Disco: “Green Naugahyde” de Primus


Tardó, se hizo desear pero valió la pena. Primus sacó disco en estudio después de trece años de espera. El disco se llama “Green Naugahyde” y es disfrutable de principio a fin. Con una fusión de rock, funk y experimentación que va desde la instrumentación al sonido mismo, Primus descansa sobre el talento de este cráneo musical que se esconde bajo el nombre de Les Claypool, que se encargó de ser el ingeniero de sonido y el productor del disco, además de compositor de la totalidad de las letras del álbum. Pero ojo, a no confundirse, porqué  si bien él hace mucho, también deja espacio para el lucimiento del guitarrista Larry Lalonde y el baterista Jay Lane, quienes escribieron la música de los temas.
Con una estética absolutamente verde y el muñequito de un niño en bicicleta, el álbum se muestra con una soltura envidiable en la interpretación.
El álbum cuenta con temas instrumentales que sirven para abrir el disco o dar un pequeño respiro ante la vorágine sónica en la que viene la sucesión de canciones. “Tragedy’s a’ comin’, retoma la fórmula que supieron hacer famosa los Red Hot Chili Peppers, pero con la frescura que estos parecen haber perdido.
La oscura “Eyes of the Squirrel” es atrapante y subyugante ya que ubica el ojo de la ardilla como un panóptico contemplador de las miserias de este mundo. De esta forma, aparecerá en la letra tanto el derrame petrolero en el Golfo de México, la vida por la TV, culos arrogantes, el pito de Obama, Brad & Angelina, como algún abusador de menores. En “Eternal Consumption Engine”, la crítica se hace feroz contra el sistema de vida norteamericano basado en el consumismo. Con toques operísticos en medio de un ritmo musical fabril, Claypool grita sin remilgos “Aquí en USA nos gusta gastar lo que ganamos/Más dinero tenemos, más compramos/Cada vez que estoy un poco aburrido/me voy al Wall Mart” para cerrar con un ruidoso y lacónico, “Hoy, todo está hecho en China”.
El ubicarse como un antihéroe, del otro lado de lo común, de lo usual, pero con el humor bizarro marca Primus, se aprecia tanto en “Tragedy’s a’comin” y “Lee Van Cleef”. En la primera, como el outsider que camina al lado del camino como protagonista de una tragedia permanente, hosco, tosco y malhumorado. En cambio, la segunda parte del hecho que “a todos les gusta Clint, pero a mi me gusta Lee Van Cleef”, que para una gran parte de jovenes argentinos, es el “Maestro Ninja” más que el co-protagonista de “El bueno, el malo y el feo”. 
El tema lo tenes aqui:
“Last salmon man” sería uno de los temas que podría considerarse como corte de difusión y con más salida radial al igual que “Moron TV”, que cuenta con un bajo en primerísimo primer plano y una voz que viene de la estratosfera mediática para dar cuenta de como “ella come pedazos de queso, le baja el coeficiente intelectual, se chupa los dedos” mientras mira tele. La letra no solo desde su título es un juego de palabras de “more on” (más en ) TV con un insulto en inglés sino que también describe algunos acontecimientos bien conocidos, protagonizados por stars hollywoodenses.

Los variados estilos que se combinan en Primus hace imposible que se torne aburrido ya que, a cada momento, va descubriendo nuevas sonoridades con las cuales experimentar, con buen gusto y una depurada técnica en los instrumentos.«Jilly’s on smack» es una canción oscura, hasta podría decirse tecno-dark, que relata la historia de una chica que huye de su casa. “Extintion burst” retoma la oscuridad en una letra que puede apuntar tanto a un asesino serial como a un tipo común y corriente, y un rítmo frenético en la música. “Green ranger” es la canción más corta del disco. Tiene una atmósfera que recuerda a Radiohead pero cambia el aura de “seriedad” de la banda de Thom Yorke, por una fábula irónica de lo que significaría pasear a solas con el “Green Ranger” al que alude el título. Con “Hoinfodaman”, Primus gira un poco hacia el nü metal con una voz saliendo desde la consola de efectos, con coros operísticos, al tiempo que el bajo y la batería se entrecruzan para ver hacia donde se dirige una machacosa base rítmica. La guitarra aporta distorsión a un tema atrapante.

“Green Naugahyde” es una excelente vuelta de Primus al candelero de las bandas que privilegian la busqueda constante por encima de la repetición. Cuentan con experiencia y conocimientos suficientes para lograrlo. Depende del oyente el deseo sumergirse en estos mundos de locura ordinaria de un disco fantástico, de lo mejor que se ha editado el último año.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio