Rubén Dri : “Si se cae Macri, la derecha no tiene candidato”

Conocido por sus posiciones políticas dentro del campo popular, el filósofo y teólogo Rubén Dri cuenta su parecer sobre el movimiento estudiantil y el panorama político nacional sin escatimar críticas a quien corresponda.

– Rubén, ¿cómo vio usted el levantamiento estudiantil?
– El levantamiento de los estudiantes secundarios me ha producido, como creo que a la mayoría, en un primer momento, asombro. Los jóvenes están en la adolescencia y verlos además, en entrevistas que les hicieron –muchas de mala leche-, con respuestas muy sensatas y serias, con conocimiento de lo que están haciendo. Esto es un soplo de aire fresco. Esta generación retoma nuestra bandera y lo digo como representante del movimiento popular, que, en un momento determinado, nos decían que todo se había acabado. Ver retomadas nuestras banderas por los chicos me da una inmensa alegría. Aparte analizando un poco, qué generación es esta y qué etapas políticas vio, es la del 2001. Porque del 2001 al 2010 son nueve años, entonces en el 2001, tendrían, como mucho, siete años. Es esa generación y me da una alegría inmensa porque fue un momento en que reventó todo ese proyecto neoliberal con un quiebre profundo, abriendo una nueva etapa con muchas luchas y movilizaciones. Hay una nueva juventud que comienza a hacerse cargo de la política.

– Sobre el tema de las generaciones, los de 25 y 35 años, que los agarró el menemismo, son los más recalcitrantemente opositores a los estudiantes. ¿Esta generación de los 25 y 32, se van a hacer cargo de la política que eligieron y votaron a Macri?
– Si, esta franja fue la que en su mayoría votó a Macri y le cuesta muchísimo hacerse cargo. Los procesos sociales y políticos son con mucha vida y muy vitales. Se remueve todo y parte de esta generación hará crisis y se unirá a este nuevo camino. Creo que, a ver…al analizar estos análisis políticos y sociales, hay que tener en cuenta el aspecto dialéctico. No son bloques impermeables. Parte de estas subjetividades, de los miembros de esta generación, son padres y tienen hijos. Todo es dialéctico, activo y cambiante. Parte de esto se lo van a cuestionar. Muchos de los padres de esos chicos tienen 40 años. Hay un grupo también de padres que se están haciendo cargo de este conflicto impulsado por sus propios hijos. Les están dando una hermosa lección a sus padres.

– Me sorprenden los padres que votaron a Macri y se oponen a sus propios hijos. O sea, ¡privilegian su voto!
– Si, lo que pasa es que es muy difícil para ellos ya que han bebido muy profundamente las aguas de la doctrina neoliberal. Hay algunos van a ser completamente recalcitrantes pero otros entrarán en crisis. De hecho, lo están cambiando. Esta movida de esta juventud maravillosa hace entrar en crisis a la sociedad. Igual vamos a ir viendo como se da este proceso. Hay que decir la verdad: no vimos que se podía dar este proceso. No vimos que se iba a dar ni lo pensamos. Esta es la historia. La Historia siempre produce algo nuevo. Siempre digo –y lo tuve que sostener sobre todo en las épocas peores para nosotros-, que no hay que perder la confianza en los pueblos. Estos son conformados por individuos, que tenemos nuestros momentos de entusiasmo, optimismo y empuje y también de venirnos abajo y caernos. Esto le pasa a los pueblos y se recuperan en determinado momento como puede ser este, en el cual, tenemos que poner toda la carne en el asador. Me refiero a todos, a nosotros. Esta es una etapa de juventud, de renacimiento para dibujar un poco este presente.

– Además, esto se enmarca dentro de un último año en el que se dio la Ley de Medios y  de Matrimonio Igualitario y eso que el pueblo argentino no es muy adepto a los cambios.
– Si. Lo que sucede es que a partir de la Ley 125, se volvió a dibujar claramente los dos proyectos que han estado en pugna en toda nuestra historia. Un proyecto centrado en la pampa húmeda y el puerto de Buenos Aires mirando hacia el exterior, dependiente siempre del imperio de turno y el otro proyecto, autocentrado, que privilegia al mercado interno y a Latinoamerica. Se volvieron a plantear de nuevo los dos campos. Cuando se plantean claramente esos dos campos, -recordemos el 45-, son momentos de gran creatividad porque el pueblo ve que es posible. Se vuelva a crear y a conformar ese sujeto colectivo y multitudinario. Ve que es posible y se avanza. Si hubiésemos pensado el proyecto del Matrimonio igualitario en plena época del neoliberalismo, era imposible pero hoy esto fue posible. Esto se va dando en un proceso en que se han producido, como vos bien decis, cambios profundos que el pueblo no solo los acepta sino que también se siente parte. Todo esto crece y se pueden producir cosas muy profundas. Tenemos que seguir avanzando y producir cambios muy profundos.

