Siempre se piensa que los artistas consagrados (salvo honradas excepciones) se dedican a copiarse a si mismo, en géneros que les fueron propicios en su cenit creativo. Hugo Fattoruso es una de las excepciones. Con “Café y Bar, Ciencia Fictiona”, expande los límites de la búsqueda, tomando el riesgo de que esta misma no sea comprendida, alejándose del aplauso fácil. Por ende, ya desde el primer tema, un clásico de Lennon-Mc Cartney como “Drive my car” aparece irreconocible debajo de los arreglos jazzeros que realizó. Esto demuestra la versatilidad de la canción y el deseo de extender los límites de Fattoruso.
Asi, el disco oscilará entre el tango, el jazz y la fusión de algunos estilos y géneros, dentro del mundo que construyó únicamente con su piano. “Milonga en C” y “Mi prima Mabel” son dos gemas que brillan en arreglos sutiles y contundentes. Carlos Quintana aporta su guitarra para “Mabel” en uno de los pocos momentos en los que el piano comparte protagonismo. En “Botijas”, participa su hermano Osvaldo en batería y cierra la placa con “La partida”, el único tema cantado y eléctrico del disco. Es menester ser lo suficientemente abierto para apreciar los arreglos y la versatilidad interpretativa de Hugo Fattoruso.
“Café y bar, Ciencia Fictiona” da cuenta que un músico que se precie de tal, es aquél que busca nuevos caminos, afrontando riesgos. El buen gusto, agradecido 100%.