Particularmente lo que me produce el día de la mujer es una gran pena respecto a los hombres, perteneciendo yo a dicho género. Más que nada por el hecho de que haya que instituir un solo día como recordatorio de los derechos que cuentan estos seres hermosos que comparten su vida con nosotros ya sea como madre, hermana, esposa, amante, hija, compañera de trabajo o lo que sea.
Otro motivo de pena es que el hombre, ante el avance de la mujer en los distintos campos –en los que estuvo relegada por culpa del hombre- no sabe estar a la altura de las circunstancias. Siente amenazado su “mundo” con cosas a las que no está acostumbrado. “Que una mina te encare? Naaa”; “Que tu esposa gane más guita que vos en un trabajo? Naaaaa”; “Que tenga una mayor preparación profesional? Naaaa” y asi sucesivamente.
Porque el hombre, en vez de intentar seguir el crecimiento de la mujer, hizo la más fácil: se estancó por su miedo y trató de tirar abajo todo lo que la mujer pudiese hacer para mejorarse pero que fuese un peligro para su existencia….masculina. Como hombre, me da vergüenza escuchar conversaciones de “congéneres” hablando sobre infidelidad o maltratos generales (Para qué va a estudiar? Para que va a trabajar? Por qué tiene amigas? Por qué tiene que salir sin mi?). Lo más patéticamente gracioso es que quienes esgrimen estos comentarios son unos simios –con perdón de los primates- absolutamente vacíos de cerebro, que solo piensan en una birrita, un trabajo de mierda y en su equipo de fútbol o en el otro extremo social, en el blackberry, un auto último modelo pero que no tienen casa propia. Porque la mujer no tiene derecho a salir con cuantos tipos quiere pero el flaco, si. “¿Cómo me voy a negar con una mina? Acaso pensás que soy trolo?”. Después, con la fémina en cuestión pone coto a esta sarta de boludeces machistas, de “hombre bien constituído”, el tipo en cuestión se entristece, se deprime y llora. Mi dicho es sencillo: no llores como niño lo que no pudiste defender como hombre.
Tampoco ayudan los medios de comunicación que venden una imagen burda de las mujeres, en las cuales solo se muestran como objetos sexuales, prestándose para el circo machista del cual se es complice. “Como no voy a ver Showmatch? Acaso pensás que soy un amargo?”. Porque, en tanto y en cuanto, continúe la gran cantidad de los mortales a reproducir los discursos con los que uno ha crecido, sin ponerlos en tela de juicio, más aún sabiendo que son una pelotudez detrás de la otra, seguirá todo en sus carriles “normales”.
Realmente
mucho para reflexionar,
opinar
y discutir.
Se ha avanzado en el campo femenino
pero seguimos siendo las amas de casa,
amén de nuestra vida laboral.
Tendrán que pasar un par de generaciones