Aguafuertes porteñas: Marcha por los 40 años del Golpe cívico-militar de 1976

En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.


Era una ocasión especial. No podía faltar nadie. Un aniversario tan importante no podía pasar desapercibido. Se cumplían 40 años del golpe cívico-militar y la Plaza estaba esperando una convocatoria acorde.

El viaje en subte, desde la estación Rio de Janeiro hasta Lima fue significativo. Hombres, mujeres y niños iban subiendo a la formación, sabiendo cual iba a ser el destino. Apenas se abre la puerta del vagón, la gente sale y comienza a cantar. Fue una reacción automática y natural. Es el deseo de expresarse ante lo que se va a conmemorar y también, en línea directa con una coyuntura que ha tomado un giro hacia la derecha.

Subimos a superficie por la escalera mecánica y llegamos a Av de Mayo y 9 de julio a las 13.30 hs. Desde ahí, se veía al Obelisco que tenía algo que decir sobre lo que estaba ocurriendo. “40 años Memoria, Verdad y Justicia” proclamaba desde cada uno de sus lados.

Encontramos diversas banderas de agrupaciones tanto políticas como sociales, además de colectivos determinados con propuestas precisas. El Partido Comunista, Seamos Libres, Frente Nacional Patria Migrante, Científicos del Conicet, Nuevo Encuentro, La Cámpora y el colectivo de artistas que piden la renuncia de Darío Lopérfido a su cargo de ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, tras sus dichos sobre los desaparecidos y la dictadura. El Pérfido había declarado que “en Argentina no hubo 30 mil desaparecidos” y que esa cifra “se arregló en una mesa cerrada” para “conseguir subsidios”.


A todo esto es menester acentuar las miles de familias y gente que se acercó a la Plaza, sin militancia partidaria. Parejas con sus niños en brazos o con los carritos atravesando las calles, pidiendo permiso. Ahí es donde se aprecia el compromiso popular con una fecha que no puede ser nunca olvidada en tanto y en cuanto la población haga recordar lo ocurrido. Más aún con un gobierno que le cuesta mucho decir frases como «Nunca más» o «Memoria, verdad y justicia».


El día está soleado. La temperatura es la ideal, con una gran cantidad de personas deseosa de marchar y recordar lo ocurrido hace cuarenta años. Una murga baila y le pone ritmo a la marcha mientras Eva Perón mira desde el mural del edificio de Obras Públicas.


Empezamos a caminar por las calles laterales y vemos que otras agrupaciones se acercan. Tal fue el caso de Los Irrompibles, perteneciente a la Unión Cívica Radical. Gente de todas las edades dicen presente. Turistas de diversos paises miran con una mezcla de sorpresa y estupor lo que pasa. Se protegen del calor con sus lentes oscuros y los gorros tan característicos de lona. Alguno que otro, prueba las delicias de un chori en el medio de una marcha lo cual brinda un sabor aún más especial al hecho. Sus cámaras de foto sacan y sacan una tras otra para retratar lo que será una jornada histórica. 
A todo esto, uno no no puede dejar de pensar si el actual presidente lograría semejante convocatoria no solo por sus acciones de gobierno sino por lo que representa a nivel simbólico. 

Llegamos a Perú y Av de Mayo. Desde una altura prudencial procedente de los árboles, carteles y cables, hay una intervención artística absolutamente conmovedora. Se ven pañuelos blancos volando por encima del gris asfalto de la avenida. La imagen es poeticamente fuerte. 
Justo en la esquina, a pocos centimetros de una cadena de farmacias por demás conocida, se ve el puesto de La Poderosa que tiene carteles a lo largo de diversas esquinas del centro porteño. Hay espacios para escribir “cartas abiertas” por parte de  quienes lo deseen asi como hay destinatarios bien específicos como Barack Obama. Igualmente, brilla con luz propia tanto la “Carta abierta contra la violencia de Estado” escrita por Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga como las tapas de la revista La Garganta Poderosa, con Nora Cortiñas, Rodolfo Walsh y Jorge Julio López gritando verdades desde ellas.

Al respecto, hubo quien tuvo la acertada idea de quitar las banderas norteamericanas que adornaban el centro porteño tras la visita del presidente estadounidense.  


Los puestos de choripanes y sándwiches al paso le ponen el toque de color y comida a una situación que, cualquier Cabeza de Globo esbozaría como argumentación válida a ideas absolutamente vacías.

