Ingrid Pelicori: “No me extraña que haya ‘clásicos’ en la calle Corrientes”

Hiperactiva como siempre, Ingrid Pelicori reestrenó un clásico de Ibsen como “Espectros” junto con “Greek”, un Edipo de los 80. Una de las actrices más prestigiosas del medio teatral le cuenta al Caleidoscopio sobre hacer dos obras al mismo tiempo asi como dar su punto de vista acerca de la tele, los actores y los clásicos en la calle Corrientes.
– Ingrid, cómo es esta vuelta con “Espectros”?
– Anduvo muy bien de público. Estuvo programado el año pasado a partir de agosto y este año, por tres meses más, de febrero, marzo y abril. En febrero, dos veces por semana (viernes y sábado, a las 23 hs) pero ya marzo y abril sería solo a las 23 hs, por razones de programación. Viste que en el CCC se programa todo con anticipación? Por eso, también, teóricamente tendríamos que bajar pero nos daría mucha pena porque arrancó muy bien de público. Vamos a ver si encontramos allí o en otro sitio el poder seguir con la obra.

– ¿Cómo es volver a hacer la obra? El elenco es el mismo y el texto es tan rico…
– Me pasó mucho de parar y volver. Me gusta mucho. Es como un nuevo encuentro. Uno está más refrescado por la distancia y la perspectiva pero a la vez, también algo maduró en uno, que lo ve desde otro lado. Me parece que te permite una mayor profundidad y también una mayor frescura. Es muy grato. Uno ya no tiene las dudas del comienzo, donde uno no sabe lo que está haciendo, como es el espectáculo, como va a funcionar y como lo va a recibir la gente. Ahora ya es puro placer y el ir más adentro, de manera más libre, yendo a lo profundo.
– ¿Cómo fue hacer a la señora Alving?
– Fue un proceso muy grato, muy bien conducido por Mariano Dossena y con mucha colaboración del elenco. Nos llevamos todos muy bien. Todo lo que podía ser para facilitar, estuvo presente. Mariano tenía una idea muy clara de que quería que la obra fuera en su momento y en su lugar. Que los comportamientos fueran, para que la metáfora tuviera más resonancia. Como acotarse bien el tipo de vínculo, de universo originario en el que estuvo prevista la obra para luego hacer la metáfora. Fue ceñirnos bastante como a creer ese mundo, esos comportamientos y al mismo tiempo, con toda la resonancia que puede tener para nosotros hoy, para mi y nuestros contemporáneos, aquí y ahora. Siempre cuando uno hace teatro clásico, la pregunta es esa, “hoy y aquí, qué nos sigue diciendo este material?”. Tratar de ser una caja de resonancia para todos esos sentidos que hoy todavía nos hablan. Ese fue un poco el trabajo. Después si, todavía y por la riqueza del autor, siento que, en cada función, le descubro alguna nueva capa nueva de profundidad, de complejidad o resonancia. Eso es lo que te permiten los grandes autores y que te da tanto placer hacerlo.
-El texto es riquísimo! Y la resignificación de conceptos del budismo, el papel de género o la relación entre padres e hijos, es muy importante.
– Es genial porque, en las críticas –que por suerte, fueron todas muy buenas-, es interesante la lectura que hizo cada crítico. Uno agarraba para un lado, otro para el otro. Ibsen es un autor que se lo ha catalogado como que siempre habla de lo “social” y demás. Este es un plano pero tiene otros que son mucho más misteriosos. Está el plano que está presente en toda la obra, pero tiene un nivel de ambigüedad, de temas más complejo y más profundos como Peer Gynt, que son obras muy enigmáticas. Todas sus obras, incluso las que parecen más claras, de denuncia social, hay un corazón de más misterio, sobre lo profundo de la condición humana. Por eso, puede permitir una visión más budista de los temas (además, Mariano es budista), la cuestión karmica por la cual se puede abordar este material. O incluso con las constelaciones familiares, que fuera una aplicación para todo esto.
-Además, imagino la forma diferente con que habrán recibido, aprehendido el material, vos de lo que pudo ser Walter, etc.. que estaba muy enganchado con el tema de la sanación…
-…la posibilidad de limpiar una vez que se sabe la verdad y encarar la vida de otra manera. Todas esas cosas que nos condicionan en nuestro comportamiento si no las conocemos. La posibilidad de conocer nos permite cambiar.
– ¿Te sorprende que en los últimos años haya tanto autor clásico en calle Corrientes?
