BAFICI 2025. Toma 4. Impacto argentino.

El cine argentino tiene una riqueza admirable, capaz de tocar las diversas fibras del alma. Por eso, en esta ocasión, y por las circunstancias bien conocidas por todos y todas –cortesía de las políticas desquiciadas que se están llevando a cabo a nivel cultural-, estamos brindando prioridad absoluta a las películas de nuestro país.

A continuación, tres gemitas que no deben perderse.

“Gatillero”

Furia y velocidad

Se llama Pablo, pero todos lo conocen como “el Galgo”. Como suele pasar, está en el peor lugar y en el peor momento. ¿O será mala suerte? Lo importante es que, cuando está por hacer un trabajo para ganarse unos mangos, le encargan otro más…que lo mete en un lío enorme.

El Galgo es un tipo de barrio, duro, de esos que vieron e hicieron de todo, para bien y para mal. En ocasiones, las lealtades de otros tiempos pasan al arcón de los recuerdos. La fortaleza de antes es la debilidad de ahora. Algo que no se permite para (sobre) vivir en esta coyuntura. Más aún si hay narcos en el barrio, al que manejan a diestra y siniestra frente a la mirada pasiva de la policía y el poder político.

Si bien hay una tendencia a filmar en un único plano secuencia, en este caso, es absolutamente fundamental para realzar el alma del film. Se condice con la construcción del personaje del Galgo, que tiene matices más que interesantes en tanto gambetea sabiamente cualquier posibilidad de caer en el estereotipo o un romanticismo forzado. El Galgo se mueve con frenesí y astucia. Un error puede ser fatal, tanto para él como para la gente –poca- que lo puede ayudar.

Filmada en la zona sur del conurbano bonaerense –Isla Maciel y Dock sud-, la tensión se vive en cada segundo. El que ayuda es el mismo que te puede traicionar. Una cámara adicta de atención constante, es la que impide quitar un segundo los ojos de lo que ocurre. La muerte acecha en cada esquina aunque no hayas tenido nada que ver. Los dados tirados al aire tienen vida propia dependiendo de quien los lance. No importa si es la Madrina, Lalo o Noni.

Cris Tapia Morchiori concibió una película que toma a la marginalidad sin anestesia alguna. Para eso, la sentida actuación de Sergio Podeley es imprescindible para el espíritu del film. Julieta Diaz hace una corta y decisiva participación. Párrafo aparte para un Mariano Torre camaleónico. ¡Ah! Dos perlitas en el elenco como la presencia de Alejandro «Bufalo» Ortíz (ex campeón de kick boxing, con previo paso por la cárcel) y de Ezequiel Matthysse (hijo de Walter y sobrino de Lucas y Soledad, todos boxeadores y éstos dos últimos, campeones del mundo. Lucas fue, con el Chino Maidana y Maravilla Martínez, el pugilista más importante del país), ahora cantante de cumbia RKT.

De las mejores películas argentinas en competencia, “Gatillero” quema y duele. Es aquello que no muchos quieren ver pero que esta presente cuando menos se lo espera.

Ficha técnica.

Dirección y edición: Cris Tapia Marchiori. Con Sergio Podeley, Julieta Díaz, Maite Lanata, Ramiro Blas y Mariano Torre. Guión: Cris Tapia Marchiori y Clara Ambrosoni. Fotografía: Martín Sapia. Dirección de arte: Ana Cambre. Sonido: Emiliano Biain y Marcos Zoppi. Música: Santiago Pedroncini. Producción: Pablo Udenio, Enrico Udenio, Gabriel Dieb, Antonella Lagamba, Nicolás Yannicelli, Diego Sarcone, Ricardo Dinardi, Paulo Strina, José Luis Saade. Producción ejecutiva: Pablo Udenio, Pamela Livia Delgado, Mariana Flores, Alejandro De Grazia. Compañía productora: Dukkah, Perspectiva Producciones. País: Argentina. Año: 2025. Duración: 80’ minutos. Idioma: Español.

Martes 8 de abril. Teatro Presidente Alvear. A las 13.30 h

“Reventando”

Cuando madura el KO

La cámara lo sigue permanentemente. No se le despega y refleja cada acto, cada acción. Todo aquello que realiza Aldo Chajet queda grabado para la posteridad. Además, en ese derrotero, se aprecia que su razón de ser en la vida que es el boxeo. Pero no arriba del ensogado, sino debajo del mismo.

Chajet era agente de boxeadores, promotor, juez, presentador y casi todo aquello que tenga que ver con el pugilismo. Pero ojo, no es Bob Arum, Don King o el ahora en boga Turki Alalshik. Muy lejos está de las luces y los billetes. Deambula por diversos eventos y exhibiciones filmando las peleas o anunciando a los contendientes, algunos cuyas esquivalencias para enfrentar el reto de una pelea, tiene un signo de interrogación grande como el Obelisco.

Quizás el espectador piense que, aquel hombre que está viendo en pantalla, es un actor. En absoluto. Es el mismo Aldo Chajet que, en su momento, había estado a cargo de la página Boxrec.com que aglutina los records de los peleadores. Ahora, la cámara visibiliza la encrucijada que tiene en tanto sabe que tiene que hacer algo con su vida. Una novia en Cuba, un terreno visto en Paraguay y la venta de su casa en CABA son alternativas de futuro. “Algo que tengo que hacer….pero cuesta mucho empezar de nuevo”. Repite la frase como un mantra que será lo decretado en su vida.

