El segundo semestre del 2012, trae la vuelta de Diego Capusotto con su ya clásico “Peter Capusotto y sus videos”, luego de un año de silencio televisivo, abocado al cine y a la literatura. Canal 7 fue el lugar elegido por Diego Capusotto para atender a los medios presentes. Sin pelos en la lengua y con mucho humor, Capusotto respondió todas las preguntas. En sus respuestas, aparecieron nombres como Cha cha chá, Gasalla, Spinetta, la televisión en si y recordó al ciclo “Delikatessen”.
– ¿Cómo viene este año, de “Peter Capusotto y sus videos”? ¿Mantenés algunos personajes, hay nuevos?
– Algunos personajes son un cúmulo de voluntades. Algunos tienen un impacto más efímero porque el punto está puesto en ese impacto efímero; otros tienen más desarrollo; con otros encontramos que, de algo muy chiquito, se construye algo más sólido. Hay personajes que tienen más carnadura que otros. Estos personajes, después se van convirtiendo en lo que se supone que son los “clásicos” del programa y terminan afirmando el concepto de lo que es un todo del programa en líneas generales. No tengo mucho para decir en el sentido de lo que venimos haciendo y que es un poco más de lo mismo. Hay un espíritu que nos convoca con Pedro (Saborido) que es autentico. Tenemos ganas de volver a hacer el programa en la medida que lo podamos hacer en la medida que lo venimos haciendo. Con capítulos más limitados, de no estar todo un año haciendo un programa o intentando justificar una eficacia que el programa no está hecho para eso. Está la voluntad de juntarse con Pedro y que tenga una capacidad limitada de ediciones que pueda hacer que el programa no pierda cierta contundencia. Creo que lo motoriza al programa es que haya nuevas ideas. De esas, hay bastante ya que hemos tenido un proceso de seis a siete meses en el que han aparecido cosas, ideas con el mismo espíritu de lo que hacemos.
– Estás presentando una nueva temporada pero ya venís con una peli y un libro…
– La nueva temporada es el proceso de hacer diez o doce programas lo cual hace que el año te quede largo. El año pasado no hicimos el programa sino la película. Alguna gente la habrá visto, otra no de los que ven habitualmente el programa por televisión. Esto tiene una modalidad un poco más cómoda. Estas en tu casa y ves un programa. Capaz que movilizarte de tu casa para ver una película en 3D. Tiene que ver con eso y con cierta empatía, desde ya. No se si ocurriría eso si hiciésemos el programa de abril a diciembre porque la experiencia ya nos lo ha dictado que se agota en si mismo y no se espera tanto que el programa tenga treinta emisiones. Lo del libro es eso que decía de lo que nos convoca con Pedro. Son un montón de ideas que se van volcando. Vas a ver cosas del libro en el programa y cosas del programa en el libro, disparadas para otros lugares. Son formatos donde van anclándose las ideas. Esas ideas no tienen futuro porque nunca sabemos con Pedro como va a ser nuestro “año que viene”. Por ahora no nos agotamos de nosotros mismos, que es algo que suele pasar.
-El que aparezca un personaje y logre contundencia ¿lo sentís del primero momento?
– Es algo que sentimos en primera instancia y después, hay una segunda instancia que es cuando el programa sale al aire. Es cuando la idea del emisor se deshilacha porque el programa es compartido y se hacen lecturas que nosotros jamás hicimos del personaje. Me parece genuino cuando esto es asi y no cuando uno lo hace y lo tiene que explicar. De alguna manera, hay una explicación personal inclusive de gente que ve algo que nosotros no vimos. Ahí ya tendríamos que hablar del inconsciente, algo que ya desconozco…en términos de lo que uno cree que está diciendo sin mucha convicción y la convicción está. Uno ya tiene armado una especie de lenguaje que sale como disparador pero que ya tiene un proceso anterior a que salga, que está bien definido. No lo se. Son los misterios que prefiero no develar. Te enfermás, te morís…eso es lo contundente!
