Ricky Maravilla: Gira mágica y misteriosa.

Nacido en Salta bajo el nombre de Ricardo Aguirre, es un ícono de la música tropical. En un encuentro con el Caleidoscopio, Ricky Maravilla habla de todo: su infancia, Punta del Este, la cumbia villera, su aporte a la música y su deseo de ayudar a la gente.

– Ricky, la otra vez vi un documental sobre la música tropical y estabas junto a otros músicos como Alcides y Pocho la Pantera. Ahí mostrabas tu disconformismo con la cumbia villera…

– Si, sin dudas. Particularmente, estoy bastante disgustado en tanto mi lucha por darle -entre comillas-, cierto “nivel” a nuestra música popular. Si bien es cierto que he adoptado la música centroamericana, le pusimos nuestro propio acento, identidad y gracia para interpretarlo. Luchamos mucho en darle un “nivel” porque cuando apareció, era mirada de reojo. Decían peyorativamente que era “música de segunda, de negritos” y que no tenía nivel. En mi caso, pude demostrar con el tiempo, que mi música hizo bailar no solo a la popular sino a los altos estratos de la sociedad. Tanto es así que me invitan permanentemente a fiestas de Punta del Este donde recuerdo, estaban -por darte un nombre-, la señora Fortabat, la señora Herrera de Noble. Quizás querían saber quien era Ricky Maravilla. ¡No sabés como se divirtieron…!

-Eso fue en….

-…a partir de ese momento (te estoy hablando de principios de los años 90), no he parado nunca. Al día de hoy sigo haciendo fiestas privadas de gente de doble apellido, muy encumbrada, de alta sociedad. Esto, además de seguir incursionando con mi gente, a la cual pertenezco. Así que bueno…¿¡cómo no renegar de las letras de los nuevos temas de estos chicos!? No estoy en contra de la nueva movida tropical, de los grupos villeros, pero son manejados, lamentablemente, por empresarios inescrupulosos que forman grupos en los que los hacen grabar, los muestran por televisión y si funciona, los exprimen. No es lo que demuestren artísticamente, sino que la ganancia se la lleva el empresario.

-Eso, por un lado…

-..y los chicos así como aparecen, están un tiempo muy corto y desaparecen. Les hacen cantar cualquier verdura. Cuanto más subido de tono, más inmoral y que esté hablando de la droga, el alcohol, el vicio, las prostitutas, los policías, mejor. Todo se mezcla. Estoy en contra de eso. Si hay un tema de protesta, bien ideado, que diga realmente la realidad y bien conceptuado, con mucho ingenio, lo felicito al autor. Pero cuando me hablan de “Se te ve la bombacha”, “bajate la tanga”, todas esas estupideces, me parece que están muy lejos de lo que pretendemos y de lo que Ricky Maravilla en algún momento, ha demostrado. Por ejemplo, “Cuidado con la bomba» es un tema con doble sentido pero muy ingenioso que no tenía que ver con la prenda femenina sino que hablaba de Tarzán, la mona Chita y que le pusieron una bomba.

-Era un tema ingenioso.

-¡Claro! Al igual que “Que tendrá el petiso”, con el cual muchos se sentían identificados y a partir de ese momento, las mujeres empezaron a mirar para abajo. Empezaron a decir “que tendrá el petiso”. Apareció la curiosidad femenina y muchísimos petisos hoy en día me lo agradecen. Dicen “Ricky, gracias a tu música, gracias a tu tema, tengo mi esposa que es más alta que yo”. Para mi es un orgullo y un honor que, con un tema, se hayan conformado tantas parejas desparejas. Por ese lado me siento muy orgulloso. Sigo cantando y viajando por el país y el exterior.

-¿Por donde estuviste girando?

– ¡Por todos lados, por suerte! En Panamá, mi padrino artístico es Roberto “Mano de Piedra” Durán. Estuve en Miami, donde me recibió cuando vivía Palito Ortega. También me invitaron para el Festival Argentino de Miami y el Día de la Independencia de México, invitado por Verónica Castro, que tiene mucha admiración por mi música. A partir de mi llegada a México, empezó la llamada “onda grupera”, de los Broncos, los Ilegales. Hasta ese momento no existían salvo las grandes bandas, de quince músicos, instrumentos de vientos. Mi llegada fue con un modesto grupo de tumbadores, timbaletas, guiro. Así comenzaron a formarse una gran cantidad de grupos. Me enorgullece haber iniciado una movida en México tal como ocurre en mi país que no hay fiesta que no pase un tema de Ricky Maravilla cuando hay que bailar y divertirse.

– ¿Cómo te sentías con esa gente que te miraba de costado, con cierta discriminación, ahora animándoles una fiesta?