En el Cabildo, mi corazón bostero se emociona sobremanera al ver banderas que dicen “Boca es pueblo. Macri es la dictadura”. En el puesto de Tiempo Argentino, compramos la edición solidaria que hicieron los trabajadores del diario que salió a la calle, en este día tan representativo para la historia argentina, para no olvidar lo ocurrido. Al lado, hay una muestra de fotos

En la valla que separa la Piramide de Mayo del resto de la Plaza, se ven unos pañuelos hechos en papel, con la fecha conmemorativa. Esa foto nos pareció tan fuerte que decidimos que sea la tapa de esta crónica.


A las 15 hs, comienza el acto propiamente dicho. Se escucha música a la Bersuit de fondo para que, al poco rato, comiencen a leerse las adhesiones que van desde los sindicatos hasta agrupaciones, pasando por algunas por demás relevantes como el de Macarena Gelman, la nieta de Juan que, actualmente, es diputada en Uruguay. También se lee el repudio al feroz ataque al menor Lautaro Blengio, el joven de 17 años, militante por los derechos del colectivo LGBT, en Miramar por parte de la Policia.

Se ven banderas de agrupaciones como Divergentes Espacio de Género, el Partido Comunista, militantes gays, la Dorrego, la Tendencia Peronista Evita Montonera, la Rodolfo Walsh.


Levantamos la vista hacia la Casa Rosada y notamos que algunos ojos miraban a la Plaza. Con una buena voluntad que roza la inocencia, imaginamos que es gente que hubiese querido participar del acto. Igualmente, uno no olvida que, en los 90, en marchas que se hacían, era inevitable levantar la mirada y ver como había algunas “luces” que aparecían de edificios altos.


Se acerca la bandera que trae la foto de los desaparecidos pero es tal la gente que a la columna de Madres e HIJOS les es difícil llegar al escenario. No obstante, de a poco van llegando. En un momento, se ve que algunas han llegado. De lejos se las ve a algunas en sillas de ruedas. Suena el conmovedor “Madres de la Plaza, el Pueblo las abraza”. Más de uno se seca las lágrimas. Es la emoción de ver a estas gladiadoras, con muchos años de lucha en sus cuerpos, como siguen adelante en su reclamo de justicia. La escena es tan emotiva como difícil de describir en palabras sin que se te llenen de lágrimas los ojos. Desde los micrófonos se recuerdan a los “30.000 compañeros detenidos y desaparecidos”, “Presente!”, “¡Ahora!”, “¡Y siempre!”. Un joven parado en uno de los costados de la Piramide de Mayo hace flamear una bandera argentina.

Caminamos y no nos quedamos quietos. Salimos y entramos de la Plaza. Miramos y escribimos lo que vemos. En la esquina de Bartolomé Mitre y San Martín, sede del Banco Provincia de Buenos Aires, hay una muestra de fotos con el título de “Porque tenemos memoria, tenemos futuro”.Sorprende un tanto la misma ubicada en ese lugar pero capta la atención inmediata de los concurrentes a la marcha. Se sacan las instantáneas correspondientes porque es relevante que dicha muestra esté en esa esquina, en «la city» donde el poder económico ha hecho estragos enormes en nuestro país. 

Llegamos a Diagonal Norte  y Bartolomé Mitre y vemos a una de las columnas más efervescentes. Eran los artistas del colectivo “Loperfido Renuncia Ya!” que venía con los carteles alusivos. Una gran alegría ver a directores, actores, dramaturgos y agentes de prensa marchando juntos, por la renuncia de quien no merece estar en un puesto que le queda enorme a su pequeñez tanto moral como intelectual.

Detrás de ellos, viene la Asociación Argentina de Actores, llevando la bandera de la asociación asi como las siluetas y los nombres de actores desaparecidos en los que se leen los nombres de Silvia Shelby, Carlos Waitz, Luis Conti o Alfredo Mesa. En el medio de la columna, se encontraban Pablo Echarri y Nancy Dupláa. Nuevamente, vuelven a sostener con el cuerpo lo que dicen con la boca, en un ejemplo de coherencia y militancia.


Salimos de la primera marcha para internarnos en la convocatoria realizada por la izquierda, que no marchó junto con diversos organismos de Derechos Humanos y agrupaciones kirchneristas


Nuestro recorrido es largo y llegamos por Perón hasta 9 de julio. Una columna de la izquierda se dirige al Obelisco. Una de las figuras que alcanzamos a reconocer es al profesor universitario Carlos Savransky.

