Crisis a la vuelta de la esquina

La revista Crisis marcó un hito en la historia de las publicaciones gráficas argentinas. Ahora, vuelve a salir pero mirando al futuro, sin perder de vista al pasado. Mario Santucho y Susana Etchegoyen, responsables de esta vuelta, detallan jugosos aspectos de una revista combativa.
– Cómo surge esta vuelta de Crisis?
Susana Etchegoyen: con Pedro Cazes Camarero, (director de Crisis en la etapa del 80), estábamos convencidos de que hacía falta una publicación como Crisis. Empezamos a hacer los trámites para tener la marca y poder sacarla. No queremos que Crisis sea como todas las revistas sino una revista de hacer más en colectivos. Esto es difícil porque para conservar la independencia de la revista, tiene que ser autónoma y es muy difícil de conseguir financiación. Conocí  a Mario y parte del colectivo con el que está. Hablamos con ellos porque nos parecía que su línea tiene que ver con este momento. Charlamos hasta que finalmente logramos que salga el primer número en la primera semana de octubre. Para Pedro y para mi es muy importante hacer este puente en el abismo que quedó entre la generación del 70 y los de ahora. Mario es de los más chiquitos de ahora y yo era de las más chiquitas del 70.
Mario Santucho: Ese campo quedó arrasado y a partir de ahí hubo en un quiebre -30 años de horror y eso- pero con la imposibilidad con la generación que nos sigue haga un pase natural tal como hacíamos nosotros con los viejos. Ese quiebre tuvo que ver con la represión en la Argentina porque esta fue la generación que abrió un camino que, creemos fue solamente interrumpido. Compañeros de nuestra generación desean poder ensamblar  y crear juntos con un colectivo que es mucho más joven. Es un desafío imprescindible.
– Hablas de generaciones ¿Fue la que ahora tiene 35-40 años, la que se tuvo que hacer cargo o solo tenía que ser de transición?
MS: Nosotros, los de 35 promedio, tenemos una marca muy fuerte por haber nacido en los 70. Nosotros tenemos una etapa en nuestra niñez y adolescencia de elaboración de esa pérdida, en términos muy anómalos y muy poco convencionales. La figura del desaparecido, por ejemplo, es una figura que asumimos  e internamos como tal, y hay una especie de exceso creativo de la manera en que en Argentina se elaboró este proceso. No creo que se agote con la reparación. Es un eje de discusión la manera en que uno elaboró esa pérdida que me parece muy interesante y no está bueno dejarlo atrás. El otro punto interesante y que no tiene tanto que ver con los 70 ni con los derechos humanos, es que nuestra generación se constituyó culturalmente, políticamente y socialmente con los acontecimientos del 2001. Esto es lo más importante para tener en cuenta para contextualizar la revista. Todo lo que se generó en ese momento, tanto como rechazo al neoliberalismo y aprehensión de nuevas formas de pensamiento, organización, resistencia, fue el eje que nos marcó como generación. La revista se inscribe en eso, en como vincular ambas imágenes de la política, la de los 70 y la del 2001. De alguna manera, el kirchnerismo también es un relato sobre esas dos formas pero le da prioridad a la retórica de los 70. Si bien hizo aportes con respecto a la línea de retroceso social que venía del 76, no ha aportado con la innovación de nuevos criterios políticos. Nosotros creemos y nos parece importante recuperar una vocación de innovación política, cultural e intelectual fuerte. Abrir nuevos espacios que no están ni en contra ni a favor del kirchnerismo sino que van más allá. Algo que ha quedado medio dormido desde el 2001. Todos saben que existe como posibilidad pero que cuesta hacerlo despegar.
GE: Desde la revista buscamos corrernos de la cuestión binaria del “estas a favor o en contra”. Lo que pasa con los secundarios es la expresión de alguna reelaboración de los 70. No creo que sea ajeno a los 70 pero tampoco creo que toman esas banderas. No se puede capturar la subjetividad de los 70 y menos la  de ahora.  Hay tres o cuatro generaciones que han seguido el proceso de globalización del capital con una fuerte marca de terror. Hay toda una subjetividad de época que tiene que ver con el desarrollo del capitalismo a nivel mundial donde nada escapa a esta situación. Hacer “Crisis” ahora no sería hacer esa “Crisis” retocada porque tendríamos un discurso inapropiado y descolgado de la realidad. No queremos plantearlo desde ninguna polarización. Hay una generación del menemato pero fue la época que les tocó, una última etapa del neoliberalismo que arrasó toda subjetividad. ¿Hay algo por fuera del capitalismo? ¿Se podrá construir algo? Preferimos plantear la cuestión en estos términos.
Con respecto a la polarización, hoy en día, ésta viene del lado de los medios.
MS: Justamente, el número 1 de la revista va a estar dedicado a una serie de conmociones que hubo este año protagonizadas por los pibes. Para nosotros es una incógnita lo que se cuece ahí, como subjetividad y forma de vida. Nos metimos en cada hecho y vimos que preguntas surgen ahí. Uno fue el de Baradero en marzo. Hablamos con un grupo de amigos de los fallecidos. Como vivieron ellos la situación, como llegaron los medios y por qué molesta tanto que ellos estén en la calle. Por otro lado, fuimos a Bariloche, donde quedaron una serie de preguntas sobre lo que pasó y que se discutieron poco. Finalmente, hay un trabajo sobre la movida de los secundarios pero vista desde otro lado. Entrevistamos a un chico boliviano que es presidente de un centro de estudiantes y también habla sobre cómo se planteó todo desde los medios. 
Esta generación ya está inserta en la mediatización de la sociedad. Todo lo que se haga pasa sobre la lógica de los medios de comunicación. Esto es tremendo porque hay que repensar como piensan los pueblos y se construye el pensamiento colectivo.
-¿La revista como va a estar conformada?
GE: La revista no va a tener secciones fijas. Es una decisión que tiene que ver con que estamos pensando otra estructura. Este primer número tiene las notas, una serie de reportajes en los que no ponemos autor para que pueda hablar tranquilamente. Tiene una reseña fotográfica maravillosa, un ensayo de imágenes y una poesía. La idea es ir explorando y no va a quedar de esta forma. Estamos pensando más cosas para los próximos números, cosas que tengan que ver con el arte pero lo tenemos que discutir.
MS: Mas que un dossier va a haber un tema que nos parece importante. No sería un dossier ya que no ponemos a nadie a debatir. Además, tampoco tiene editorial.  Va a tener un texto que será una presentación de porqué estamos aquí y demás. Por otra parte, vamos a tener una parte fuerte de estudios culturales que no van a ser reseñas de libros La lógica no va a ser agarrar grandes acontecimientos literarios y reseñarlos, darles publicidad o tirar opinión sino más bien, intentar recrear algo que está ausente hoy que es la crítica cultural. Tratar de encontrar ejes de lectura de la producción cultural desde un punto de vista más crítico.

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