– ¡Ahhh! ¡Me sentía un gladiador que ha ganado la batalla! Los veía desde arriba del escenario, como me aplaudían…Toda esa gente con frac y moñito que después lo tiraban para bailar y hacer el trencito con Ricky Maravilla. Me sentía un ganador total. Como dicen los chicos “un winner” (risas). Recordaba mis primeros pasos en la música cuando me miraban de reojo…Los mismos medios no me daban más de un año. Sin embargo, estoy pasando los veinte de trayectoria y sigo trabajando gracias a Dios, a los medios que me convocan -como ustedes- y al público.

– ¿Crees que la música tropical logró el estatuto de «seriedad» como lo tiene el tango, el jazz o inclusive, el rock?

– No se si es “seriedad”. Nuestra música es divertida y alegre al tiempo que incita a bailar. El tipo que quiere pasar una noche divertida pone nuestra música. No se si hemos logrado el nivel de la salsa, del son cubano o ritmos que vienen de muchos años. A nosotros nos falta tiempo pero hemos pegado fuerte en ciertos lugares que, para nuestra música, estaba prohibida la entrada. Por ejemplo, las discos y megadiscos. Yo fui uno de los primeros artistas que ingresó a una discoteca. Recuerdo allá por el año 90, aquí en Buenos Aires, había dos lugares que eran los más top de la noche porteña. Uno era “Bulldog”, que estaba en Talcahuano y Paraguay y el otro era en Nuñez . Tenías que rendir un examen para que te dejen entrar así como cumplir con los requisitos que ellos decían. Usted si, usted no.

-¡Qué feo que era eso….!

-Había un filtro…Muy difícil pero se estilaba. Entonces, era lo más encumbrado. Un día me dicen “Ricky, te contrataron en Bulldog”. ¡No lo podía creer! ¿Qué tengo que hacer en Bulldog si pasaban música europea, tecno, acid…? No se si me contrataron para hacerme pasar un calor, para que los chicos me tiraran de todo y de esa manera, el boliche tome más resonancia. Pensé en que los chicos no me acepten. En ese momento, estaba en todos los medios de comunicación. Marcelo Tinelli me había llevado a su programa al igual que Mirtha Legrand, que nunca había llevado a figuras populares. Armaron una mesa junto con los Midachi, Tu Sam y Jorge Guinzburg.

– ¿Ese fue el día que te caíste?

– Si. Esa famosa caída que la repiten hasta el día de hoy. Creo que todo eso hizo que me llevaran a ese lugar. Te imaginas que si me llegaban a tirar de todo, el boliche iba a ser noticia en todos los medios. Se me cruzó eso ya que, muchas veces, no escatiman en mandarte al frente. Pero el show fue tan bueno…¡Dejé todo!

-¿El público era joven?

-Si y estaba acostumbrado al tecno y al house pero vieron algo distinto en mí. Lo primero, autenticidad con una entrega total. Un personaje que no merecía ser agredido. Me acuerdo que el grupo soporte eran los Auténticos Decadentes que recién empezaban. Llevaban un perro manto negro que se quedaba sentado al lado del escenario. ¡Ellos fueron el grupo soporte de Ricky Maravilla! Así que…¿¡como no me voy a sentir orgulloso de lo que he logrado?! El público me pedía “otra” y “otra”. Inmediatamente me llevaron a Punta del Este a hacer el “Baile de Bulldog”, donde estaban las top models y los personajes famosos…

Intermedio: Nos juntamos en una pizzeria en Sarandí y Av Independencia. Ricky llega saludando a la gente, con un dejo de timidez. Es una persona humilde, que agarra el grabador y le habla a los chicos por las drogas y los arrebatos. Sin perder de vista sus orígenes, es una persona agradecida por todo lo que le ha tocado vivir.

– ¿Te sorprendió mucho la bola que se te dio a vos y a otros músicos de la movida tropical?

– Si! Muchisimo. Cuando fui a Punta del Este, me llevaron en una limousine desde el aeropuerto hasta un hotel de cinco estrellas. Pensé para mis adentros que era una cámara oculta…Estuve en una suite y había frutas de estación, jugos y todo lo que te imagines. Antes del show me llevaron a un gimnasio y un sauna. ¡No lo podía creer!.Bajo y me estaba esperando otra limousine blanca. Me decía “No puede ser esto. Es un sueño ¡Que no me despierten nunca!” Hicimos unos kilómetros y había autos por todos lados. Le pregunté al chofer que había pasado. Me dice «Hay un espectáculo acá cerca. Viene un artista muy importante”. Ante semejante despliegue, pregunté “¿Quién viene? ¿Los Rolling Stones?”. “No, -responde-…Nada que ver ¡Viene Ricky Maravilla!” Me emocioné y se me cayeron las lágrimas. Había flashes y gente gritando. Comenzó el show y repetí lo de Bulldog. Fue impresionante.

– ¿No se están acercando al rock los grupos nuevos de cumbia por el tema del alcohol y las drogas?

– Si, pero mal encaminado. No hay autores. Los chicos creen que componer es agarrar un papel y escribir estupideces. No es así. Tiene que haber creatividad, ingenio. Algo que el autor de letras pueda decir sintéticamente, en un párrafo corto. Que pinte un paisaje, una realidad de lo que esta pasando. Hoy cualquier chico escribe cualquier cosa, le pone una melodía y cree que tiene un tema. Escucho todo tipo de música: rock, música clásica. Me encanta escuchar una melodía y una letra bien hecha. Me gusta mucho como escribe Calamaro. Te dice cosas muy normales en muy pocas frases. También Lerner, Charly en sus momentos…

– ¿Como escribe Ricky Maravilla…?

– Siempre compongo con amigos. Por ejemplo, con Badi escribí “Cuidado con la bomba” y “Muchacha sola”, o con Fabio Espinosa, “Que tendrá el Petiso”. Después, le puse la música. Soy el autor de “Estas enamoradita” con Miguel Escalante. Tenía mi conjunto y nos pusimos a escribir juntos. Salieron cosas muy lindas. Me cuesta mucho escribir porque quiero acercarme a los grandes autores, como escriben y como sintetizan. Escribir una canción es como pintar un cuadro. Cuando alguien se detiene a observarlo es porque tiene algo. Si seguís de largo es porque nada te llamó la atención.

– En un momento dijiste que querías incursionar en la política. ¿Seguís con esos planes?

– Mi idea, desde que tengo uso de razón, fue el ser útil a quien me necesite. A través de la música, logré mucho ya que le he arrancado una sonrisa al que está triste o con algún problema. Pone un tema mío y se le levanta el espíritu. Me encantaría trabajar en la parte social. Mi idea es que, teniendo un puesto político, pueda trabajar para mi gente. Los candidatos prometen y después se olvidan. Vamos a tener un país distinto cuando el que promete, realice todo lo que hace falta. Un tema que tocan y saben que llega muy profundo al votante es la salud y la educación. Pondría de ministro de Educación a un maestro rural, que sabe qué es hacer dedo en la ruta y estar toda una semana en un colegio al lado de los chicos. Sabe que es realmente la problemática de la educación.

– ¿Sos ingeniero electrónico?

– No llegué a terminar la carrera. Era mi idea pero me incliné por la música. Vengo de una familia muy pobre y humilde de Salta. Eran campesinos, con escasos estudios. Eso me incitó a seguir estudiando porque quise cambiar un poco. Esto va para los chicos que lean esta nota y para la juventud. Cuando uno se traza una meta y se sacrifica para ser algo, no hay nada que lo impida. Formé un conjunto musical y trabajaba en tres lugares para poder comprar los apuntes para hacer la secundaria. La terminé en el Industrial 7 General San Martín, acá en Retiro, sobre Avda Libertador. De allí hice el examen de ingreso para la Tecnológica de Avda Córdoba y Medrano.

-¡Qué bien!

-Mi sueño era ser ingeniero para salir del estado de pobreza de mi familia. Ahí empiezan mis escarceos con mis conjuntos musicales. Empecé en la secundaria con un conjunto folklorico cuya primera guitarra era un profesor mio del primario. Estaba en pleno furor el rock con los Beatles y los Stones y compré mi primera guitarra eléctrica. Formé mi primer conjunto de rock pero con escasa llegada. No se si no era el momento o no éramos buenos pero no pasó a mayores. Era un hobby que me daba alguna moneda para costearme los estudios. Después integré un conjunto de música brasileña en el que tocaba la guitarra. Aprendí muchísimo a nivel musical. Con un compañero de estudios, hijo de exiliados cubanos, hicimos un intercambio. Le enseñé a cantar zambas y chacareras y él, sones cubanos, salsa, merengue y cumbias.

-Trabajaste en confiterías…

– Si, por ejemplo en “Mi Club”, de Suipacha y Tucumán, el “Salón Español”, en “Reducci”, en el “Agusteo” en la calle Alsina o en “Italia Unita”, donde se pasaba mucha música tropical. En los 70, se estilaba que cada confitería presentara una orquesta de tango, cosa que lamento muchisimo que hoy no se haga. Estaban los grandes maestros con los que tuve el honor de compartir escenarios: Héctor Varela y sus cantores Jorge Falcón, Diego Solís y Fernando Soler, Juan D’Arienzo con Alberto Echagüe…

-¡Tocaste con los grandes!

