librado al azar, al igual que el cuidado vestuario de los actores.

Con respecto a las actuaciones, son de calidad. Ingrid Pelicori da cuenta de la Sra Alving, con la sapiencia que la caracteriza mientras que Walter Quiroz es Osvaldo, su hijo. Quiroz le pone el cuerpo y el alma a un jóven perturbado y enfermo, con exactas dosis de sentimiento y cordura para un personaje complejo y rico. El pastor, a cargo de Marcelo Bucossi, dibuja a un clérigo del cual la sotana no se hace cargo de los vicios mundanos y cobija a un “Jacobo Engrstrand” (un exacto Horacio Acosta) como oveja descarriada, necesaria de una voz que lo guíe. La “Regina” de Iride Mockert es medida, expresiva y sutil al mismo tiempo.
“Espectros” trae al maestro Ibsen de nuevo a la calle Corrientes con una puesta y actuaciones que hacen honor al gran dramaturgo noruego.  

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