Alejandro Maci: “La televisión siempre es coyuntural”

Director y guionista, Alejandro Maci estuvo detrás de Cristina Banegas y Darío Grandinetti cuando ganaran el premio EMMY por sus actuaciones en dos de los 13 capítulos de la serie de “Televisión por la inclusión” que dirigió en 2011, al tiempo que “En terapia” fue uno de los sucesos del año. Maci recibe a ECDL para hablar de su rico presente y su futuro inmediato.



-Alejandro, felicitaciones por el Emmy pero…era esperado? 
– Mirá, cuando uno hace su trabajo, siempre espera lo mejor. Ahora si, no era esperado en absoluto! El Emmy es como si uno hiciese una pequeña película local y gana el Oscar. Uno aspira a un Martín Fierro, a los Premios Broadcast, premios nacionales. La verdad es que esto haya trascendido y que se haya ganado los premios internacionales de televisión más importantes del mundo, compitiendo con programas que son superproducciones. Episodios que se hacen en diez días o un mes…Cuando volvió Cristina (nosotros hicimos en cuatro días el episodio), el programa que competía con nosotros lo hicieron en un mes. Bueno, asi son las producciones internacionales. Es más, te digo que el estar nominado ya es un premio. Que un programa argentino obtenga una nominación al Emmy, es como decir que obtuvo una nominación al Oscar. Es un premio en si mismo y ya no importa tango ganarlo. Si lo ganas, mejor. Pero en realidad la nominación es un premio porque hay un jurado altamente exigente e internacional. 

-Además, como siempre se dice, acá hay que hacerlo todo a pulmón y todo cuesta el doble, y allá para producir, es el doble que lo nuestro. 
– No te quepa la más mínima duda. También es cierto que, en un sentido, estoy muy contento porque tuve un elenco increíble. Yo soy de trabajar mucho con los actores y me alegro mucho que los actores se entreguen sin prejuicio al trabajo. En este ciclo, tuve en dos capítulos a Leo Sbaraglia, en uno a Selva Alemán, Mirta Busnelli, el Pato Contreras. Estoy muy contento con todo esto. Lo que nunca me imaginé fue un premio de estas proporciones. Es una locura. 


-Y las repercusiones. 
– Exacto. Ahora la miniserie va a dar la vuelta al mundo. Lo cual también es bueno para nosotros porque sirve para dar a conocer lo que se hace en Argentina. Todo lo que tenemos en todo sentido. 

“En terapia” fue un suceso. 
– Si, fue otro suceso. En ese sentido, este fue un año precioso. No me esperé que tanto. Le fue bien en todo. En repercusión, rating –dentro de los parámetros del Canal 7, ya que lideró el rating del canal-, tuvimos críticas de muy buenas para arriba. Fue una locura. Tuvimos un elenco precioso y con algunos de los actores sigo trabajando…. 

-Leo por ejemplo… 
– Exacto. Con Norma sigo, Luppi sigue, Alejandra Flechner y Dolores Fonzi siguen. Obvio que Peretti también. 

-Laburaste tanto en televisión pública como en televisión privada. ¿Hay diferencia entre ambas? 
– No. Para mi, la diferencia son los buenos proyectos y los malos proyectos. A mi lo que me pasa es que, la televisión pública me resulta, siempre, como en un sentido, es una responsabilidad que debería ser mayor. Lo siento asi porque la televisión pública se paga con plata de los impuestos. La televisión privada es un emprendimiento empresarial, de una compañía. Le puede ir mal como le puede ir bien. Ni en cine, teatro o televisión se puede saber como le puede ir a uno, si le va a ir bien o mal. Me importa mucha que sea muy bueno. Sabía que “En terapia” le iba a ir bien y me alegra mucho lo que acabamos de decir, que asi sea. Para mi, “En terapia” era una responsabilidad. Tenía que tener nivel internacional, nivel cinematográfico. 

-Que lo tuvo. 
– Bueno, yo lo trabajé asi. De hecho, lo trabajé como cine. Actor por actor, ahí no había planos simultaneos. También trabajamos la luz, el diseño escenográfico, los decorados. Todo fue en esos términos. De hecho, la serie la compró España lo cual es muy interesante ya que no la va a rehacer. Va a usar la versión argentina, con acento argentino. 

-Si, mira vos 
– Se está viendo en Uruguay con excelente repercusión. 

En la Televisión Pública hay una mayor tranquilidad respecto del rating 
– Es cierto. La Televisión Pública es más tranquila con respecto al rating a pesar de lo cual…a ver, no es lo mismo tener 2 puntos que 25 de rating en el horario principal, el llamado prime time. Eso, por supuesto, sin subestimar que a la televisión pública le importa tener rating. Si la televisión pública tuviera 0.2, 0.5 en vez de los 4 puntos que tenía “En terapia”, no solo que no le gusta sino que también se preocupa. No es la competencia tradicional de Canal 13-Telefe, en la que Canal 9 y América van muy atrás.


– ¿Considerás que puede haber un buen programa con bajo rating? 
– Por supuesto. Lamentablemente, el éxito no va de la mano de la calidad. Hay programas de óptima calidad que, por un momento histórico-social, la gente está distraída en otra cosa. La televisión genera fidelidades. Entonces, de pronto, están viendo una cosa y no quieren dejar de verla. Y por ahí, hay una joya del otro lado. 

¿El éxito no se discute? 
– La televisión es un fenómeno comercial. Entonces eso no se discute. La gente gana muchísimo dinero. El canal, los productores, todos ganan mucho dinero cuando el programa tiene rating. Eso no se discute, al igual que ganan poco dinero cuando tienen poco rating. Ahora, si lo que tiene mucho rating es bueno, eso si se discute. He visto programas espantosos con muchísimo rating. Y al revés también. 

-Pero pareciera que es una verdad no escrita el no discutir los 30 puntos de rating. 
– De ningún modo. Tiene 30 puntos de rating? Es un éxito. Eso es lo que digo yo. Nada más. A veces digo “es extraordinario y es un éxito” y otras veces “es un éxito. Tienen mucha suerte que han funcionado asi programas malísimos”. Pero generó adhesión, la gente se enamoró de un personaje, de dos o de todos. O enganchó la historia. Por algún motivo, pegó. La televisión siempre es coyuntural. Como todo…. 

-Me estás tirando un título…Otro tema. ¿Quién está primero, el guionista o el director? 
– Todos y te digo porqué. Es como la pregunta ¿Quién va primero, Beethoven o Barenboim? Beethoven mal tocado no funciona y Barenboim sin esa partitura, tampoco. Un texto escrito es un texto escrito. Que por mejor que sea, no ha sido ejecutado. Una ejecución puede ser muy mala. Grandes libros se han hecho mal y malos libros han sido reescritos escénicamente logrando éxito. El texto es la apoyatura dramatúrgica. Es la construcción del relato. Es fundamental. Al mismo tiempo, es inevitable que la dirección sea autoral también. Trata de rescribir en escena un texto. La tonalidad se encuentra en la escenificación. El tipo de humor, de melodrama, de tragedia o comedia. El vértigo de un policial, la precipitación (o la falta de), los ritmos escénicos, todo eso no es de libro. El ser guionista y director son tareas distintas. 

¿Qué te surgió primero? 
– La dirección. El paso al guión fue progresivo. Empecé a co escribir mis propios trabajos, luego me propusieron escribir series, después se fue dando. De hecho hay cosas que escribo y no dirijo. 

– ¿Te resulta más cómodo trabajar con una serie que ya está en el aire o el trabajo previo? 
– Marcás dos puntos muy importantes. El trabajo previo es el concepto y eso requiere de mucho tiempo de cocina, de maduración. Uno, en el tiempo previo, reflexiona mucho sobre la cosa y piensa que va a hacer eso. Como lo va a hacer, como debería ser y estar contado, qué es lo más adecuado para este relato. Creo que, cuando hay poca pre producción, se siente en el rodaje. Porque hay un tiempo de reflexión que uno no tenía. 

