Suele haber discos que se escuchan con cierta expectativa y que, además de satisfacerlas plenamente, brindan una apertura hacia otros destinos inesperados para el oyente. Tal es el caso de “Hecho en cartón” de Pablo Gimenez, que presenta un disco en el que la frescura está a la orden del día con un sonido limpio y mirando a distintas regiones del continente.
Los aires rioplatenses abren el disco con “Harina”, -una canción apacible, equilibrada, de esas que invitan a cerrar los ojos para disfrutarla- y con “El chico de la llamada” y su atmósfera campestre, en la que el bajo de Daniel Maza dibuja sus melodías absolutamente personales y Leonardo Amuedo realiza un solo de guitarra donde el buen gusto es su bandera. El disco cuenta con la participación de Ceci Elías, en coros y bandoneón asi como en la composición de las letras de las canciones. Otros invitados son los mencionados Maza y Amuedo asi como Facundo Guevara, Juan Pablo Di Leone, Andrés Beeuwsaer y Víctor Carrión.
La apertura a otros ritmos se da en que el bolero convivirá con un candombe o la salsa abrirá la puerta para un toque jazzero en el que la combinación enriquece las canciones. Esa versatilidad es la misma que tiene Gimenez como multiinstrumentista ya que salta desde el trombón a la guitarra, pasando por el bajo y el guitarrón. Esto, sin contar que en vivo, utiliza la loopera, programación y algunas percusiones a su cargo. El folklore dice presente en “Se lo lleva el viento” donde el acordeón y las quenas marcan el ritmo de un tema que se funde en el sonido de las aguas de un río que atraviesa con su caudal, un disco rico en matices. “A solo 3000 mts” cuenta con ese aura sencillamente épico que enriquece a una balada muy bien trabajada en sus arreglos vocales y su melodía mientras que “Hecho de cartón”, el tema que da nombre al disco, tiene un toque funk que lo convierte en uno de los mejores temas del disco.
Uno de los adjetivos que más le cuadra al disco es el de “equilibrado” y es ese equilibrio el que se destaca en la parte final del disco con cuatro temas de muy buena factura, con sus identidades personales y esa instrumentación en la que todo cuadra en su justo lugar, como un rompecabezas de precisión extrema. De esta manera, “Mi canoa” irá desde sus ritmos más ligados a la salsa hasta las guitarras limpias y claras de “La condesa”, pasando por la fábula de “Contaba el aire” y su batería marchosa y el cierre final con “A donde voy?”, una guaracha sabrosona que deja una sonrisa de felicidad el haber escuchado el disco.
“Hecho de cartón” ubica a Pablo Gimenez en el punto exacto de su madurez creativa con un material de mucha calidad tanto en la interpretación como en la variedad de sonidos explorados.