– No, no me sorprende porque a todos los actores nos encanta hacerlo. A veces, el tema es convencer al productor. Jajajaja. Pero como parece que ha funcionado, se han convencido al respecto. Además, hay tanto teatro que está bueno que también haya una proporción de teatro clásico. Shakespeare, Chejov, Ibsen….Hay un público que le gusta este tipo de teatro, que conoce las obras y siempre le gusta ver como están hechas. Que se siente convocado por estas obras que siguen siendo fuente de revelación. Además, es una ocasión para un director y un elenco –más allá del gusto de hacerla-, es ver hoy que nos dice y como hacer esta obra. Ver todo un abanico de posibilidades. Hay autores que versionan completamente, que trasladan de época o modifican muchísimo. En el caso de Mariano, era crear al revés. Ceñirse a ese mundo; crear esa Noruega, ese frío, esa sombra, esos cuerpos rígidos. Esa no-libertad, no-fluidez, como para que el contenido se contara más y tuviera más sentido la anécdota y luego, hacer todas las asociaciones.
– Si bien tiene esa lejanía –es Noruega-, la gente lo siente muy próximo.
– Primero, porque se intentó que, si bien el tipo de comportamiento, gestualidad, corporalidad, recreara lo que la obra cuenta, la actuación fue nada solemne y, mas bien contemporánea, con mucha entrega. Esa es la idea, que pueda llegar desde ese punto de vista. La sala también ayuda, porque es pequeña. Había gente que me decía “Hacer un Ibsen en una sala tan chiquitita y con bastantes personajes, dando opulencia?”. El escenógrafo lo logró muy bien y más allá de eso, la obra son dos personas –tres máximo-, diciéndose un secreto. En ese sentido, es una obra de secretos en los rincones. En ese sentido, al ser una sala pequeña, se crea una proximidad y ayuda a crear esa sensación de como estar espiando algo de mucha intimidad y de confesión en un rincón.
– Medio voyeur…
– Si. Entonces, en ese sentido, la sala bien. Lo espacial y demás, fue todo mérito del escenógrafo pero la proximidad con el público y la sensación de esto tan pequeñito, estos secretos, fue algo muy a favor, de cómo jugó la sala. Por eso, físicamente no se siente la distancia y con nuestra actuación, la idea era si respetar los comportamientos pero que la entrega y demás, o el tipo de actuación fuera contemporánea y resonara hoy.
Intermedio: Atardecer de un feriado en Buenos Aires. Mate de por medio, Ingrid Pelicori recibe a ECDL con la cortesía que la caracteriza. No deja ningún tema sin responder, con esa voz clara y certera que le es tan reconocida. Ingrid habla al tiempo que se maquilla para las fotos. Peina su largo pelo y se posa para las fotos con naturalidad. Un piano y muchas manos para una sesión fotográfica interesante.

-Se viene “Greek”…
– Está traducida formalmente como “A la griega” pero eso es también que arrastra de la traducción francesa que es “A la grecq” pero en realidad es “Greek” y es un Edipo. “A la griega” no le sonaba tan bien a Analía Fedra García, la directora y prefirió dejar el “Greek, un Edipo de Stephen Berkoff». Lo griego es como el juego, el punto de juego.
– ¿Cómo viene todo con “Greek”?
– Muy bien! Mirá, con ese autor tengo una debilidad. Hice “Decadencia” de él  y, en rigor de verdad, conocí esta obra antes que “Decadencia”. Jorge Lavelli, que las hizo en Francia, se las hizo llegar a Juana Hidalgo, que es muy amiga mia, por si le interesaba a hacerla. Le mandó una versión francesa que traduje para Juana, con un sistema que teníamos que traducía rápidamente para que ella conociera la obra. Juana la quiso hacer pero no se dieron las circunstancias. Después llegó “Decadencia” que también era para Juana, que le gustó mucho pero dijo que no era para ella. Ahí cayó justo en un momento en el que queríamos hacer algo con Ruben Szchumacher y la hicimos pero primero habíamos leído “Greek” que, la verdad, me había fascinado. En esa época, para mi, no había personaje. “Decadencia” la hicimos en el 96 y a Juana se la leí en el 94. Todo este proceso lleva como veinte años.
-La hiciste también en el Kafka…
-Si, fue la última vuelta, en el 2007, hace poco y la primera, en el 96, en el San Martín. Por eso, tengo debilidad por este autor…
-Además, había leído que era como una especie de Edipo…remixado?
– Es un Edipo en la Inglaterra del Thatcherismo, de una clase baja que después prospera. La peste que está es social, y sería el Thatcherismo y luego, la Esfinge, que es uno de los personajes que yo hago. Después, tiene una diferencia que, en el final de todo, opta por el amor…y no digo más nada! Jajajajaja.
– ¿Cuantos personajes hacés en Greek?
– Aca está previsto que el único que hace solo un personaje, que es Edipo, sea Martín Urbaneja. Después, Horacio hace de los dos padres, el real y el putativo; yo soy la madre putativa y la Esfinge, y por un segundo, a una camarera y Roxana Berco, de una hermana y la otra camarera de la que se enamora y es su verdadera madre.