– ¿A qué critica le dan bola vos y Pedro para la creación de los personajes?
– No, a todas en general. Somos afines a escuchar a cualquier cosa que se diga. Para eso se hace el programa. Hay un proceso lógico que tiene cualquier programa, que es el circuito cerrado, de cuando vos empezás a crear algo, la opinión de la gente no existe ni tiene que existir. Una vez que el programa empieza a salir al aire, ya empieza a existir algo –que tiene que existir- y ese circuito cerrado deja de serlo. Porque eso que vos crees que era bueno, otro piensa que no lo es; eso que vio el otro, vos no lo viste. La manera que conmueve el programa al otro, siempre va a ser diferente al que lo está haciendo. La justificación del programa es la mirada del otro y la transcendencia personal que vos tenés, también tiene que ver y está justificada en la mirada del otro. Hay una elección de hacer lo que uno hace pero la mirada del otro te posiciona en un lugar de contundencia y de relevancia. Si hacemos diez Violencia Rivas porque lo llamas y sabes que funciona, aburre hacerlo porque es como el caballito de batalla. Una cosa es que aparezca en el primer programa, Violencia Rivas junto a cinco cosas nuevas y otra es tener que convocar a Violencia Rivas por la famosa encuesta de “lo más visto”. Hoy, el peor error que podemos tener es hacer veinte programas y no doce. De Pomelo, no se si va a seguir. Pomelo ya está en el imaginario. Pertenece inclusive a un circuito que está más emparentado al rock. No se si lo vamos a seguir haciendo. Solemos ser espectadores de nuestro propio programa y hay personajes de los clásicos, que me resultan más contundentes que Pomelo como para seguir haciéndole. Hay una voluntad de encontrarle a un personaje como Bombita alguna otra historia, al igual que a Violencia. Pueden ser “Las nuevas aventuras de…” y Pomelo ya no tiene más aventuras para dar.
– ¿Cómo es tu relación con la televisión? ¿Qué consumís de la televisión….?
– Mientras miro televisión, drogas! Jajajajaja. Me hace ver todo feo como es! Si, tengo una relación con la televisión desde siempre pero el único ritual que tengo hoy es el de alquilar una película y ver que eso que donde aparece un noticiero, se convierte en Kurosawa. ¡Esto es mucho más interesante! Perdón si suena medio esnob pero prefiero ver a Kurosawa y no a la televisión. También me quedo como un idiota mirando algún programa, lo cual me hace pensar que soy parte de la involución. No me pasa ahora de saber que está tal programa, a tal hora y verlo, salvo que sea futbol o boxeo. Si me puedo sorprender con algo y a veces me sirve para tapar momentos de aburrimiento total que tengo en mi vida. Están y hay cosas para hacer pero hay momentos que necesito llenar con algo….una Viviana Canosa que se aparece en mi vida, un Rial. Showmatch, no…ya es a la noche y estoy re-puesto, jajajaja. A la noche, salgo con el auto a dar una vuelta. Igual, prefiero los chimentos antes que una novela mexicana.
– ¿Tienen en cuenta la cuestión social y política para crear a los personajes?
– Es un poco lo que nos atraviesa. No hacemos un programa de humor político. Nuestra agenda no tiene que ver con la dirigencia política ni con los sucesos políticos. La política está relatada por nosotros porque nos atraviesa a partir de ciertos íconos que tienen pertenencia con el mundo de la político. Igual nos interesan algunas cosas que tienen que ver con lo micro. Nosotros podemos insertar la política en el mundo del rock que no tiene mucha relación. De alguna manera tienen cierta incompatibilidad…a veces, no tanto. Hubo rockeros que le pidieron a Menem que no le pongan policías en los recitales y después la policía caga a tiros a veinte pibes de la villa y a todos nos chupa un huevo. No hay que pedirle nada a Menem. De alguna manera, es meter al mundo del rock en un lugar en el que no tiene que estar. Algunos sucesos políticos los tomamos y los degradamos. Aquello que sabemos que se cuenta de una manera, lo contamos de otra.
