Ivana Acosta: Bancando a Capusotto

Todos los seguidores de «Peter Capusotto y sus videos» vieron que había una morocha con mucha onda haciéndole “la segunda”. Cordobesa de origen, Ivana Acosta cuenta como es trabajar con Capusotto asi como los pormenores de su vida aquí, en Buenos Aires.

Fotos: Nicolás Savine.

– Ivana, ¿cómo conociste a Diego Capusotto?

– A Capusotto lo conocía de nombre y sin consumir lo que él hacía. Al venir de Córdoba, venía con otro humor y la verdad es que no veía el programa. Me llamó Pedro Saborido –a quien conocía por referencias- para un casting. Fui y de un día para el otro empezamos a grabar. Me llamaron, me conocieron y me preguntaron “¿Tenés disponibilidad para mañana?”. Fui y ¿viste cuando no sabés que tenés que hacer? Fue decir “esto va para el lado del humor. Perfecto. Hacé esto, esto y esto”. Me daban las pautas mínimas y después era largarme. Como soy bailarina, no tengo problemas de hacer lo que sea, a nivel corporal. Me decía a mi misma “No te puedo creer estar haciendo esto” al tiempo que seguía haciendo cosas que me divertían un montón.

-¡¡Mirá vos…!!

-Nadie me decía “Flaca, te estas yendo a la mierda”. Les caí bien y les gustó lo que hacía. Cuando arranqué con lo de Bombita, fue bárbaro. Me encantó. Nos conocimos y pegamos muy buena onda. Capusotto es un tipazo. Arranqué en el 2008 con cositas chiquititas, bailando y demás. Dentro del programa fui el único personaje femenino aunque el año pasado se incorporó otra chica que, después me enteré, que ya venía trabajando con ellos de la época de “Todos por dos pesos”. Después me decían “Tenés que aprenderte esto”, con más texto. El año pasado fue “¿Qué es lo que tengo que decir?” y me aprendí todo. Diego siempre me ayudó mucho. “Tomá por este lado”, “Andá más por allá”, “esto hacelo más serio”. La verdad es que con Pedro y con Diego trabajamos de manera muy cómoda.

– ¿Te costó meterte en este humor más “porteño” por llamarlo de alguna manera?

– Fue una experiencia el aprender y conocer este humor. Ahora lo consumo muchísimo porque me encanta y me divierte. No solo yo sino mi familia también. Todos están Córdoba y mi abuela me dice “Yo no entiendo un montón de cosas pero me divierte igual”. Creo que es un humor que te encanta o no te gusta nada. No tiene término medio pero, hoy por hoy, recibo mucho gusto de la gente. “¿Cuándo vuelven?” “Por favor, vuelvan”, “ya me vi todos los capítulos por You Tube”. Hay una buena onda y una repercusión con Facebook que no lo puedo creer. ¡Es terrible! Mensajes como “grosa”, “dale para adelante”. Estoy al lado de un ícono del humor que me llena de orgullo y está buenísimo.

– Le contamos a Diego que toman el programa de universidades para estudiarlo. ¿Cómo ves esto teniendo en cuenta que es muy crítico con la sociedad argentina?

– En ciertos personajes, si. Se muestra la realidad de la parte más cruel del ser humano. Sé que con las universidades pasa eso. El año pasado, que estuvimos en un estudio más grande, vino mucha gente al respecto. Estudiantes y varias personas a conocer el programa, a interiorizarse más. Está bueno mostrar esta parte, digamos, extremista que tenemos los argentinos. Desde Violencia Rivas, que salta como loca y que tenemos todos un poco adentro nuestro. El querer mandar todo a la mierda pero, en la vida, tenemos una conducta. Está bueno eso. Micky Vainilla se va al otro extremo. Me gusta. Está bueno reírnos de nosotros mismos en diferentes aspectos que podemos tener parecido a esos personajes. No te digo siempre pero si muchas veces…

– ¿Sos más bailarina que actríz?

– Si, soy más bailarina que actríz. Toda mi vida estudié danza. Tuve una escuela de danza en Córdoba y me vine acá como bailarina. Después empecé a estudiar y llega un momento en que a la bailarina la queres sacar del medio y decidís apuntar más a la actuación. Hoy por hoy, quiero hacer eso. Si tengo que incorporar la parte de bailarina al personaje o a lo que sea, bienvenido sea porque es un recurso para sumar, con mi manejo del cuerpo. Así que si, soy más bailarina que actriz pero podemos seguir sumando…(risas)

– ¿Te aburrís rápido?

-Si. Tal como toda geminiana que necesita motivación todo el tiempo. Me aburro rápido de las cosas. Es por eso que tengo la capacidad, llamalo como sea, de hacer muchas cosas al mismo tiempo. Buscar constantemente nuevos incentivos. Por ahí, mientras más cosas hago, mejor rindo.

– Hiciste teatro con Serrano…

– Si, estuve con Serrano estudiando y ahora haciendo stand up.

– Siempre para el lado humorístico…

– Si pero se me dio por esto de Capusotto el tirarme para ese lado. Si bien toda mi vida fui siempre una mona y me gusta, tengo esa cosa de divertirme, sin temer al ridículo. Es más, noto que, cuando me pongo una peluca o me visto un poco, sale una loca de adentro y vamos para donde sea. ¡Me encanta! Ahora con Diego me tiró más lo del humor. Antes no. Estuve estudiando lo que era teatro y también improvisación con Mosquito Sancineto en el Rojas, apenas vine acá. Me cuesta hacer cosas mucho tiempo.

