Conversaciones en francés, de la película «Un hombre y una mujer» de Claude Lelouch, dan el puntapié inicial con el tema que le da título a la placa. Una canción con mucho piano y voz en primer plano que suena sugerente y melancólica al mismo tiempo que busca un amor intelectual. Esa intelectualidad queda de lado con la historia de “La chica del fondo”, que cuenta la vida de una quinceañera de vida licenciosa al tiempo que se entremezcla con “Another one bites the dust” de Queen y un lunar inoportuno. La acústica y campestre “Espiral” es un remanso de tranquilidad previo al foxtrot de los hermanos Expósito llamado “Eso, eso, eso”. La forma picaresca en que es interpretada la canción por Vázquez y Baylac, le da otra arista para que la imaginación trabaje. Eso es lo que ocurre con “El ex”, uno de los mejores temas del disco, un tango excelente y una letra mordaz que va desde la crítica al machismo y ciertos tips para ser un “hombre adulto”. “Porque quise tanto, yo no quise nada” dispara el comienzo de “Sola, sola”, un bolero sutil y delicado en su instrumentación como contundente en su prosa acerca del que “mucho abarca, poco aprieta” por seguir los lineamientos del buen macho argentino. “No quiero ser tu novia” es una radiografía de todo lo más alejado de la mujer estereotipada para casarse y ser madre. “Quiero ser la otra mujer” dicen las chicas con mucho humor y un ritmo melódico-candombero. “Ojalalalá” es, al igual que “Espiral, un descanso de muy buen gusto y melodía a cargo de la guitarra y la voz de Sandra Baylac. Por su parte, “Bella” destaca el piano en primer plano de Laura Vázquez, junto con un decálogo para tener como resultado el título de la canción. El “debo ser, debo ser” final llama, desde el humor, a la reflexión sobre algunos estereotipos masculinos sobre las mujeres. Esa elocuencia también se refleja en canciones como “Hambre”, un cuasi rap en sus primeras estrofas para llegar a un estribillo cantable sobre la base de guitarra y piano.
El desamor también dice presente con “Amnesia”, que es ese tipo de canciones que los hombres nunca deseamos recibir a la vuelta de la esquina. De las que uno se puede cantar triste por las noches para recordar los errores cometidos y no poder remediarlos.
Si su equipo de música o computadora hace sonar de nuevo al disco, no lo apague. Disfrútelo de nuevo de “Divas del diván” que seguro le descubrirá algo nuevo para volver a pasar un grato momento.