Cuatro chicas van creciendo en su formación educativa y personal en un colegio católico. Cada una de ellas con identidades (y situaciones sociales) bien definidas. La puesta apunta a la crítica a través de la satirización de conductas y contenidos vertidos a través del paso de los grados. Se establece una complicidad palpable con el público con guiños a situaciones y personajes de los 70. Esta relación con la gente hace que en un punto, se vuelva “tribunera” la puesta. Surgen “pequeños” momentos de realidad que pasan solapadamente y no son explotados debido a que la puesta se queda en la parte humorística. Es una pena ya que se pierde la chance de desarrollar situaciones que darían mucha tela para cortar.
La escenografía no aporta nada y la iluminación solo hace lo que su nombre dice: ilumina. Bien Maju Lozano en su debut en calle Corrientes, mientras que Fabiana García Lago hace gala un talento parejo a lo largo de la puesta. Julia Calvo se excede en su energía y contrasta con la correcta Alicia Zanca.
“Chicas católicas” entretiene en tanto se tenga en cuenta el marco del objetivo humorístico de la puesta.