El texto en si es fuerte y dinámico pero cuenta con el inconveniente de tener un final poco convincente, sin punch. Así como se desarrolló la puesta, así terminó y deja un gusto a poco, con un final inesperado aunque no por eso, bueno. Las actuaciones son exactas, cualquier otra haría que la puesta sucumba pero no es este el caso. El trabajo de metáforas y alegorías en la puesta es logrado, como esa pileta depositaria de todo lo descartable de la familia para después bañarse en ella. Todo con alusiones a una clase media argentina que se las da de “ilustrada” cuando en realidad, está (des) dibujada por sus propias limitaciones.
Con una escenografía exacta, para la contextualización de un mundo sórdido y, al mismo tiempo, no tan extraño, “New York” es una puesta disfrutable y polémica que empieza con fuerza pero termina con de una manera poco acorde con la contundencia planteada de un principio