La familia argentina (Teatro)

Divididos por la felicidad
De Alberto Ure. Con Luis Machín, Claudia Cantero y Carla Crespo. Diseño de vestuario: Greta Ure. Diseño de luces: Gonzalo Córdova. Fotografía: Andrés Barragan y Carlos Furman. Diseño gráfico: Sebastián Mogordoy. Asistencia de dirección: Francisca Ure. Dirección: Cristina Banegas
Centro Cultural de la Cooperación. Corrientes 1543. Viernes y sábado, 23 hs; domingos, 21 hs.

El frenesí y las relaciones ligadas al incesto son las patas fundamentales de esta puesta de Alberto Ure, aunque extensible a una sociedad que siempre mira con desconfianza aquello que no se ajusta los moldes de la “normalidad tan mentada”.
Aquí, Carlos es un psicoanalista que se enamora de la hija de su esposa dando inicio a una serie de acontecimientos que hacen volar por los aires a la institución “familia”. El “¿qué dirán?”, la competencia entre madre e hija y el valor del hombre como tal se entremezclan en diálogos ácidos y agresivos en los que la violencia verbal, simbólica y también física se desgarra en momentos memorables. Asi, hija y padrastro construyen una vida nueva como familia. La relación entre ellos y para con la madre será el punto nodal en el que se hará extensivo a toda una sociedad que estaba en los finales de la Dictadura, principio de la democracia. 

El diseño del espacio junto con la escenografía y la iluminación son de una precisión sublime para conformar un escenario donde las sutilezas y la economía de recursos llevan la frase “más es menos” como lema. Las actuaciones son visceralmente emotivas. Luis Machín con su experiencia sobre tablas, da vida a un Carlos que va desde la sinceridad al cinismo sin escalas; Claudia Cantero es una madre herida, despechada y con la vida hecha escombros sin que esto implique caer en una caricatura; Carla Crespo es Gabriela, la musa, la amante, la novia, la futura madre del hijo del padre. Sapiencia y eficacia para Crespo más alla que no dé tanto la edad de 21 que dice el texto que tiene que tener. La puesta está dividida en dos actos bien diferenciados pero con una tensión desbordante en el primero que se aquieta en el segundo más allá de los vericuetos planteados por el libro. 
Agresiva como un tema punk, termina de manera abrupta con lo cual deja más de un –deliberado- signo de interrogación abierto.

“La Familia Argentina” es de esas obras ponzoñosas y atrapantes, donde todo su contenido, empieza a caer una vez acallado el último aplauso.

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