Después del reportaje de este número a Diego Capusotto hablando de la película «Pajaros volando» y la participación de David Lebón (https://bit.ly/3bFRRde), volvemos a escuchar el grato retorno de «El Ruso» a las bateas con su último y exquisito último disco en estudio, a la fecha.
Cuando los grandes sacan un trabajo nuevo, siempre hay esperanza de escuchar algo bueno. David Lebón es un grande por lo que siempre un disco suyo es bienvenido. Más aún por ciertos impasses musicales de los últimos años (su último disco de estudio había sido “Yo lo soñé”, del 2002). Ahora David vuelve con ánimos renovados pero sin abandonar su esencia de rock y blues por lo que vuelve a reunirse con su viejo amigo Gustavo Gauvry para la producción del mismo. Bien grabado, con un sonido limpio, Lebón se posiciona nuevamente en la escena del rock con nombre propio a pesar de no contar con la difusión que se merece un artista de sus kilates. Si bien David es el compositor de todos los temas, colaboraron en los mismos, su hijo Panchi Lebon, Hilda Lizarazu, Julio Presas y Luis Cotiquelli. Los músicos que participaron en el disco como banda de David fueron Panchi Lebon en batería, Hernán Gravelloni en bajo, Leandro Bulacio en teclados y entre los invitados, Hilda Lizarazu en coros, Silvio Furmanski en guitarras y dirección musical de «Viernes 3am», Ricardo Mollo y Juanse en guitarras, Henry Donati en banjo y pedal steel guitar y Raúl Fernández bajo en «Sos mi oasis».
El disco larga muy bien con el excelente “Deja vu”, tema que le da título a la placa. Un muy buen rock, tocado con la frescura de una zapada. “Dejennos vivir” fue grabado como video en escenarios naturales como Plaza de Mayo y el Monumento a Pappo de la plaza Juan B. Justo y cuenta con la participación de Juanse y Miguel Angel Rodriguez. Un muy lindo tema con buenos arreglos de guitarra, tan familiares al oído de aquél que ha seguido a Lebón a lo largo de su carrera. Pueden verlo a continuación:
“El tigre y el dragón” es un tema que, originalmente, fue escrito para “Mágico”, un disco que David grabó y nunca sacó, allá por el año 1994. La canción cuenta con arreglos de cuerdas, que le dan un cierto aire beatle, otra de las influencias de David. El blues, como no podía ser de otra manera, tiene un lugar preponderante en el disco con “No quiero encerrarme” y “Buenos Aires blues”, con una letra autoreferencial, tal como varias del álbum.
“Soñalo como vos querés” fue el corte de difusión del disco y se destacan los arreglos de banjo. Una canción alegre y de bella melodía para abrir el juego de la difusión del álbum.
“En una hora” tiene a David con la voz en “cámara” que le da un color diferente a este rock melódico, con una letra que pide certezas. “Si me vas a dejar/ que sea en una hora” mientras que “En mi vida” es una balada apacible, con la guitarra dibujando frases a lo largo del tema mientras que “Sos mi oasis” juega con un mix de blues y tango en una canción de esas que uno utiliza para sentarse y hablar con uno mismo sobre lo que está ocurriendo. Después, con “Y asi es tu amor” levanta la temperatura del disco con un rock and roll furioso, de esos que se merecen bailar al tiempo que la música hace hervir la sangre. Con “No te abandones” entramos en una balada “leboniana”, de guitarras acústicas y una voz bien al frente para cerrar con una muy interesante versión del clásico de Seru Giran, “Viernes 3 a.m”.
Las letras de las canciones son introspectivas, con historias de vida y situaciones que atraviesan su mundo interior. Quizás a alguno le resulte extraña esta temática pero David es una persona espiritual que exorcisó algunos fantasmas a través de las canciones. Se lo podría asociar con su conciencia “espiritual” a lo que hizo George Harrison en el muy buen disco “Living in the material world” donde utilizaba el rock como vehículo de sus creencias.
Las letras de las canciones son introspectivas, con historias de vida y situaciones que atraviesan su mundo interior. Quizás a alguno le resulte extraña esta temática pero David es una persona espiritual que exorcisó algunos fantasmas a través de las canciones. Se lo podría asociar con su conciencia “espiritual” a lo que hizo George Harrison en el muy buen disco “Living in the material world” donde utilizaba el rock como vehículo de sus creencias.
Podemos decir que David Lebón sacó un muy lindo disco que lo trae de vuelta, con un sonido nuevo, renovado pero sin perder las raíces.
↓↓↓↓↓Aqui abajo, el disco completo!!!↓↓↓↓↓
el grato retorno de "El Ruso" a las bateas con su último y exquisito último disco.