– Con la aparición de “De la cabeza”, aparece un “nuevo humor”. ¿Cuales son las características de este nuevo humor?
– Mirá, con respecto al nuevo humor siempre tuve ciertas diferencias. No por snob sino porque cuando veo una película de los Hermanos Marx no veo que nosotros hagamos humor nuevo. Estamos más cerca de ese espíritu de los Hermanos Marx, adecuados a una época y a otro imaginario que de la Peluquería de Don Mateo, de Sofovich. Hay una manera de hacer que se acerca incluso a lo de Telecataplum. Estéticamente, apareció De la Cabeza con la idea del zapping y esa cosa vertiginosa de los tiempos que corren, pero a nivel concepto, no creo que haya ningún lenguaje nuevo. Nosotros teníamos eso de contar y tener una pertenencia que puede hacer eco y resonar en el otro. También una cosa más de autogestión; de que podía ir uno y proponer cosas o actuaba su propio personaje, escrito por uno, un día antes. Era bastante diferente al mecanismo de los programas de humor que tienen un libretista, un capo cómico y un elenco que hace la segunda. Esto sigue con Juana Molina y con Gasalla que trae actores de teatro, que no eran de la televisión, siendo Gasalla el único conocido. Empieza todo en la década del 90….que fue la mejor época para mi. Fanfarria, ninguna discusión territorial…¡¡¡lo mejor!!!
– Tenés el ciclo más visto de Canal 7 y tiene siete temporadas…
– Igual, déjame decirte algo que estaba comentando antes. Hace veinte años que aparecimos con De la Cabeza y hace veinte años que tenemos cuatro puntos de rating. Esto no lo digo para desmitificar o la pose del “gran perdedor”. Todos esos programas han tenido una pertenencia en la gente y en generaciones nuevas donde siempre van a ser recordados por tener “alma”, que han tenido sus idas y vueltas como cualquier disco –para hacer referencia a la música-. Han tenido pertenencia. “Gasoleros” estaba bien hecho pero no se si hay una generación nueva mirando “Gasoleros”. No porque fuera mala o buena sino porque la idea de Gasoleros puede ser reemplazada por otra cosa adecuada al momento y a la coyuntura, que podría ser hoy “Graduados”. Hay una lógica de remplazar programa de éxito por otro que tenga el mismo. Nuestro programa no es que tiene ocho puntos acá, en Canal 7 y da para que te llame Rial y te diga “Pibe, te vas al 13 y hacés cincuenta”. Mentira. Agarrás la planilla y ves cuatro puntos. No difiere mucho de cuando hacíamos “Cha cha cha”. Ahora “Cha cha cha” sigue teniendo circulación en la gente. No ha habido muchas cosas en televisión que haya superado a eso. Creo que no lo hubo tampoco. Inclusive las cosas que se ven hoy de humor, tienen referencia a eso. Incluso un programa fallido como fue Delikatesen que quedó un poco en la nada. Tenía esa mariconada de una producción que la típica colonización argentina de un pibe que se fuma un porro, ve Sony y quiere hacer un programa de televisión con la estética de una serie americana. Hay una argentinidad asi. Un sucucho de gente que piensa que “nada de lo que se hace acá es bueno” y la referencia es una serie norteamericana. Cuando hacemos algo, queremos actuar como esa serie, que son los colonizados estos que quieren hacer Shakespeare como los ingleses. No, pibe.
