Ulises no sabe contar (Teatro)

Sensatez y sentimientos

Dramaturgia y dirección: Ariel Farace. Con Gabriela Ditisheim, Luciana Mastromauro, Andres Rasdolsky, Guido Ronconi, Ignacio Sánchez Mestre, Matías Vértiz y Juan Manuel Wolcoff. Vestuario: Cecilia Zuvialde. Escenografía: Mariana Tirantte. Iluminación: Matías Sendón. Música: Guido Ronconi. Asistencia artística: Eugenia Perez Tomas. Asistencia de dirección: Ana María Converti. Coordinación de producción: Rosalía Celentano.
Teatro Sarmiento. Av. Sarmiento 2715. Jueves a domingo, 21 hs.
Ariel Farace, creador de la genial “Luisa se estrella contra su casa”, toma al Ulises de James Joyce como punto de partida de una puesta que tendrá algunos –pocos- puntos de contacto con la novela mencionada. Ulises va y viene en su historia en la que entrarán distintos personajes, con sus improntas y riquezas que tomará el protagonista. El relato de la fábula es ameno y poético, en un espacio quizás, demasiado grande que establece una distancia que no es de las mejores en tanto la concepción de la obra. Esta aspira a una intimidad y cercanía que no termina de lograrse. La creación del mundo de Ulises asi como el dibujo de los personajes combina lirismo y sensibilidad, en particular, en la piel de Luciana Mastromauro, quien había sido esa Luisa querible hasta las entrañas que hablaba con Odex, en la ya mencionada “Luisa se estrella contra su casa”.
La forma en que se construye el relato es inteligentemente previsible porque se dice todo el tiempo como continúa la obra pero tiene los devenires del protagonista en tanto historia viva en si. Como la vida misma, rica en sus puertas a abrir.  
El carácter bucólico de la obra es manejado con sutileza y armonía aunque termina, en algunas situaciones, sin definir alguna situación por lo que se alarga la resolución de la misma. No obstante, a medida que pasa el tiempo, algunas ideas de la puesta irán decantando en el inconciente del espectador con lo cual el objetivo ha sido logrado.
La música en vivo aporta a la puesta dinamismo y celeridad. La escenografía es imaginativa y brinda el contexto ideal para cada momento de la puesta en la que “el abrir la puerta para salir a jugar” es tal cual, con los protagonistas girando en ronda y la aparición de la perrita Zappa logra que la sensibilidad llegue a punto exacto. Pero la pregunta es ¿sin la ternura que brinda la aparición de la perrita, se hubiera llegado a ese estado?
 “Ulises no sabe contar” es poética y sensible pero lograría mayor contundencia con algunos minutos menos.

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