Aquí, cuatro mujeres irán ejemplificando la forma de investigar en el inconsciente para prevenir dolores futuros en sus respectivas vidas. De esta manera, en un escenario despojado de todo tipo de escenografía, salvo una chicharra luminosa, pasarán por distintas experiencias reconocibles y lo que sería su conducta profiláctica ante una situación inminente de angustia. Así, desfilarán conceptos teóricos como el experimento del “perro de Pavlov” hasta la terapia regresiva pero que serán tratados con un lenguaje coloquial para su fácil entendimiento.
La propuesta conductista del estimulo-respuesta en las relaciones humanas junto con las regresiones que tendrá cada caso son realizadas con buen tino didáctico y ameno, que no permite el establecimiento de barreras sino, por el contrario, la empatía e identificación con el público. Se pasarán por diversos estadíos (alegría, tristeza, incertidumbre) y eventuales soluciones ante lo acontecido. Las actuaciones son muy parejas y cada una de las actrices brinda su impronta personal a cada momento individual que le corresponde.
De esta manera, asi como empieza, concluye una puesta que entretiene pero a través de la utilización de conceptos que sino fuera de esta manera, más de uno, no conocería en su vida.