– Habría que preguntarle a los que convocan a nuevos espacios. No tengo la menor idea de porqué ocurre esto. Entiendo que el humor hoy se empieza a filtrar en otros ámbitos. Aparece un programa periodístico donde aparece algo de humor. No es que no está, sino que se mete otros lugares. O se pone de moda un periodista que se hace el gracioso y es humorista entonces. No hay programas de ficción que tengan la estructura del elenco porque, capaz, no da rédito. O porque son lugares donde hoy pueden tener pertenencia en cable o de no pretensión de éxito o de manejo de rating. El humor hoy puede ser convocado, desde un canal grande, por un actor como Francella que se sabe que va a funcionar en términos de rating y de calidad. A lo mejor, los que manejan la televisión dicen “Humor no, metemos archivo”, “Lanata hace monólogos”. Es el Lenny Bruce de las Cañitas.
-Decís que de los otros canales no les interesa el humor pero hubo ofertas para llevarte…
– A nosotros nos ofrecieron hace tres o cuatro años la posibilidad de estar en un canal más grande o de más audiencia por decirlo de alguna manera. Con un cierto cuidado, supongo, porque ningún tipo de Canal 11 o 13 –a menos que sea un imbécil-, va a ponernos a un día a las 10 de la noche. A uno no le interesa que lo vea más gente sino tener un control sobre lo que uno está haciendo. Que no tenga el filtro de tener que reunirte con un tipo que va a querer explicarte que, si se mejora el programa, va a tener dos puntos más de rating. Una discusión ridícula y triste con alguien diciendo “Si cambiás acá, el programa levanta”. Ahí, de la involución humana, estás a un paso, a medio metro.
– ¿Cómo viviste la partida de Luis Alberto Spinetta?
– Con mucho dolor. La gente se muere. Estuve con él, la única vez que lo vi en mi vida y es algo que tengo guardado. Se que es un lugar común pero hay una esencia que no muere nunca. En algunos se muere la esencia y el cuerpo. Las dos cosas. Lo que más lamento es que el tipo tenía ganas de vivir. Lo lamento por él porque tendría mas cosas para dar. Después es un tipo que a mi me va a acompañar para siempre.
– Con lo que pasó con Luis Alberto y por el estado de Cerati, como ves al rock argentino?
– Me imagino que excede a Cerati y Spinetta. Como lo veo…no tengo una definición al respecto. Hay mucha gente que tiene muchas cosas para decir a diferencia de los que piensan que ya no hay bandas o que las bandas que existen son las conocidas entre las cuales hay bandas buenas y otras no tanto. Hay bandas que están investigando desde lugares más modestos y que sea más interesante que la que está legitimizada. He descubierto bandas muy interesantes que hacen recitales para cuarenta personas como Uno x Uno, Proyecto Gómez, Honduras. Pez es una banda que me encanta y lleva más gente pero no más de mil personas. Los Natas, Jennifer Perez, la Orquesta Metafísica que hace tango con cosas que parecen venidas de los Mothers of the Invention. Hay que salir a buscarlo y puede no gustarte pero eso ya es otra cosa.
– Luis Almirante Brown va a seguir saliendo?
– Si, va a salir y ya lo grabamos. Una vez estuve con Spinetta y era un tipo con mucho humor y muchos personajes. Me parece que dejar de hacer a Luis Almirante Brown porque se murió Spinetta es como creer que Luis Almirante Brown era Spinetta. En realidad, Luis Almirante Brown es otra cosa que jamás hubiera sido Spinetta. Luis Almirante Brown es como sería Spinetta si mañana se fuera a tocar a una bailanta. Es un personaje que tiene un peso muy importante para nosotros y nos gusta seguir haciendolo. Al propio Spinetta le gustaba mucho, porque él, que tenía mucho humor, se daba cuenta donde estaba el espíritu de Spinetta en ese personaje. El espíritu estaba en que es un tipo que quiere empezar a cantar una canción, que puede conmoverte y se convierte en una porquería, cosa que nunca hizo Spinetta. Entonces, no tiene una relación directa.
– ¿El mayor peligro de un artista es el ego o la repetición?