Empezamos a bajar por Lima hasta Av de Mayo para ver como venía la marcha convocada por la izquierda. Igualmente, al llegar al bar Garufa de dicha esquina se ve a mucha gente mirando hacia adentro. La sorpresa fue mayúscula cuando vimos que había tres personas a quien uno quiere y respeta por su compromiso por los Derechos Humanos, su coherencia y integridad. Estaban sentados Nora Cortiñas, Adolfo Perez Esquivel y Osvaldo Bayer. Paro de escribir, me seco las lágrimas de emoción  y continúo con el relato. Fue tan grande la emoción de verlos que no atiné a ingresar al bar a sacar foto. Quise sencillamente que esa imagen quede para mi.


La Avenida de Mayo estaba colmada y colorida. Las banderas de distintos colectivos y agrupaciones que se sumaron a la convocatoria de la izquierda le daban un marco de neta confrontación con el dolor pero a través del arte y la memoria. Se ven banderas de Paraguay y México asi como pancartas como “Paraguay no se calla” y “Basta de Dictadura. Fuera Stroessner de nuestras vidas”.

En cambio, en relación con México, se ve a jóvenes vestidos de negro y máscara blanca llevando la bandera “Terrorismo de Estado. Nunca Más” con varios de ellos llevando las fotos de los estudiantes de Ayotzinapa. Hagamos un poco de historia. El 26 de septiembre de 2014, estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, viajaron a la ciudad de Iguala pero fueron detenidos por la policía. Los uniformados atacaron a los jovenes que los entregó al cartel «Guerreros Unidos». Fue una masacre. Sicarios del cartel se encargaron de poner fin al problema estudiantil al prenderlos fuego y arrojarlos a varias fosas. Recordemos que hubos 6 estudiantes asesinados y 43 secuestrados en dicha ciudad. El hecho puso de manifiesto la relación entre el Estado y el crimen organizado. En la Avenida de Mayo, había fotos que retrataban a cada uno de los estudiantes secuestrados con el pedido de “Vivos se los llevaron. Vivos los queremos! El efecto de presenciar la forma en que se presentaba el reclamo helaba la sangre.

Por su parte, la UNA (Universidad Nacional de las Artes) dijo “presente” con banderas y murgas. Justo detrás de la UNA, venía la colectiva Lohana Berkins, nombre en honor a quien fue pionera en la lucha por los derechos de la comunidad travestitransexual de la comunidad LGTBI. El reclamo para poner fín a los travesticidios era unánime. Más aún con la presencia de la familia de Diana Sacayan, la activista trans asesinada el pasado 12 de octubre en el barrio de Flores. “Justicia por Diana Sacayan”, “Reparación para Travestis y Trans. Basta de Violencia Institucional”, “Basta de travesticidios” y “Travajo y reparación” eran algunas de las consignas que se leían en los carteles.


Toda Avenida de Mayo estaba llena de color y arte. Marionetas de gran tamaño y performances alusivas se realizaban al tiempo que se marchaba. A lo largo de las seis cuadras que separan 9 de julio de Congreso, se veían las banderas de diversos sindicatos. Tal fue el caso de la CTA con una muy importante columna. Por la calle Hipólito Yrigoyen se veía una gran cantidad de militantes del PTS

Un dato a tener en cuenta es que, a diferencia de lo que fue la marcha de los organismos de Derechos Humanos, la de la izquierda no contaba con tanta gente que estuviese “suelta”. Con esto hacemos mención a las familias o personas que iban pero sin ninguna bandería política. Aqui era muy marcado el linaje de cada uno de los participantes ya sea a los colectivos sociales, partidos políticos o sindicatos.


Las marchas continuaron y se extendieron hasta que bajó el sol. Un día pleno, de conciencia política y un genuino deseo de participación en pos de mantener viva la memoria, para que no vuelva a caer la que fue «la noche más larga» que vivió nuestro país. 
Una buena parte de la población se movilizó para recordar lo que muchos quieren que se olvide. Han pasado 40 años del golpe cívico-militar de 1976, que azotó Argentina y que, al día de hoy, se ven las consecuencias. La memoria no debe perderse jamás. Por el contrario, lo dice el lema que convocó a tanta gente, Memoria, verdad y justicia. Ni olvido ni perdón. Pero, por sobre todas las cosas, ¡Nunca Más!

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