Relatos de amor y locura (Teatro)

«Lejos de sufrir mi soledad, uso mi flash, capto impresiones», cantaba con magnetismo no exento de poesía Federico Moura. Ese verso se linkea automáticamente con una actualidad tan extraña como sinuosa en tanto relaciones humanas. Éstas han sufrido un cambio muy importante tras el paso de una pandemia que dejó tierra arrasada en los vínculos y la forma en que se llevan a cabo. Hay que quienes apelan a las redes sociales o buscan consuelo en grupos de diverso orden de manera más “presencial”.

Tal es el caso del grupo “Container” -su nombre es elocuente- el cual aloja a hombres y mujeres, una especie de “banda de corazones solitarios” y rotos que desean salir a flote frente a lo acontecido. 

Desde este lugar, Patricio Abadi pone su pluma a disposición de diversas historias tragicómicas que combinan el delirio y el dolor en cinco personajes diferentes que esperan su turno para empezar su catarsis. Tal como se está utilizando hoy en diversos grupos de autoayuda. Ese cuadrado que enmarca el escenario para que los «pacientes» tomen el centro del mismo y den rienda suelta a su dolor frente a sus pares. 

Cada uno de los monólogos tendrá su riqueza que llegará a su punto máximo en la interpretación que se lleve adelante. El reproche constante que lleva adelante Salomé Boustani abre con potencia el quinteto de narraciones con la dosis justa de dolor e hilaridad. Patricio Abadi se guarda para sí un texto que da cuenta de un encanto que va más allá de la vida. Lo destacable del mismo es que el morbo y la tensión dramática, van de la mano y caminan juntos en la concepción de un momento teatral por demás destacable. En el caso de Ailin Moro desarrolla su texto con corrección.
Natalia Santiago y Hernán Melazzi cierran el espectáculo con actuaciones de calidad. La primera lleva adelante con sensatez y sentimiento una propuesta de reverdecer los laureles de una relación trunca pero….de otra manera. Melazzi lleve adelante un encuentro con una amiga con la final de la Copa América de fondo pero con más de una duda al respecto de la relación latente entre ambos.

Patricio Abadi concibe cinco monólogos de buena factura que permite un muy grato momento de diversión teatral. En algún punto, sigue la línea de su ya clásico y exitoso “Ya no pienso en matambre ni le temo al vacío” en tanto  su estructura y desarrollo.
Con una cadencia armónica y entretenido, “Relatos de amor y locura” divierte al tiempo que abre la ventana a algunos interrogantes que han surgido en los vínculos, pandemia, lazos familiares y redes sociales.de por medio.