Guillermo Ruiz logró captar el espíritu de Chajet que era un “todoterreno” del boxeo. Al que llamaban para pedirle si tenía alguna pelea para hacer. ¿Dónde? ¿Acaso importa? Sabía que no tenía mucho tiempo. Una diabetes molesta lo perseguía constantemente y él tampoco hacía mucho para cuidarse. «Estoy enojado», dice. En esos momentos de intimidad es donde la lente de Ruiz reflejó los miedos y las expectativas de futuro de un hombre que está cansado y sabe que está quemando sus últimos cartuchos. La edad del documento no se condice con todo lo que se ha vivido, siendo esto, en ocasiones, más de lo que uno puede soportar….y a qué costo.

“Reventando” denota una acción constante. Un fiel reflejo de esas agujas del reloj de la vida que tenían a Aldo Chajet como un luchador que no era optimista sino un pesimista rebelde. Sabía como terminaba la historieta, pero, mientras tanto, iba a disfrutar todo, lo más que pudiera.

Ficha técnica.

Dirección y dirección de arte: Diego Crespo y Guillermo Ruiz. Guión, sonido y producción: Guillermo Ruiz. Fotografía y edición: Diego Crespo. Música: Pablo Martín. Producción ejecutiva: Federico Consiglieri, Guillermo Ruiz y Diego Crespo. Compañía productora: Nenuco y Untref Media. Con Aldo Chajet, Javier Darío Lardapide, Melissa Crescini y Walter Díaz. País: Argentina- Paraguay. Año: 2025. Duración: 67’. Idioma: Español.

Viernes 11 de abril. Cacodelphia 3. A las 19 h

Domingo 13 de abril. Cacodelphia 3. A las 13.30 h

“Una noche en Paladium”

Leyenda inolvidable

Hubo sitios en Buenos Aires que fueron un oasis de cultura y de explosión artística. Tal fue el caso del Stud Free Pub o el Parakultural. Su vida transcurrió desde ese 1983 de apertura democrática hasta los 90 menemistas, salvo alguna excepción como Cemento. Hoy le tocó el turno a un espacio único e irrepetible como fue Paladium. Un lugar donde pasaba de todo, con propuestas musicales que iban desde los Redonditos de Ricota hasta Soda Stereo pasando por Los Violadores, aquellas más ligadas al teatro como La Organización Negra o simplemente, una discoteca donde convivían los parroquianos de siempre con parte del jet set vernáculo.

Será Francisco Novick el que se sumerja en la historia para tratar de reconstruirla y llevarla, a caballo de un muy buen documental, a ser vista por un público más que vasto. Estará el que fue y lo disfrutó, el que no llegó por una cuestión de edad aunque con unas ganas tremendas y finalmente, quienes descubran esta “disco”.

Pero Novick tiene una ventaja que no es tal para encarar el proyecto. Su padre Federico, fue uno de los socios fundadores de Paladium y nunca hizo alarde de esto. Es más, no quiere participar en el film. Hombre de pocas palabras, parco y taciturno, se encargó de la parte administrativa mientras que José Lepes era su contraparte. Es quien brinda un testimonio riquísimo respecto a lo que fue la génesis, la concepción, el desarrollo y el fin del mítico reducto.

De a poco, se va abriendo la historia del Parakultural tanto con imágenes como con palabras que dan cuenta, no tanto de los hechos “importantes” que ocurrieron allí sino en lo que era el alma, la esencia. Por tal motivo, Lalo Mir, Isabel de Sebastián, Rocambole o Willy Lemos, junto con los recientemente fallecidos Jorge Dorio y Carlos Masoch (el queridísimo e inolvidable “Douglas Vinci”) brindan una paleta de colores increíbles de lo que era este espacio. La libertad como estandarte para quienes los habitaban y lo transitaban. El poder ir con zapatillas y quizás, te encuentres con aquellos seres mágicos y angelados que necesitaban un lugar para poder vivir y dar vida.  

En el Paladium, ocurrieron momentos únicos como la presentación de discos como “Oktubre” de los Redondos, “Tango” de García-Aznar y “Fuera de sektor” de Los Violadores mientras las creaciones de la Organización Negra sorprendían a los presentes.

Tal como dice la vieja canción, «todo concluye al fín» y Paladium dice «adios» tras algunos años del menemato. Esa reserva del arte más puro que había en Buenos Aires debía hacer frente a una ola de «pizza con champagne», con la vacuidad propia de esa «década infame». Hoy vuelve a través de un documental ameno e intrigante que mira con respeto y admiración a ese pasado glorioso. Ojo, no es una retromanía nostálgica sino el hacer justicia a una discoteca que era mucho más que eso. Era «Paladium», un nombre que denota todo lo que representaba.

Ficha técnica.

Dirección, guión, producción y producción ejecutiva: Francisco Novick. Fotografía: Patricio Toscano. Edición: Natalio Pagés. Dirección de arte: Manuel Franco. Sonido: Cecilia Assalini. Música: Fernando Nuñez Izu. Compañía Productora: Colectivo Rutemberg. Con Juan Lepes, Isabel de Sebastián, Narda Lepes, Lalo Mir, Rocambole, Willy Lemos

Martes 8 de abril. Cinepolis Houssay 1. A las 13.20 h

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