– Te imaginas haciendo algo serio, tipo Rey Lear….

– Si, me gustan los desafíos. Cada cosa que uno hace, que te genera miedo y adrenalina al mismo tiempo, está buenísima. Me he metido en cada quilombo que ni te cuento. Está bueno ver hasta donde uno puede llegar, que se puede descubrir y hacer. Pasa que hoy por hoy está todo muy en lo fácil. Tenés una cara visible, un cuerpito, andá a mover el culito y ya está. O te metes en un puterío, te hacés conocida y clink, caja. Podés ver a muchos actores y actrices que los ves siempre en la pantalla y no son conocidos de nombre porque sólo se los conoce porque están en los puteríos y eso. Está bueno meterse en cosas complicadas. Además, no hay muchas mujeres que hagan humor.

Intermedio: Llegamos a la casa de Ivana, que nos atiende con muy buena onda. Habla igual con grabador abierto que off the record, con una frescura terrible. Agua con gas matiza la nota al tiempo que anécdotas y situaciones graciosas se deslizan por la nota. Las fotos también dan cuenta de la predisposición.

– ¿Se puede luchar contra el hecho de ser una “chica Capusotto”?

– No lucho. Hoy por hoy, lo tomo como algo positivo y me sirve. En un futuro, veré como hago para salir de eso, de ser necesario. Sigo trabajando con ellos y está todo más que bien. Me gusta y no me jode para nada. Está bueno. Lo tomo y en un futuro, veremos si hay que sacarse la mochila de haber sido “una chica Capusotto”. Ya me lo habían dicho con respecto a lo que fueron “las chicas Olmedo”, en su momento.

– ¿Qué te dice la gente en la calle?

– Es algo que no se puede creer. Muy buena onda. También pasa que no salgo producida, ni con las pelucas que uso en el programa y no me terminan de identificar. El otro día, arranqué el gimnasio para hacerme la linda y hoy me duelen hasta los pelos de las orejas. Me atiende el chico de la recepción y me dice “sos re parecida a la chica que está con Capusotto”. “¿Y si soy?. “¡No te puedo creer. No sabés lo que me gusta el programa!”. Suele pasarme eso y, con lo de las redes sociales, se ha expandido todo. ¡Hasta página me han hecho!  La verdad es que todo esto me supera.

– En Argentina, hay mucho fanatismo…

– Si. No solo los hombres te dicen “que buena que estás” y te quieren levantar. Las minas también. “¡Qué bueno que puedas hacer lo tuyo sin tener que estar mostrando nada!”. Las mujeres también me demuestran muy buena onda. Hay gente que va a fiestas de disfraces y se visten de Pomelo o de otros personajes. En mi Facebook, me escriben “rock and roll, nenaaaa”. La verdad, no se si Diego o Pedro tienen idea de la dimensión de lo que pasa en la calle. Diego me contaba que, al principio, tuvo una especie no de fobia sino de sensación fuerte. Está bueno pero que se venga todo el mundo cuando salís a la calle y “me saco una foto”. Se dio cuenta de lo que pasaba, que está bueno pero, es una persona con un perfil bajísimo. En general hubo mucha buena onda con repercusión importante de la gente

– ¿Cuales son tus próximos proyectos?

– Yo digo que este va a ser mi año. La verdad es que apuesto mucho. Todos los años digo lo mismo, parezco Mirtha. Soy una persona muy positiva y me pasa eso. Hasta que arranque es como que da esa cosita. Más aún, al no tener un trabajo rutinario en donde uno sabe como viene la mano….Hay buenos proyectos para seguir trabajando con Pedro y Diego. No se si en tele pero hay algo dando vueltas que es bueno y diferente. También hay algo de teatro y a su vez, se abren otras puertitas a nivel televisión.

-¡Hay propuestas!

-Si, son como luces al final del camino y eso te motiva. Si después hay un agujero negro, no lo se pero bueno. Me ha pasado de trabajar en proyectos en los que puse todo. Mi energía, mi expectativa y que, a la larga, no funcionó. Entonces lo que me pasó con Diego y por como arrancó todo, es que “si, acá estoy”. Sigo viendo el día a día, grabando y haciendo cosas, sin esperar nada. Eso fue lo que más me sorprendió. Esa devolución de la gente, de tener la grata sorpresa de estar nominada para el Martín Fierro. Un montón de cosas en la que decís ¿qué está pasando? Es un programa muy importante y me encanta estar ahí.

– ¿Vuelven?

-Que se yo…no se todavía. Capaz que pinta hacer seis capítulos a mitad de año y se hacen. Ellos saben que estoy lista como un boy scout.

– La última, si por esta puerta entrase la Ivana que recién llegaba de Córdoba….

– Uhh, con los mocos colgando y las patas sucias…(risas)

– …qué le dirías?

– “¡Ay Chiquitita la que te espera!”. Le diría que lo viva tal cual como lo viví. Personalmente, no me arrepentí de nada. «Que disfrute cada día». Igual, llegué con muchas expectativas. Hace once años que estoy en Buenos Aires. Al principio, alquilé un departamento amoblado porque no sabía cuánto tiempo me iba a quedar y cuanto tiempo pero…viví como la viví. Hay mucho por recorrer. Apuesto, cada día que pasa, a tener más confianza en mi. ¡Alla voy! Si me estampo, me estampo. Sigo golpeando puertas para adelante.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio