Música Para Volar brilló con “Soda Sinfónico”.

El mítico teatro Broadway fue el recinto elegido por Música Para Volar para presentar su nuevo y exquisito show en el que revisita el rico repertorio de Soda Stereo de manera más «clásica». La Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional  de Cuyo y el coro Regatas de Mendoza le brindaron calidad e identidad a la nueva propuesta de la banda rosarina.

Texto y fotos: Rocío Correa.

El sábado 29 de abril era la fecha de encuentro para los fanáticos de Soda Stereo en el Teatro Broadway, plena calle Corrientes. A las 21:20 hs se apagaron las luces del escenario. Las trompetas, trombones y clarinetes de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo comenzaron a sonar. Minutos después, apareció Música para Volar en escena. Jose Matteucci (batería y voz), Alexis Thomson (guitarra), Julieta Sciasci (bajo y coros) y Bruno Moreno (piano), tal su formación completa, para dar comienzo al show con “En Remolinos”.

El cuarteto y la orquesta se potenciaron en “Un millón de años luz” en los momentos del estribillo, llevando a la canción a un clímax inolvidable. Desde la batería, Matteucci dijo que “Esta noche vamos a estar tocando gran parte de la discografía de Soda Stereo. Entre todos los que estamos acá presentes, vamos a dejar que esta música nos lleve a donde nos tenga que llevar. ¡Esta noche todo lo puede…!”.  

“Juegos de seducción” continuó el recital y en “El Rito”, el baterista presentó a Azul Chiabra, quien los iba a acompañar tocando el fagot. “Si se animan en esta canción pueden participar palmeando discretamente”, comentó alegremente el frontman, antes de que empiece a sonar “Zoom”.

En “Cuando pase el temblor”, se destacó el coro Regatas de Mendoza junto con los violines y la quena, mientras que el público coreaba “Hay una grieta en mi corazón, un planeta con desilusión”. Después, llegó el turno de “Cae el sol”, donde la pared coral se lució con su sonoridad gregoriana.

Bajo una luz blanca, la interpretación en guitarra de Alexis Thomson se llevó todos los aplausos en “Primavera Zero”, con su solo de guitarra. La orquesta y el coro elevo el nivel de la canción a proporciones por demás, emotivas.

A mitad del show, Sciasi, Moreno y Thomson se retiraron del escenario, dejando solo a Mateucci. Un violonchello interpreta una melodía reconocible pero más lenta. El clima festivo del recital se toma un descanso para dar lugar a otra forma de sensibilidad. Es el momento de “Fue”. Sin romper el aura de intimidad, continuó todo con “Té para tres”. Mateucci comienza el tema a capella para dar paso a las seis cuerdas acústicas de Thomson. El público cantaba y movía los brazos al ritmo de la melodía. Para el final del tema, se sumó el resto de la banda.

La Orquesta y el Coro se retiraron del escenario para dejar que MPV tuviera SU momento a solas con el público. Mateucci habla con los espectadores y dice que “Para nosotros es un placer poder tocar estas canciones para ustedes. Lo que vamos a tocar ahora tiene que ver con el periodo Paleolítico inferior de Soda Stereo”, previo al comienzo de “Dietético”.

La energía arrolladora de la banda logró reciprocidad con el público en “Picnic en el 4° B” y “Te hacen falta vitaminas”. No contentos con lo obtenido, subieron la apuesta de la frescura rockera con “Sobredosis de tv”, en que la multitud no paró de moverse mientras cantaba el estribillo.

El coro y la orquesta regresan al escenario para hacer “Signos”. Continuaron con “Canción Animal”, en que los violines y vientos lograron potenciar el tema, dotándolo de más fuerza. Para matizar el ritmo del show y la energía de los presentes, sonó “Trátame suavemente”, con Mateucci y Sciasi intercambiando roles en la voz solista. El contrapunto de ambos tonos de voz, es subyugante y sensible. La atmósfera romántica continuó con una muy buena interpretación de “Corazón delator” para finalizar con la visceralidad de “En la ciudad de la furia” y “Persiana Americana” con los presentes cantando a todo pulmón.

A las 23:15, termina el show con “De música ligera” y todo el público aplaudiendo y bailando al ritmo de la canción. El coro empezó a saltar con alegría mientras que la banda se acercó al borde del escenario para despedir a la multitud. “Muchas gracias, fue un placer!” saludaron los músicos.

Termina el show y queda la sensación de placer y admiración frente a un show de primer nivel. El desempeño de MPV dejó la vara muy alta. La puesta en escena con pantallas es por demás precisa. El coro y la orquesta sinfónica contribuyen a que este “Soda Sinfónico” sea un gran homenaje al trío compuesto por Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti.

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