-Y cuando ya está andando? Ya estamos en el baile, como quien diría… 
– Si, a veces empieza a darse sin haber terminado de rodar. En las series pasa eso, siempre. De hecho, cuando se estrenó “En terapia”, estábamos haciendo los finales del rodaje. 

-Se hubiese cambiado algo al respecto, con la recepción que hubo del público? 
– No, ya lo tenía pensado. Además, es una historia cuyo punto de vista es ese terapeuta que en un momento dificilísimo personal, en el que le pasa de todo (se rompe su familia, el vínculo con su mujer y debe separarse de sus hijos, se tiene que ir de la casa y abandonar su consultorio), en ese momento de crisis, se enamora de la persona indebida y empieza la debacle. 

-Imagino que en mil y un entrevista te preguntaron por como concebiste al personaje de Peretti.


– Mirá, el personaje de Peretti, punto 1, para mi era muy importante que fuera asistido en un país, una ciudad, altamente psicoanalizada. El lugar que ocupa el análisis (no solo el psicoanálisis) en Buenos Aires, no diría en todo el país, no existe en ningún lugar del mundo. No existe en EE.UU, en Francia, en España, ni en Israel que es donde se origina el relato. Entonces, me parecía importante que fueramos sensibles a esta situación. Acá, toda la gente interpreta, inclusive el que nunca pisó una terapia. “No proyectes”, “no desplaces”, etc. Por ahí, no va  a un terapeuta pero lo sabe. Tal vez por los medios de comunicación, o por la cultura “psi” que en Buenos Aires es muy alta. 

¿Dónde te sentís más cómodo dirigiendo? ¿Cine, teatro o televisión? 
– Cine, porque hay un registro y porque permite un vínculo muy largo con los agentes de la acción que son los actores. Donde tenés más tiempo para hablar, reflexionar y pensar. En la televisión, hay mayor vínculo con la inmediatez, lo cual tiene su interés pero a mi me gustan los procesos reflexivos más largos. 

-Y el teatro? 
– El teatro es…donde uno más aprende. Es la matríz. Donde uno aprende lo que termina haciendo en otro lado. El teatro es prácticamente, un espacio muy pequeño donde todo hay que generarlo como un imaginario en el público. Después veremos la escenografía pero nunca va a suceder lo que sucede en el cine o la tele, donde uno puede mostrar lugares e irse. Uno, en el teatro, tiene que generar el exterior, allí, de algún modo. Después pasa eso que mencionas vos de la impronta insustituible de la presencia física. Si tengo la escena ahí, eso no me modifica todo, decididamente. 

-Te hago las dos últimas. ¿Cómo viene el 2013? 
– Estamos rescribiendo y vamos avanzados con la adaptación de los libros. En febrero empezamos el rodaje. Empiezo con la segunda temporada de “En terapia” que van a ser unos cuarenta capítulos, a diferencia de la primera temporada que eran cuarenta y cinco. A continuación, tengo una película llamada “Lo que queda del beso” con Dario Grandinetti. Es producida por Azpeitía Cine. Después estoy adaptando con Esther Feldman, una novela a la que le tengo mucho aprecio, “Los que aman, odian”. 

-De Bioy, no? 
– Si, de Bioy y Silvina. Fue lo único que escribieron juntos, a cuatro manos. Es una historia pasional, policial, de la cual ya estamos llegando a una primera versión cinematográfica adaptada. 

-Para cuando estarían las dos pelis? 
– La primera, para mediados de año y la segunda, no tiene fecha. Hay que ver pero seguro para finales del año. 

-Elenco, tenés alguien visto? 
– No todavía para la segunda y Dario Grandinetti protagoniza la primera.

-Ahora si, la última. Si por este pasillo de tu casa, entrase el pequeño Alejandro que empezaba a escribir sus bocetos de guiones, ¿qué le dirías? 
– No desconfíes de vos mismo. Tené paciencia y no seas ansioso. 

-Desconfiabas de vos mismo? 
– Uno siempre es el peor crítico. Le daría un montón de consejos. Le diría “escuchá a algunas personas, no a todas”. Solo a algunas. Hay que aprender a tener oído selectivo. No importan todas las opiniones sino las que a uno le importan y nada más.

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