Mauro Conforti: «El artista debe unir a la gente».

Hace algunos días, contamos desde este sitio que se había lanzado “Todo de mi (Todo de vos)”, el corte de difusión de “Esplendor Vol. IV”, cuarto EP que viene publicando Mauro Conforti. En medio de su gira por México, Conforti brindó precisiones respecto a su rico trabajo artístico, la forma de edición de los discos, las redes sociales, la “autenticidad” de los músicos y los 40 años de democracia que se cumplen en Argentina.

-Mauro, ¡felicitaciones por el lanzamiento de “Todo de mi”! ¿Cómo fue el proceso de composición del tema?

– ¡Muchas gracias! Esta canción pertenece al último volumen de “Esplendor”, mi disco inspirado en las cuatro estaciones, en este caso, el invierno. Pensé en darle un tono más épico que los anteriores, más el estado de ánimo de la estación en sí. La compuse en Villa Gesell en marzo de este año con el iPad, tal como hago todos los demos. Fue en esos retiros compositivos que a veces me tomo. Quería darle un carácter bien de melodía popular al estribillo, igual con la letra. Simplificar un poco el mensaje y dejar la parte más personal para las estrofas en donde mezclo temática-relaciones. Tal como siento a mi país y a la música.

– ¿Cuándo vas a presentar “Esplendor Vol. 4”?

-Mi plan era lanzar el volumen este año. Si bien ya está terminado, me pareció que lo mejor era sacarlo en febrero o principio de marzo. Por ahí, quizás sacamos un single más en el verano. El plan inicial con «Esplendor» era sacar las cuatro estaciones en un año, ¡pero era demasiado! El disco, como obra conceptual, se fue construyendo con lo que iba pasando desde que empezó la pandemia, que fue cuando compuse la mayoría del material. Salvo este volumen 4, que se compuso todo en 2023.

– ¿A qué se debió la elección del formato de EP?

-¡A una acumulación compositiva! Nunca me había pasado tener tantos temas. Si hubiera sido en otra época sacaba un disco doble pero, hoy en día, con las nuevas formas de lanzamiento es desaprovechar oportunidades. Así pude trabajar y enriquecer las canciones por separado haciéndoles videos y lanzándolas en singles y EP. La idea es que, cuando esté todo arriba, hagamos un lanzamiento del álbum completo, un disco de 20 temas.

– Más allá de las diferentes estaciones que abordas en cada EP, es muy rico el sonido y la melodía. ¿Cómo fue la realización del Vol. 4?

-Muy diferente a los anteriores. Se tardó un poco más y se amplió el equipo de trabajo y los músicos que participaron. Colaboré en la composición con Mariano Romano, que es mi socio compositivo desde hace tiempo. Las mezclas son de Juan Jacinto, amigo y ex compañero mío en Rosal, también esta Nano Campoliete de La Bersuit. Grabamos con Paul Higgs, un musicazo uruguayo que me encanta. En la última canción -que es el track instrumental-, el mítico Gringui Herrera toca un solo de guitarra que te despeina.

¿Tuviste que elegir entre muchas letras o músicas? ¿Hubo algún tema que te costó más “cerrar”?

-Hubo algunos temas de la primera etapa compositiva de «Esplendor», que quedaron descartados pues eran demasiado «pandémicos». El que más me costó cerrar fue «Vida acuática», una especie de bossa nova indie, que canta Paul Higgs. Tenía la estrofa y la firma pero no le encontraba el cierre, hasta que me junté con el maestro Romano y en una tarde la terminamos.

– ¿Quedaron canciones fuera del disco?

-Si pero tengo la teoría que el material que no se usa, termina encontrando su lugar en algún momento del espacio «tiempo». Me pasó con otras músicas descartadas que las terminé metiendo en alguna película o re transformándolas en otra canción.

– ¿Hay alguna posibilidad de sacar los cuatro “Esplendores” en formato físico?

-Si, totalmente, tenemos en los planes cuando ya estén todos los volúmenes hacer una edición en vinilo de súper lujo en donde el arte de tapa pueda unificar a los cuatro siempre destacando el logo de la Deutsche Grammophon, todo un desafío para su diseñador Mariano Suppa.

– Contame de tus presentaciones en México. ¿Cómo planificaste esta gira? ¿Es a piano solo?

– ¡Justamente estoy escribiendo esta entrevista en el medio de esta gira! Cada vez que vengo aquí me presento en distintos formatos: el full band con mi banda mexicana con los cuales ya toco hace siete años, formato solo piano, acústico, etc. Me gusta la idea de venir aquí y estar conectado con la música 24/7 experimentando los distintos formatos con las canciones. En esta gira voy a estar visitando distintas ciudades con CDMX, Guadalajara, Monterrey, Cuernavaca, Puebla y algunas más que se están agregando, así como presentaciones en varios medios.

Música e influencia

– ¿Interesa la letra o se prefiere más la música?

-Para mi, son ambas importantes. Tiene que haber una comunión cuasi divina entre ellas. Las letras las hago después de hacer la música.

– Muchos músicos se refieren al “ser auténtico” pero, ¿no terminan haciendo siempre la misma canción?

– Personalmente, me gustan los artistas que se la juegan y siempre están en una búsqueda ya sea desde la canción perfecta o el sonido. Por eso, me encanta hacer discos. Todo bien con los singles pero siento que está mejor cuando está todo dentro de un concepto, para luego pasar a otro.