– La repetición probablemente. Gatti era un egomaníaco y era bueno. Si te convertís en egomaníaco, viejo, no podés atajar y te comés cuatro goles, ahí pasas a ser un patético. La repetición tiene una ambigüedad porque hay una idea que te obsesiona y siempre se repite. Después uno va más allá y se da cuenta que el humano tiene cuatro o cinco ideas que lo obsesionan. Algunos vivirán más felices y no tienen ni una sola idea, otros seres más pensantes o en constante movimiento. No se cual será más felíz de todos ellos. En algún punto, terminamos repitiendo las obsesiones o hablando, de alguna manera, un poco siempre de lo mismo. Hay veces que lo hacés con más intensidad que otras. Depende como estes y como te resulte la realidad. A veces te ponés mas interesante y otras que no. Eso, puede ser lo que más me duela o más me haga felíz (el ponerme más o menos interesante), más que la idea de repetición. Igual, soy bastante derrotista por lo que el ego me podrá durar dos horas, como mucho. Y sirve ser un poco derrotista. Sobre todo para no convertirte en un pelotudo egomaníaco.
-En Todos X 2 pesos, invitaron a Daniel Melero, Gustavo Cerati y los Piojos, ¿hay planes de hacer lo mismo en esta temporada del programa?
– No, porque eran dos conceptos distintos. Todo x dos pesos hacía referencia a la televisión y al show televisivo, que terminaba siempre con una banda. Esto, de alguna manera, nos servía para cerrar el programa. Las bandas que venían, tenían una relación amorosa con el programa por lo que si no te gustaba la banda, era un tema secundario. Muchas vinieron de onda porque veían el programa y les parecía interesante. A veces nosotros somos como el kirchnerismo, que se resalta porque la oposición es muy pobre. Nosotros hemos resaltado por virtudes propias y también porque el desierto se ensancha como diría Nietzsche.
– ¿Vas a seguir trabajando con Pedro Saborido, no?
-Si, desde ya. Podemos tomar la decisión de tomarnos un año separados pero para volver luego y no para distanciarnos. Lo más factible es que el año que viene volvamos a hacer algo con Pedro pero no sabemos que es. El programa, en la medida que hagamos pocos, puede tener funcionabilidad para hacerlo el año próximo. Lo vamos a saber cuando terminemos este ciclo. También me convocaron de una película y me interesa, en la medida que no interfiera mi trabajo con Pedro. Son cosas paralelas que me aparecen que me pueden interesar o no. No se si mañana si estoy sin nada, que nadie te llama, y te llaman para una película espantosa y vas porque necesitas cinco lucas. Es una proyección horrorosa pero también me puede pasar. Eso no lo descarto. Lo que si descarto es el tema de la inmortalidad.
– No descartás una temporada más entonces…
– No, para nada. Siempre tenes que tomarte una distancia del programa para ver si el programa te convoca o no. Puede ser que hagamos radio y en octubre, hacemos otro programa. Le podemos decir eso al canal y nos puede decir “No”. O “Queremos hacer ocho programas en octubre” y es factible que se haga. En otro canal, no se puede porque tienen otros mecanismos y se trabaja de otra manera, cosa que respeto. Por eso, antes de entrar en disputas ridículas, me quedo en un lugar donde se que puede pasar eso, que hagamos en octubre ocho programas y antes de eso, hacer otra cosa.
– Estas en tele y estuviste en cine ¿Hay proyectos para hacer teatro?
– No. Podríamos pasar algunos personajes pero el concepto, al teatro, no. Para mi es un programa televisivo que debe quedar ahí y morir ahí. Después si en teatro hacemos “Violencia Rivas” pero la gente es convocada por otra idea (aunque puede ser muy parecida a esta), estamos cerca de hacer una obra en si que esto en el teatro. Es todo una incertidumbre. No está en mis planes, pero puede ser que pase y después me retracte.
Peter Capusotto y sus videos. Canal 7. Lunes, 22.30 hs.