Es el 5 de septiembre de 2010, Gonzalo Julián Antillanca, de 19 años, fue interceptado por cuatro policías de Trelew que le dieron una paliza mortal por los golpes recibidos en la cabeza y el cuello. Los uniformados cargaron el cuerpo en el móvil policial y lo arrojaron en una calle alejada del centro. Pero no contaron que una testigo vio como lo golpearon y otra, como tiraron su cadáver. César Antillanca, padre de Julián, es quien lleva adelante la campaña “Justicia por Julián” y uno de los testimonios más importantes del documental. El mismo incluye los casos de los hermanos Sergio y Denis Aballay, golpeados y torturados por los mismos policías, horas antes de matar a Julián.
Los testimonios recopilan no solo los testimonios de las familias de los damnificados sino que toma a abogados y médicos forenses que participaron del juicio por la muerte de Julián asi como imágenes del juicio, con la declaración de los policías imputados por dicho crimen. La fuerza de las imágenes es devastadora. Más aún cuando se conoce que los acusados Martín Paul Solís, Jorge Abraham, Pablo Morales y Laura Soledad Córdoba fueron absueltos por el Tribunal Superior de Justicia de Trelew. También forman parte de los testimonios la palabra de las madres de los chicos que sufrieron la violencia policial en Chubut y que formaron otros casos de extrema gravedad institucional en lo que al comportamiento de la policía se refiere.
Con un muy buen ritmo en lo que a lenguaje cinematográfico se refiere, esta dinámica será fundamental para que los espectadores se metan de lleno en casos que no tienen la cobertura que se merecen. Pareciera que no hay interés en desbaratar ese aparato represivo del Estado que es la policía. Además, estos hechos suceden en democracia, que debería ser cuando los derechos de los individuos deben estar absolutamente garantizados. El poder político es cómplice de este tipo de masacres de las que son víctima jóvenes de barrios pobres en distintas ciudades de nuestro país. La mezcla de impotencia y bronca que puede sentirse frente a lo presenciado denotará no solo la injusticia que atraviesa a las clases más bajas sino el grado de impunidad de quienes deberían velar por el cumplimiento de las leyes y proteger a la población.
Por otra parte, el estreno de “Un paisaje de espanto” llega en un momento tan paradójico como preciso de la sociedad capitalina. Mientras much@s se indignan por los hechos de violencia racial en Baltimore, no realizan la misma evaluación con respecto no solo a lo que ocurre en una de las provincias patagónicas sino en otros casos que tienen poca prensa porque los damnificados son chicos pobres. Tal como fue el caso de Ezequiel Demonty o Luciano Arruga algunos años atrás.
A través de “Un paisaje de espanto” un documental de excelente factura, Daniel Riera y Mauro Gómez ponen la lupa en un caso que tanto el poder judicial, policial y político desearían que permanezca en las sombras. Imperdible para todos aquellos luchadores por los derechos humanos y porque el deseo de justicia, de una vez por todas, se haga realidad.
Guión y dirección: Daniel Riera y Mauro Gómez. Música original: Bersuit Vergarabat, interpretada por Bersuit Vergarabat y por Gustavo Zurbano.
Artecinema. Salta 1620 Sala 3. A las 17.10 hs.