Juan “Pollo” Raffo: “No hay que limitar el virtuosismo solo a la interpretación”

Reconocido y admirado por público y colegas, Juan «Pollo» Raffo continúa presentando su segundo álbum «Diatónicos Anónimos / Música de Flores Vol. 2», y estrena nuevo material para el futuro «Música de Flores Vol. 3». Sobre esta presentación y también sobre el virtuosismo y los revivals, habla el Pollo Raffo
 
– ¿Cómo surge este Volumen 2, Música de Flores?
– Es una continuación del Volumen 1 en el que las composiciones combinan los géneros populares criollos con el espíritu de improvisación, tan característico del jazz.
-Tiene muchos cambios con respecto al proceso de composición de las canciones?
– No, en realidad, no. Es más, es bastante similar en cuanto el proceso de composición de las piezas. Es un material basado en ritmos latinoamericanos retrabajados a partir de elementos que tienen que ver con el jazz, la música clásica y el rock en cuanto a lo tímbrico.
-Estas presentándote con un cuarteto en el que prescindís de la guitarra. ¿Es por algo en particular?
– No, por nada. No es un timbre que este buscando ahora. Lo he tenido muchos años. Inclusive en este caso, el rol del guitarrista lo cubro yo con el Hammond. En ese sentido, tímbricamente, la guitarra no está presente. Igual en el primer disco, tengo a Francisco Rivero y a Lucho Gonzalez como guitarristas invitados pero en este caso, estoy prescindiendo de la guitarra pero no es nada por nada en especial.
-El título es “Música de Flores”. El barrio tiene algún timbre en especial para vos?
– No se si el barrio de Flores tiene algún timbre en especial pero creo que tiene que ver con una asociación libre más que algo real. O sea, Flores, en ese sentido, no es distinto a otros barrios de Buenos Aires en los que lo suburbano se mezcla con lo urbano. Por ahí tiene que ver con algo ligado a la infancia. Cierta cosa nostálgica e idealizada de lo que es el barrio.
-Como refugio quizás…
– Si…igual, como filosofía de vida no se si es muy interesante el tema de la recurrencia al pasado. Pero como un lugar emocional seguro, donde se puede rescatar estados que te pongan en cierta sintonía para escribir, puede ser. La composición musical para mi, es un oficio. Como que cada una de las piezas parte de alguna idea o de algunas ideas de cualquier tipo. Desde lo concreto que serían los materiales armónicos, melódicos y rítmicos hasta cosas mas intangibles como determinados climas. Inclusive es una cosa muy subjetiva. El proceso es como si uno juntara las piezas de un rompecabezas en el cual no se sabe cual es el modelo terminado. Es juntar fragmentos de material que sospechas que se van a relacionar en algún momento pero uniendo el plano de tu cabeza a medida que vas juntando los pedazos. Dentro de eso, determinadas rítmicas y giros tangueros asi como maneras de frasear se cuelan en eso. El contraste entre lo urbano y lo suburbano. Hace poco estuve con un estudiante de Catamarca y me dijo –siendo él de Catamarca- “Esta plaza me hace recordar a las plazas del noroeste). Me puse a pensar y tiene razón!
-Además, el tema de la iglesia, justo enfrente de la plaza.
– Si, yo estoy enfrente pero en diagonal a la Plaza Flores y al lado de una iglesia metodista. Al ver la cantidad de árboles, el diseño, y tiene razón. La plaza tiene una impronta de provincia que está absolutamente desencajada porque alrededor está la urbe! Esa cosa que estas en Rivadavia y a dos cuadras ya tenés el empedrado….Es ese tipo de contrastes los que están muy presentes y se traducen en lo que suena.
-En un momento, dijiste que “no está bueno volver hacia el pasado”. Al día de hoy, la música no es un revival constante?
– No estoy tan seguro. Por ahí hay distintas maneras de procesar el material. Eso ocurre en especial en el rock en el que entre mediados de los 60 y mediados de los 70, ha sido muy explosiva. Hubo un montón de materiales que vienen de ahí. Es muy difícil, calculo yo, irse de eso. Por otra parte, lo del revival se da de manera industrial. Cada vez que aparece un formato nuevo, como en su momento pasó con el CD, se reedita todo nuevamente bajo este nuevo formato. Inclusive hay toda una industria de nostalgia de la música joven. Histórica quiero decir. Me acuerdo haber estado viviendo en Estados Unidos, a fines de los ochenta, y estar viendo como aparecían las reediciones de películas, discos y series de los 50. Esto se daba porque la generación que los había visto de jóvenes, ahora tenía poder adquisitivo para poder comprarlo. Esto sigue pasando. Fíjate que siempre se reeditan las músicas de la juventud de personas que, en ese momento, tienen cuarenta y cincuenta años. Esto no es casual. La industria apunta a la nostalgia de la mediana edad que, ahora, tiene el poder adquisitivo de comprarse el box set o lo que sea que haya salido y que en aquel momento,  no existía o era más complicado hacer discos. Hay un combo de todo esto. Es imposible me parece a mi, despegar la música popular de la industria de la música. Lo digo tanto para bien como para mal.
-Considerás que el virtuosismo va ligado a cierta frialdad?
– No, para nada, asi como tampoco creo que la economía esté ligada a la expresividad. Hay músicos que ponen muchas notas y tocan mal y otros que ponen pocas y tocan bien….asi como también hay músicos que ponen muchas notas y tocan bien y otros que tocan mal las pocas que ponen! Lo atractivo del ejecutante es su discurso. Lo que dice ser es lo interesante. Fijate con los escritores. Hay algunos que tienen una prosa imbrincada y son aburridísimos. Esto corre por carriles distintos. Te pongo dos ejemplos, B.B.King y John Mc Loughlin. Son dos genios y ambos muy atractivos a partir de sus discursos. No es un tema de virtuosismo. La capacidad de expresión también es virtuosismo y no solo hay que limitarla a la interpretación.

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