– ¿Cómo ve usted al Matrimonio Igualitario, siendo un hombre de fe?
– Lo veo como una conquista fundamental.  La fe y el dogma ha hecho mucho mal. No obstante, una cosa es el dogma y otra muy diferente la fe que tiene que ver con la utopía. Esto golpea con todos los dogmas ya que estos cierran todo tipo de horizonte. Esto es una victoria sobre el dogmatismo. El cristianismo cuando surge, no lo hace dogmáticamente, como institución sino como asambleas que, a su vez, tratan de retomar los proyectos de un hombre que había roto todos los dogmas de la época, proclamando la absoluta libertad. Inclusive de las mujeres que participaban en igualdad con los varones. El cristianismo, en su raíz, es un proyecto de libertad por lo tanto, a medida que se conquista un nuevo espacio de libertad, el cristianismo se profundiza. No asi la Iglesia católica, como institución que fue derrotada porque se derrotó a uno de sus pilares.

– Paradójicamente, fue la carta de Bergoglio lo que determinó la derrota de la Iglesia.
– Esa carta fue una vergüenza y puso las cartas sobre la mesa del pensamiento reaccionario y fascista de la Iglesia. Retoma la teología de la cruzada, de la guerra de Dios contra un monstruo que es el homosexual, nada mas que compañeros y compañeras que tienen una elección sexual diferente. Bergoglio piensa eso pero no lo hubiese dicho si no tuviese una lucha interna con Aguer, quien expresa mejor el pensamiento de Benedicto XVI. Bergoglio pierde puntos frente a Ratzinger si manifiesta debilidad frente al avance del matrimonio igualitario. Pensar, lo piensa pero no con esa expresión ya que se sabe manejar bien políticamente.

– ¿La Iglesia está en un período de cambio en estos momentos?
– Hay que tomar el período de Benedicto XVI con el de Juan Pablo II. Desde 1959, con Juan XXIII hasta 1979, con Pablo VI…tendríamos que poner a Juan Pablo I pero estuvo muy poco tiempo. De hecho, no dudo que lo asesinaron porque no respondía al nuevo proyecto que tenían estos grupos que tenían este proyecto de Iglesia que finalmente impusieron. Desde el 79 para acá, hay un proyecto que consiste en terminar con lo que significó el Conciliio Vaticano II. O sea todo lo que significó la apertura de la Iglesia con sus corrientes de liberación en su interior. Todo eso trata de cerrarse a partir de Juan Pablo II y el cierre definitivo lo hace Ratzinger que, de hecho, fue el ideólogo de toda esta etapa. Hay posiciones  reaccionarias. Cerrar la Iglesia y abroquelarla en su dogmatismo.

– ¿Cual es su opinión de la imagen de Mauricio Macri y su “nueva política”?
– El fenómeno Macri tiene mucho que ver con la construcción que se hizo del Monstruo. Se lo construyó a Kirchner y al kirchnerismo como un monstruo confrontativo, que introduce la violencia en la sociedad y se predicó un tipo de sociedad sin confrontación, con un personaje, a su vez, rubio de ojos claros que responde muy bien a un estereotipo de una mentalidad de clase media, que odia al villero. Se presentó una figura de “amor y paz” que a su vez es un empresario exitoso y por lo tanto, podría gestionar bien la ciudad, como si fuese una empresa, no?

– Con todo lo que pasó con Macri (caída de una discoteca, del gimnasio, las escuelas en pésimo estado y las escuchas de Ciro James), nadie le pidió la renuncia desde los medios como si pasó con Ibarra, ni tiene el desprestigio que tuvo. ¿Por qué?
– Es cierto pero recordemos la influencia que tienen hoy en día los medios de comunicación. Macri, de hecho, lo que se denomina la oposición –que es la representación política de la derecha- no tiene candidato. Él se presenta como el candidato. Si se cae Macri, no tienen a quien poner. De Narvaez no puede ser presidente. No podría pero si lo logra, sería un claro retroceso. El único que queda posicionado es Macri. Por ese motivo es que no termina directamente en el juicio político y su destitución.  Lo de Macri no lo entiendo porque no tiene carisma ni es político. Habla mal, no sabe construir una oración.

