Melange argenta
De Carlos Gamerro. Con Luis Ziembroski, Diego Velázquez, Julián Villar, Analía Couceyro, Nahuel Cano, Lucila Casalis, Alan Darling, Ernesto Donegana, Juan Pablo Galimberti, Alejandro Genes, Ivan Moschner, Pablo Seijo, Denisse Van der Ploeg y Matias Barki. Cantantes: Sebastián Holz. Músicos: Diego Penelas, Rodrigo Quirós, Cecilia Zabala y Alfredo Zucarelli. Vestuario: Marina De Caro. Escenografía: Sebastián Gordón. Iluminación: Alejandro Le Roux. Video: Fabio Pallero. Música original y director musical: Diego Penelas. Asistencia artística: Mariano Tenconi Blanco. Dirección: Alejandro Tantanian.
Teatro Presidente Alvear. Av.Corrientes 1659. Miércoles a Sábado, 20 hs. Domingo, 19.30 hs.
Tiene tantas cosas la obra como tiempo arriba del escenario. Difícil de abordar en tanto la cantidad de ventanas abiertas en una dramaturgia rica, que intenta tomar del libro original de Carlos Gamerro. Asi, se puede ver parte de la historia argentina de finales de los 70 hasta Malvinas, con alusiones al menemismo tanto a nivel histórico como en la (nefasta) herencia cultural que ha legado a la sociedad y de la cual al día de hoy no se puede salir. Con una puesta que combina multimedia, una escenografía colorida, mínima y versátil y músicos en escena, la historia parte de la relación de Felipe Félix, un ex combatiente de Malvinas y Tamerlán, un empresario que lo usa para sus fines personales pero que desea saber sobre la suerte de su hijo Fausto durante la guerra en las islas.
A partir de allí, una vorágine de personajes y palabras tomarán por asalto el escenario con ímpetu y también con tantos frentes abiertos que, en ocasiones, se pierde en la propia visceralidad impuesta por la dramaturgia. Se va tanto para volver en algún momento determinado y retomar el hilo de la puesta. Las actuaciones son acordes a la propuesta de la obra. La música en vivo acompaña con acierto pero no aporta mucho más que una banda de sonido en vivo. La utilización de la multimedia ayuda en algunos casos y en otros, dispersa la atención. Las alusiones políticas son constantes y fundamentales para la aproximación al texto ya que el desconocimiento de estas dejaría huérfana a la comprensión general del obra, quedándose únicamente en el ornamento estético multimediático, algo tan propio de los 90 menemistas, con la única preocupación por la estética. La duración de la puesta conspira contra el abordaje de la obra.
“Las islas” es una puesta osada y difícil que se excede en su duración pero con múltiples matices para analizar.
Como apostilla de la obra, asistió al estreno de prensa el ministro de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi, que se retiró promediando la función. Una falta de respeto que un funcionario se vaya antes de que termine la obra pero bueno, también hizo lo mismo, en el intervalo de la primera función del pasado FIBA. Por lo que ¿debería sorprendernos tal conducta teniendo en cuenta la política cultural de la Ciudad?