Libro: “Nosotros, los de entonces”, de Beatriz Pustilnik

 

Hay libros que tienen la gratísima virtud de hablar de determinados temas sin caer en el dato duro, la épica empalagosa o la crítica atiborrada de un complejo de “conciencia limpia”.
Algo de eso hay en “Nosotros, los de entonces”, de Beatriz Pustilnik, obra ganadora de la Convocatoria Editorial 2019 Narrativa (Novela) del sello Baltasara Editora de la ciudad de Rosario, que logra captar la atención inmediata del lector a partir de un relato tan sentido como certero.


La autora empieza a navegar en su propia vivencia que refleja a aquellos, “los de entonces”, que han (sobre) vivido a los años más duros de la historia cercana del país. Pero ojo, el recorte se hace desde la visión de esos jóvenes que deseaban un mundo mejor blandiendo el estandarte del teatro y la cultura. Estos como cara visible de un cambio de paradigma en contraposición al inminente advenimiento de un capitalismo salvaje que imponía sus propias ideas en nuestro continente a través de «democracias» acordes a su gusto. Caso contrario, se cambiaba el gobierno con la venia del Imperio del Norte que solo aceptaba a aquellas que le decían todo que sí a sus designios –eufemismo para denominar a las tristemente célebres dictaduras-. Del libre derecho de los pueblos a decidir su propio destino, bien gracias!.
De esta manera, Pustilnik va y viene a través del tiempo, para hilvanar un texto atrapante, logrando esa especie de «oralidad escrita» que permite aprehender cada una de las historias relatadas. Desde aquella que retoma al zeide (“abuelo” en idish) que inicia el libro con un poema a descubrirse, hasta los vaivenes de una mujer inquieta que tenía en el arte y la militancia dos puntales fundamentales de su ser.

No obstante, cada uno de los relatos (que no es lo mismo que “capítulos”, algo que el libro –sabiamente- no posee), brinda esas pinceladas de aquella realidad que dialogan con la actual en tanto el paso del tiempo y los cambios acontecidos. La forma en que se criaban a los niños para ser “adultos serios y responsables” en detrimento de caer en “esas ideas” que, cualquier familia “de buen pasar y pensar”, no podían permitir. Pero, tal como sucede desde que la humanidad es tal, cada una de las decisiones que toma una persona la van llevando a una orilla determinada en la que aparcar su existencia. La cuestión es realizar una gambeta corta para evitar ese «deber ser» que lo único que trae es infelicidad. Al fin y al cabo, no hay nada peor que vivir a partir de los deseos de otros y no propios. De esta manera, se leen nombres como los de Roberto, Tito, Cecilia, Raúl o la Pety forman parte de un universo donde el teatro es esa trinchera de cultura y amor en la que –parecía- todo estaba bien.

Como hemos dicho, el libro carece de capítulos lo cual permite una lectura dinámica y armónica. Los saltos temporales permiten sumergirnos con precisión en las diversas ventanas que abre Pustilnik en ese recorrido llamado “vida”. Amores, traiciones, padres, madres, compañeros, hijos, militares y militantes. La dictadura y miedo se mezclan con instantes de calma y placer que son oasis en medio de la noche más oscura que atravesó el país. La búsqueda de llevar adelante una vida mejor a través del trabajo y el arte, con momentos tan simples como definitorios en la conformación de la personalidad de quien abre su alma en cada renglón. Tal como la del electricista Gatella, la señora Liliana o cuando se daba cuenta que “a la abuela no le gustaba que juegue con los peones. Los miraba con desprecio”, entre tantas. 
El retorno de quienes se fueron para volver a plantear interrogantes del pasado con la pregunta del “¿qué hubiese pasado si…?” pone el punto en un presente de hijos y reflexión para encarar un futuro por demás intrigante, con todo lo que implica esta palabra.
Esa personalidad era la que fue encarando los diversos desafíos que surgían por la coyuntura de todos esos años y llegan al día de hoy. Ahí es donde radica la riqueza del libro. Se relata y cuenta, con la sensibilidad matizada por una crítica piadosa, no exenta de verdad, que busca ser la apertura de un análisis más que de una flagelación o un reproche. Más aún de la proximidad que se logra con varios de los nombrados en relación a su futuro. 

“Nosotros, los de enfrente” es un libro que merece ser leído y regalado, para que empiece el recorrido de mano en mano, para que la historia sea contada con una pluma tan precisa como sensible.

«Nosotros, los de entonces», de Beatriz Pustilnik (Baltasara Editora). Se consigue en Eterna Cadencia, Del Fondo, Norte, Rodriguez (de Villa Crespo), Arcadia y Caburé.   

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