Los dos lados
Dramaturgia y dirección: Lucas Lagré. Con Sergio Ballerini, Verónica Intile y Matías Marmorato. Voz en Off: Marcelo Acquaticci, Ariadna Asturzzi, Sebastián Duarte, Tulio Gómez de Álzaga, Marisa Pájaro y Marienn Perseo. Diseño de luces: Gaston Calvi. Diseño sonoro: Pilar Gallardo y Ezequiel Montenegro. Fotografía y Diseño gráfico: Alejandro Ojeda. Asistencia de dirección: Sebastián Duarte. Producción ejecutiva: Cynthia García Calvo.
Teatro El Extranjero. Valentín Gómez 3378. Jueves 20.30 hs.
Javier tiene miedo. También Julia. Ambos se esconden en una habitación. Adentro, es ese pequeño mundo construido, una porción de sentido en el magma de significación infinita. Allí, en ese espacio de construcción de significación, aparecen signos diversos, “sexualidad”, “deseo de querer y ser querido”, “lo estético”. Patologías modernas, de consumo masivo y propagación mediática más allá de las contraindicaciones que tienen, y que son muchas. Julia come y siente culpa mientras que el cuerpo de Javier denota lo que va ocurriendo en forma de ronchas. El afuera, con otro tipo de violencia, se encarna en Gustavo, con la doble cara de una moneda y el filo de un cuchillo.
La construcción de los dos espacios es de mucha contundencia y va más allá de las palabras, con la posibilidad de ser rellenado por las vivencias propias en relación a nuestros temores. De ahí, que la resignificación sea condición sine qua non para disfrutar de principio a fin de la puesta. La tensión latente hace eclosión en los momentos exactos, sin caer en excesos que no vendrían al caso. Las palabras, solidamente construidas a través de una dramaturgia rica, enigmática y ponzoñosa, tiene en los actores el correlato perfecto para dar cuenta de una puesta redonda.
El espacio, muy bien diagramado, identifica un lugar en el que cualquiera puede estar ya sea a nivel literal u onírico, con universos que pueden establecer el miedo y la angustia frente un “afuera” invasivo y bárbaro, aunque no con las mismas intenciones que “Casa Tomada” de Julio Cortazar. Aquí el afuera mata y en distintas formas y variedades. El hombre, ser finito y autodestructivo, es el alimento exacto.
Lucas Lagré debuta con una obra sólida, rica, con aristas a descubrir en varios aspectos, que deja con preguntas a realizarse que respuestas a repetir. Que una obra, hoy en día, plantee interrogantes e interpele ya sea de manera directa o más metafórica, es un aliciente y Lagré lo logra ampliamente.