– ¿Hubo una “pasteurización” del rock o se volvió “conservador?

-Creo que el rock pasó a un lugar más de resistencia. No lo llamaría «pasteurización» sino que se puso todo más literal y de fácil acceso. Tal como venían traducidos los discos de los Beatles en los 80, “Por favor , yo” o “Frutillas” en lugar de «Please, please me» o «Strawberry Fields Forever».

Por otra parte, recuerdo cuando, por ejemplo Pappo decía que, con Sui Generis «se había ablandado la milanesa», y decir eso era re conservador. Igual aguante Pappo y aguante todo. Estamos en una época en donde la industria va para un lado más comercial y cada vez más artistas hacen lo que se les canta.

– El lugar contestatario y rebelde del rock, ¿lo tomó el trap y la cumbia?

-Puede ser que si, con algunas letras del trap. Esto ya pasó con el Hip Hop en los 90. Lo que veo es poca ironía en las letras de varios artistas, pero está todo bien. La música sigue y sigue. También se confunde lo que es rock con el pop. En mi caso, lo que hago es rock pero para otros es pop. Siempre que me postulo a algún premio me cambian de terna. (risas)

Una nueva comunicación

– ¿Cómo ves la influencia de las redes sociales en la difusión de la música?

-Positiva en muchas cosas, como la posibilidad de llegar a lugares donde antes era imposible y muuuy negativa en cuanto al tema números, y la industria persiguiendo esos números. Además, en algunos casos, nunca sabes si son reales.

– La posibilidad de tener todo al alcance de la mano, ¿no le quitó al oyente ese deseo de curiosidad que había en otros tiempos?

-Si, totalmente. Se puso un poco como ir a un mega supermercado. Tenés tanto que ya no sabés qué elegir. ¿Será por eso que inventaron los algoritmos personalizados en las plataformas digitales?

– Con todo esto que vamos reflexionando, ¿cambió el espectador?

-No se. Según los “expertos” del tema (aunque desconfío) al espectador ahora lo tenés que sorprender en los primeros segundos de la canción. La verdad, no me importa mucho. Crecí escuchando canciones rock-pop que sonaban y te atrapaban, fueran largas o cortas. Por ejemplo, “Batdance” de Prince, que duraba como 10 minutos. Era un remix funk psicodélico que me fanatizó cuando salió. Ni hablar de una «Bohemian Rhapsody».

– ¿El público puede condicionar la carrera del artista?

-Depende qué artista y qué tipo de público. El artista siempre «tiene que seguir la dirección del corazón» como dijo mi amiga María Ezquiaga, cantante de Rosal. Lo lindo es que la obra envejezca bien y con dignidad. Si uno se la pasa intentando pegarla desde la compasión o la producción, se corre ese riesgo.

Memoria y sociedad.

-Se cumplen 40 años de democracia. ¿Qué reflexión te merece este aniversario, más en este contexto que se está viviendo hoy en día?

-Me acuerdo de la vuelta de la democracia como si fuera ayer. Era muy chiquito. Recuerdo la alegría de mi familia y de ese sentimiento de libertad social y cultural. A la democracia, hay que cuidarla, trabajarla, consolidarla, fortalecerla y perfeccionarla. Y hay que estar preparados para nuevos retos como los que vivimos en estos días en los que sentimos que todo tambalea, donde la libertad y la igualdad de todos están en juego.

– ¿Los artistas deben mantenerse al margen de la coyuntura político-social en la que viven?

-No, siempre te atraviesa. Algunos son más literales en cuanto a sus declaraciones de principios y otros buscan formas de decir lo mismo de manera más poéticas o irónicas. El más claro ejemplo de eso son Lennon y McCartney en sus carreras solistas. Ambos parecían tener dos posturas pero en el fondo estaban diciendo lo mismo.

– ¿Por qué consideras que hay tanta crítica a la militancia de los artistas?

-Porque la gente está descreída de la política y de los medios. El artista debería unir a la gente y no separarla. Ahora, una cosa muy distinta es defender los valores que están en juego. Algo que pasa en este momento pero desde otro lugar, sin levantar la bandera de los partidos políticos que, en el fondo, no resisten ningún archivo.

Conforti puertas adentro

-Si no eras músico, ¿qué hubiera sido de tu vida?

-Mis abuelos eran pintores y siempre me tiró el trabajo artesanal. Me hubiera gustado trabajar en arte para cine y ser un especialista en criaturas tipo las de Jim Henson, o hacer stop motion. Un poco de esas habilidades las llevo a la práctica con los videoclips que hago para el proyecto pero desde un lado más amateur. Es «prueba y error» pero me han salido bastante bien algunos de estos experimentos. Por eso, estoy convencido que me hubiera ido muy bien si me dedicaba a eso al 100 %.

– Te dan un formulario y te preguntan “profesión”. ¿Qué pones?

-Músico. Poner «artista» me da un poco de pudor pero debería ponerlo.

– Si por la puerta de tu casa, llegase el Mauro Conforti de 17 años. ¿Qué le dirías? ¿Algún consejo o recomendación?

-Justo esa edad fue muy difícil así que le daría un abrazo contenedor. Le diría que se prepare para un viaje fantástico, doloroso y gratificante. Que confíe en el camino y que aprenda a disfrutarlo y transitarlo. También le pediría prestada la máquina del tiempo y le regalaría una copia de «Esplendor» ya terminado. Quiero ver si se altera el timeline y ¡qué pasa!

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