El remedio y la enfermedad

Durante años, nuestro país recibió las visitas de las estrellas del firmamento del “como pertenecer a un mundo moderno” para dictar sus cátedras a todo aquél que lo deseaba escuchar.

Términos como “desregulación”, “management” y el cambio de términos como el de «ciudadano» a «cliente» terminó de definir un rumbo que venía mal desde su propio inicio. Ahora, después de una crisis absoluta como la del 2001, muchos países que eran considerados como los “ejemplos a seguir” se van derrumbando víctimas de las ideas que propagaban.
Toda la mentira de los gobiernos neoconservadores van explotando en lugares de los más inverosímiles como España, Irlanda, Islandia y se esperan manifestaciones por Berlín y Londres. De más está decir que, como argentino, no puedo dejar de recordar lo ocurrido en el 2001 y relacionarlo con las manifestaciones espontáneas que ocurren en España.
Ahora estamos del otro lado. Allá por finales del 2001 y principios del 2002, amigos/as que había conseguido a través de viajes que había realizado me preguntaban muy preocupados sobre el destino de mi país. Gente de Inglaterra, Alemania, España o Israel me mandaban mails preguntando sobre nuestra situación que era transmitida por sus canales de televisión. Hoy, diez años después, la moneda muestra el otro lado y se ve desde aquí, con la misma preocupación pero haciendo hincapié en un punto fundamental: la cobertura informativa responde a intereses determinados. Y estos intereses son los mismos que causaron todas estas crisis. Convoco a mis colegas argentinos a que vean la forma en que cubren los medios de nuestro país lo que está ocurriendo en España (si es que informan al respecto) y como lo informan. Si menosprecian la reacción de la gente que está harta de todo lo vivido hasta esos momentos, en medio de una carcel llamada Euro, que solo beneficia a unos pocos. ¿Cómo serán los brillantes análisis de gente como Marcelo Bonelli, Eduardo Feiman o Mariano Grondona? ¿Cómo pueden seguir sosteniendo la política de mercado con las consecuencias que está trayendo?
Me acuerdo como si fuera ayer que el 19 de diciembre del 2001, tres días antes de mi cumpleaños, ver contingentes caminando hacia la Plaza de Mayo con su cacerola en la mano. Una vecina me preguntó si yo iba a ir a la Plaza y le respondí que no. También le hice dos de mis típicas preguntas de mierda ¿Por qué lo hicieron ahora y no en el 95? ¿A quién votaste en las últimas tres elecciones? Porque a quien le tendría que haber explotado la bombita era a un presidente doblemente elegido en mi país, por obra y gracia del egoísmo consumista generalizado, que tendría que estar preso por traición a la Patria y no ocupando un asiento en el Senado de la Nación.
Por eso me tomo el atrevimiento de preguntar –y si hay algún amigo español, que me responda y me ilustre al respecto- ¿Por qué le explota esto a Zapatero y no al gran hacedor de toda esta situación que sería José María Aznar?
Hace dos años, tuve que ir a cubrir para Noticias Urbanas, el congreso de la FAES que se realizó en la Legislatura porteña. Mi jefe me taladró la cabeza con que no abra la boca porque sino no se podría cubrir el último día. Lo que escuché en ese congreso fue un retroceso a través del tiempo a un macartismo puro. Entre los disertantes se encontraban Álvaro Vargas Llosa, el ex presidente español José María Aznar y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri. Después de lo ocurrido con la caída de Islandia, Grecia (que ya habíamos hablado aquí http://elcaleidoscopiodelucy.blogspot.com/2010/05/grecia-y-la-amnesia-argentina.html) y los peligros de Irlanda, España y Portugal, ¿qué recomendación se puede esperar de aquellos que, con el verso que “El Estado es inútil” y lograron que los bancos sean más poderosos que los Gobiernos de los Estados, siguen hablando de “soluciones”? ¿Hay que decirles “gracias por destrozar el país con sus recetas económicas” o derivarlos a un buen tribunal para que se haga justicia por los servicios prestados?
 
A todo esto, quiero destacar que los medios argentinos no destacan mucho este tipo de noticias. Por ejemplo, Clarín y TN titulaban “Los “indignados” piden por “democracia real”. El comillado de “indignados” y “democracia real” no es mio sino que fue la forma en que editorializaba de manera subrepticia el fatídico multimedio. La Nación tampoco hizo mucho al respecto porque para ellos, “la democracia” que vale es la que los favorece. Si hay “indignados”, que se jodan o que se les pase la bronca, tal como fue en Argentina 2001, con el “que se vayan todos/que no quede ni uno solo” y se quedaron todos aunque con resultados nefastos para las respectivas carreras políticas de personajes nefastos como Carlos Menem, Domingo Cavallo, Fernando De la Rua y esperemos que pronto lo sea para Eduardo Duhalde –aunque me encantaría, personalemente, verlos a todos estos con el traje a rayas-.
A no dejarse engañar amigos/as por lo que dicen los grandes medios. Sabemos a quienes van a apoyar siempre y, da la casualidad (je) que nunca serán los que uno apoya. ¿Por qué será?

Aca les dejo la página de Democracia Real ya! para que se informen de lo que pasa en España, de primera mano y sin medios de por ídem. http://democraciarealya.es/?page_id=234

Creo que la mano está cambiando en varios lugares del mundo. En el mes en que cumple 70 años el gran Bob Dylan, (al igual que son los natalicios de los geniales y lamentablemente fallecidos Robert Johnson y Luca Prodan),  había escrito hace casi cincuenta años su profética “The times, they are -a changin’” que vuelve a sonar en los corazones de los que marchan, protestan y discuten por un futuro mejor e inclusivo para todos.

¡Bienvenidos al Caleidoscopio!

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