-Si! Echagüe me invitó a su casa a compartir asados con su familia. Tuvimos una linda amistad. También conocí a Mario Bustos y a Jorge Valdez, con quien hice en Mar del Plata. Ahí fui Revelación Actoral y me dieron el Estrella de Mar en el…93. Pero los medios te recuerdan por un solo verano…El director de la obra fue Enrique Carreras. Con Enrique habíamos convenido en hacer tres películas pero lamentablemente se enfermó y no se pudo hacer. Quedó caduca la idea pero no pierdo la esperanza de hacer mi película contando mi vida y todos los avatares que he pasado, como una manera de que los chicos sepan que cuando se quiere algo, se puede llegar.

– ¿Cómo era Ricky Maravilla de chico y todavia era Ricardo?

– Era lustrabotas. De chiquito me atrapó la idea de trabajar. Siempre quise llevar mi dinero a casa pero bien hecho. Nunca se me dio por robar. Lamentablemente, hoy los chicos andan de arrebato, con armas. Les gusta la vida fácil, las drogas, el alcohol. No generalizo pero veo en la televisión como en los barrios pobres van y les quitan los bolsos, las zapatillas. En mi época, había chorros pero con un código: al que trabajaba y al pobre no se le robaba. Hoy le roban a todos. En vez de avanzar, retrocedimos. Tenía siete años y me hice mi propio cajón de lustrabotas. Trabajaba en la esquina del boliche Valderrama. Hoy soy muy amigo de uno de los dueños que quedó. Siempre recordamos que me paraba en la vidriera porque no podía entrar. Escuchaba las guitarras, las zambas y pensaba “Algún día, voy a estar en ese escenario”.

– La última. ¿que le diría Ricardo Aguirre a Ricky Maravilla después de todo este tiempo?

– Lo felicitaría porque ha llegado a ser un artista popular. A cada paso, la gente me saluda y me habla con mucho cariño. Logré tener un lugarcito en mi país, en mi gente y también en el exterior. Por ejemplo, ¡nunca pensé en llegar con mi música a Australia! Fui a Melbourne, Canberra y un lugar que se llama igual que en Inglaterra, Liverpool. Hay muchas comunidades latinas. Anunciaron mi nombre y fueron todos a verme. Ricardo Aguirre diría “de un cajón de lustrabotas pasaste a vivir…” No soy millonario. No nado en la riqueza pero vivo bien, sin sobresaltos. Siempre tiendo una mano al que necesita. Soy padrino del Hospital de Niños Ricardo Gutierrez. Siempre vamos al Garraham. En ocasiones, visitamos las salas y llevamos juguetes. A través de AMCA, la asociación de taxistas, nos reunimos cada año para visitar a los chicos.

– Ahora si, la última, ¿cuales son tus próximos pasos?

– Seguir cantando y componiendo, como siempre. No creo poder eclipsar al petiso. No hay caso. Cada artista popular tiene un caballito de batalla, un tema. Salvando las distancias, Gardel tenía “Mi Buenos Aires Querido” entre tantos temas. Después, la Mona Jiménez, “Quien se ha tomado todo el vino?”, Alcides con “Violeta”, Gladys la Bomba Tucumana, “La Pollera Amarilla” y Ricky Maravilla “Que tendrá el petiso”

– ¿Estas grabando?

– Siempre estoy grabando pero las compañías discográficas están muy de capa caída últimamente. He lanzado discos pero no te apoyan como en aquellos momentos. No te dan un pase televisivo ni te ponen en la radio. Si viene un artista del exterior, le dan toda la prensa. Las compañías no se juegan. Quieren vender discos pero no ponen pauta publicitaria. Pero gracias a Dios, estoy bien.

-¿Querés decir algo más? El grabador es todo tuyo.

– Reitero, para todos los chicos que comienzan en la música y forman grupos, que si no se les da en la primera, sigan luchando. Que, paralelamente a la música, estudien. Si llega a fallar una, ya tienen otra cosa. Mi carrera de ingeniería no pudo ser porque se me cruzaron dos personajes que se me acercaron y me llamaron. Uno de ellos el presidente de Sony Music, Hugo Piombi. La otra persona que me llamó y me dijo “Ricky, ¿querés grabar un disco?” -y accedí inmediatamente- era nada más y nada menos que Oscar Anderle, el autor de los temas de Sandro. Mi carrera de ingeniería en electrónica pasó a ser mi hobby. Todavía armó plaquetas, comprando libros. Era técnico de máquinas fotocopiadoras y mi sueño era que fuera mi trabajo mientras que la música iba a ser mi hobby. Al final, mi hobby pasó a ser mi profesión.

– Gracias Ricky…

– Gracias a vos por esta charla y chicos, no anden de arrebato. Yo nací en Salta, en una villa que actualmente se llama Villa Cristina. No todo lo malo sale de una villa, no todo lo malo sale de esos barrios. Se que hay ladrones como lo hay en Recoleta o Barrio Norte, ladrones de guante blanco. Mi deseo es que, de la villa salgan muchos Ricky Maravilla ya sean músicos o ingenieros.

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