– Usted habló de la derecha pero de lo que sería la centroizquierda con Pino, Binner….
– No tienen ninguna chance. Podrían llegar a ganar una elección pero si llegan a ganar sería un desastre. Para que la centroizquierda sea una alternativa tiene que asumir entonces los proyectos del movimiento popular. O sea, todo esto que ha llevado adelante el kirchnerismo, lo tienen que asumir. Si los asume, entonces si pero no veo que los asume. Tienen miedo de asumirlos y van a correr la misma suerte del Frepaso. Hay algunos como Binner y el socialismo en general, han mantenido una coherencia. El socialismo puede tener buenas gestiones a nivel municipal –de hecho, han tenido buenos gobiernos- y provincial pero a nivel nacional es otra cosa. Hay que tener fuerza política y de confrontación que no veo que la tengan. En cambio, lo de Proyecto Sur es otra cosa y ha caído en contradicciones profundas. Igualmente, todos terminan pactando con la derecha.

– ¿Es posible ser izquierda sin ser chavista?
– No se que quiere decir ser chavista. De ninguna manera se puede ser de izquierda sin reconocer los avances que ha tenido Venezuela con el chavismo. Esto no significa que uno esté absolutamente de acuerdo con toda esa movida. Tengo una gran admiración por Chavez pero no es que necesariamente se tenga que estar de acuerdo con todo lo que hace. Hay cosas en las que no estoy de acuerdo. Es cierto que el perfil de líder carismático de Chavez no termina de convencer a mucha gente pero eso depende de los procesos de cada región y cada país. Tal vez, Venezuela necesitaba un líder carismático lo cual es muy distinto al proceso boliviano que viene desde largo tiempo, desde las bases. Aquí,  en los 40, había algo parecido. Sin el líder carismático que era Perón, no se hubiera producido todo lo que fue el movimiento peronista. Si bien aquí había gran parte trabajo previo realizado por los gremios –luchas por sus derechos muy importantes- , fue necesario un líder carismático para que lo lleve todo a cabo.

– Siempre se habló de los grandes movimientos históricos. El radicalismo con Yrigoyen, el justicialismo con Perón. Después Alfonsín y  Menem lo creyeron y no prosperaron ¿Será Kirchner el que lo encabece?
– No se si va a ser el refundador pero creo que ya estamos en el tercer movimiento. Este es el momento. Es realmente diferente a los otros. Creo que nuestra historia y el nivel de contradicciones de clase que hay en nuestro país, un gran proyecto popular solo puede ser llevado a cabo por un líder. Acá no hay esa distinción de clase que puede haber en uno de los países centrales capitalista donde hay un proletariado fuerte, que sea representado por sus partidos. Acá no es así. Tenes un capitalismo introducido desde afuera, que nunca se termina de instalar completamente, con una gran masa de oprimidos que no son necesariamente un proletariado. Esa masa popular es la que debe conformar el sujeto del cambio y solo puede expresarse por medio de un gran movimiento, que siempre está latente. El tema es si se va a llegar a expresar. 

– Alfonsin pensó lo mismo los primeros dos años, Menem hasta la reelección…
– Si pero con Menem se entró en un período de neoliberalismo. Para que se conforme el gran movimiento tiene que haber un proyecto de transformación profunda, popular e inclusivo. Eso es lo que está habiendo ahora y estamos en camino de la reconstrucción de ese gran movimiento. Ahora esto es una apuesta. Si se va a dar o no, todavía hay que ver y falta un tanto.

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  1. Excelente nota. ¿Qué se puede agregar sobre un intelectual como Dri? Como defensora de este mismo proyecto popular que él apoya y como portadora de una profunda fe cristiana, me causa un gusto inconmensurable leer cada una de sus palabras. Soy una fiel seguidora de sus libros y de todo lo que dice o escribe, de lo cual siempre aprendo algo nuevo y valioso.

  2. Como defensora de este mismo proyecto nacional que él apoya y como portadora de una profunda fe cristiana, me produce un gusto inconmensurable leer cada una de las palabras de Dri. Soy una seguidora de sus libros y de cada palabra que dice o escribe, de lo cual siempre aprendo algo nuevo y valioso. Gracias, Rubén por ofrecernos todos sus conocimientos y sabias reflexiones.

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