Escribir y/o triunfar
De Theresa Rebeck. Versión: Federico González Del Pino y Fernando Masllorens. Con Jorge Marrale, Benjamin Vicuña, Victoria Almeida, Manuela Pal y Lautaro Delgado. Diseño de vestuario: Laura Singh. Diseño de escenografía: Alberto Negrín. Diseño de luces: Eli Sirlin. Fotografía: Sisso Chouela. Comunicación visual: Gabriela Kogan. Asistencia de escenografía: Lucía Kazanietz. Asistencia de vestuario: Cala Zavaleta. Asistencia de dirección: Franco Battista. Producción gráfica: Romina Juejati. Producción ejecutiva: Javier Madou. Producción general: Pablo Kompel. Dirección de Producción: Ariel Stolier. Jefe de escenario: Franco Battista. Supervisión de sonido: Pablo Abal. Dirección técnica: Jorge Pérez. Dirección: Daniel Veronese.
Paseo La Plaza. Miércoles, jueves y domingo, 20.45 hs; sábado, 20 y 22 hs; viernes, 21.30 hs.
Ellos quieren aprender a escribir. Chicos ricos pero pobres de conocimientos. Como si el aprender un oficio automáticamente les abriese las puertas de la fama, los flashes y el reconocimiento. Un profesor, que gozó de las mieles del éxito, buscará ayudarlos en el camino de las letras al tiempo que alimenta su ego, destrozando las ilusiones de sus educandos.
La relación de los alumnos con el profesor será el nudo principal de una puesta que logra su cometido de entretener. Los diálogos son amenos y despiertan complicidades asi como sonrisas de variado tenor. Se esbozan algunas ideas interesantes sobre el rol del intelectual en una sociedad moderna. Cómo llegar a ser un escritor reconocido a través de un curso que brinde las herramientas necesarias para ser la futura estrella de la literatura, más alla del talento propio de cada uno de los estudiantes. Alguno apelará a un tío con el suficiente poder para posicionarlo o a la belleza física para sortear obstáculos. A pesar de abrir estas ideas, no terminan de desarrollarse en pos de un tono de comedia liviana, con el fín de lograr un entretenimiento agradable.
La puesta es dinámica y se deja ver pero con la advertencia de no querer pedirle más a un texto que no brinda, ni tampoco tiene porqué brindar. Es solo una obra para pasar un buen rato, lo cual cumple. Probablemente, hay clichés y algunos golpes de efecto que no tienen razón de ser como mostrar lo desprejuiciada que es Nati (Manuela Pal) con un desnudo parcial.
En cuanto a las actuaciones, se aprecia el buen trabajo de Benjamín Vicuña. Su Victor es que el pulso de la puesta. Es quien vive, lucha, fracasa, busca y encuentra. Le pone el cuerpo a la situación. En cambio, en los casos de Jorge Marrale y Victoria Almeida, se ven personajes ya transitados por ambos. Marrale vuelve a personificar a otro profesor, tal como lo había hecho en “Mineros”, con la diferencia que allí era de arte y ahora, en “Los Elegidos” es de literatura. En la presente obra, se aprecian similitudes en ambos personajes aunque con alguna variación en cuanto a la “excitación” que una característica común. En el caso de Almeida, ocurre lo mismo con su actual Mara, que remite a su Laura de “Espejos Circulares”. Manuela Pal y Lautaro Delgado cumplen con corrección.
“Los Elegidos” es de esas obras para ir a pasar un buen momento. Para unos será más que suficiente; para otros, tendrá gusto a poco. Dependerá de cada uno de los espectadores. Después no digan que no le avisamos.