“Las Moiras” (Teatro)

Los diversos caminos del amor (Baruj hashem!)

Dramaturgia: Tamara Tenenbaum. Con Analía Couceyro, Luciana Mastromauro, Flor Piterman y Fiamma Carranza Macchi. Diseño de vestuario: Cecilia Zuvialde. Diseño de escenografía: Matías Sendón, Ariel Vaccaro. Realización de escenografia: Ariel Vaccaro. Música original: Ian Shifres. Diseño De Iluminación: Matías Sendón. Fotografía: Sebastián Freire. Diseño gráfico: Nicolás Galanzino. Asistencia De Producción: Loli Crivocapich. Asistencia de dirección: Carla Grella. Producción ejecutiva: Gabo Baigorria, Carolina Castro. Producción: Compañía Teatro Futuro. Coreografía: Manuel Attwell. Dirección: Mariana Chaud.  Duración: 60 minutos.

El Galpón De Guevara. Guevara 326. Lunes y sábado, 20 h.

La riqueza del teatro judío es bien conocida. La combinación de humor e ironía con la que se toman diversos temas que van desde la religión a la identidad, aspectos muy caros y de revisión constante en la comunidad judía. Tal es el caso de “Las moiras” que, a primera vista, da cuenta de la actividad de tres mujeres encargadas de arreglar los “shidujim” (casamientos pactados) dentro de la misma colectividad. Apegadas a su santo deber, tienen muy claro su trabajo lo cual no impide que manifiesten su opinión respecto de los hombres y mujeres que deben unir en matrimonio.

Cipe, Ruth y Tamar son esas esposas de rabinos que tienen a su cargo una misión prácticamente divina. Serán esas uniones las que permitirían la continuidad de la religión y sus costumbres, siempre dentro de lo que sería un judaísmo religioso aunque extensible a aquél tradicional y/o conservador. La utilización del yiddish marca el terreno ya que se toma en consideración a la parte askenazi (oriundos de la Europa oriental, en países como Alemania, Polonia o Rusia) por sobre la sefaradí (aquellos que vivían en la Peninsula Ibérica -España y Portugal- como zonas de Asia y África -desde Turquía hasta Marruecos), siendo los primeros más (re) conocidos para la mayoría “goy” (no judíos). Quienes somos sefaradíes, agnósticos y laicos, vemos este recorte desde otro lugar. 

El humor es fundamental en el desarrollo de las acciones. Las tres mujeres/moiras (según la mitología griega, tres deidades responsables del destino de los mortales) tendrán diálogos desopilantes en lo que no queda detalle librado al azar asi como su construcción de sentido. La concepción de la soltería como un pecado (con escupida de costado incluida), la concepción del matrimonio y los requisitos de cada uno de los miembros de la pareja. Características y particularidades que constituyan la base de una familia judía, con todas las de la ley.

Siempre hubo tirantez dentro del judaísmo en torno al respeto a las costumbres y tradiciones de antaño y el devenir de los tiempos modernos (Sebastián Kirszner lo planteó en obras como «La shikse», por ejemplo). Como se agiorna la religión a las nuevas realidades. Aquí es donde el excelente texto de Tamara Tenembaum se corporiza en la irrupción de una joven que viene con una notebook para ayudar a las tres mujeres. Es, justamente, la que plantea todo linkeo con la actualidad (“¿por qué me tengo que casar y más con alguien que no me convence?”) y que, al mismo tiempo, es poseída por un ser maligno. “Tiene el dibuk” dicen y tienen razón. Ahora es el comienzo de otra historia con la pregunta rondando de cuanta razón tiene el demonio en sus planteos.

Todo esto, juega en la cabeza de más de un miembro de «la cole» presente en la platea que recuerda la manera en que muchos y muchas van con el «judeometro» bajo el brazo, el cual enarbolan para justificar su identidad. El tema son las categorías del mismo pero es tema para otra nota aunque ya hemos esbozado algo aqui.

La dirección de Mariana Chaud es acertada. Potencia la escritura de Tenembaum al tiempo que le brinda un ritmo atrapante a la puesta. Nadie le quita los ojos a lo que ocurre sobre tablas. La escenografía y la iluminación son fundamentales para crear el clima adecuado para la arena en que se desarrollan los hechos. Las actuaciones son fundamentales para lo analizado. Un elenco de calidad lleva adelante una dramaturgia cautivante. Cuatro actrices de primer nivel, en personajes diferentes a los que enriquecen con su talento. En particular, Analía Couceyro que tiene dos personajes en segmentos diferenciados.

Esta puesta es la primera parte de “El Dibuk, dos covers”, el díptico que Tenenbaum creó sobre «El Dibuk o Entre dos mundos», un clásico del teatro yiddish de Shloime Ansky y que continuaría con «El día más largo del mundo».

Atrapante y con la particularidad de abrir el mundo de las casamenteras judías, “Las moiras” es un hecho teatral único y divertido. Una pequeña ceremonia que siempre tiene algo nuevo para redescubrir.

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