– ¿Como fue laburar con Analía Fedra García? Imagino que es un estilo muy diferente….
– Ana es una persona muy estudiosa, muy criteriosa, muy inteligente, con mucha capacidad de laburo. Es un placer pero en cuanto a su manera de trabajar no está tan alejada de Mariano pero, lo que si cambia, es el material, el tipo de actuación que requiere, como lo define ella. Hicimos un trabajo vocal porque hay pequeños momentos cantados. Es un material al que hay que encontrarle el tipo de actuación que mejor le convenga. Tiene muchísima teatralidad pero hay que encontrar como sostenerla. Para cada uno el camino que, según sus tendencias, sirva mejor para conducir a la meta.
-La otra vez que hablamos, para el 2008, te había preguntado por el tema de la toma de conciencia de los actores y la crítica que recibieron….
-Qué te dije en ese momento? Jajajja
-Que te sorprendió cierta virulencia…Ahora pasaron tres años ¿Cómo ves el posicionamiento de la gente respecto de la toma de posición de los actores?
– Si yo mal no recuerdo, los actores siempre fue un sector social que se involucró bastante a nivel político. En un punto, no me sorprendió tanto si bien, quizás, fue más masivo. Los actores hicimos Teatro Abierto, Teatro por la Identidad, estuvimos en las marchas toda la vida. Quizás, lo más sorprendente es que, personas que estuvimos del mismo lado, ahora hay distintos posicionamientos, a veces con mucha virulencia. Esa es la novedad, que como en todas las luchas estuvimos siempre del mismo lado y en este momento, no es tan asi. Los actores, me parece, como tendencia siempre hubo un involucrarse con lo político y lo social asi como dar la cara para las causas que se consideraban que había que atender y colaborar. Después, la diferencia está en que lo que nucleó a los actores fue el ser “opositores” o el hacer escuchar una voz de protesta, de denuncia y reclamo y lo nuevo fue el tema que haya actores “oficialistas”. Eso puede ser lo más novedoso….pero me parece que está bueno que cada uno se exprese pero sin que haya fanatismos ni persecuciones de ningún lado.
– ¿Tele?
– Tuve una participación en “Lobo” y también en una miniserie. Después, en general, hace muchos años, que proyectos que me absorban mucho de tele…no. Jajajaja. Si no me llevan mucho y cada tanto, lo hago pero lo que hay más es tira diaria y es algo que no me interesa mucho…
– ¿Cómo ves a la televisión argentina?
– No veo mucho ni tampoco soy buena televidente. Cada tanto hay cosas interesantes. Los actores son buenos…pero no se mucho. Está bueno que se haya abierto a otro tipo de estéticas y posibilidades. Para mi, falta un poco de profundidad y riesgo artístico pero bueno, la televisión se propone ser masiva y que van en esa ruta. Que cierre el rating, cumple esa función. Lo que si me parece espantoso es la cantidad de programas sobre chimentos y eso, lo cual no le hace bien a nadie.
-En el último año, hubo una gran cantidad de producciones nuevas…
– Vi cosas desparejas, que me gustaron y otras no tanto pero saludo esas nuevas posibilidades. Hubo algunas cosas interesantes como “Los sónicos”, con Briski, Arana, Carnaghi y Alarcón. Ojala que se sostenga y no sea cosa de un año. Lo que si observé es que algunas eran miniseries y las mandaron todas juntas el 25 de diciembre al 3 de enero, cuando nadie está mirando televisión. Me pareció descuidado eso…los horarios y después cuidar el tema de la difusión. No sirve. Estuvo mal manejada la salida al aire. Lo mismo un poco con el cine argentino cuando se mandan algunas películas cuando queda un bache o mandan varias de sopetón. Es una pena porque todo se hace para que se vea pero ponele que no se ve porque no interesa. Ok pero si no se ve porque se presenta de una manera para que no se vea…
– ¿Querías ser actriz, de chica?
– Si pero también no…jajaja. Estudié psicología pero como había tantos actores en mi familia es que era una fascinación, un rechazo y una duda. Todo al mismo tiempo! Y en la familia había muchos actores, con distintos modos de ser actores. Lo que no sabía que tipo de actriz quería ser yo y no quería ser llevada de las narices por las circunstancias de la vida y estar en lugares donde no quisiera estar. Hay un camino posible que irás descubriendo a la medida de tus deseos y gustos que es lo que afortunadamente fue ocurriendo.
-La última, ¿alguna vez quisiste dejar de ser actriz?
-No. Me demoré un poco ya que me recibí y todo, en ver que iba a hacer cuando me recibiera. Como iba a hacer con las dos cosas pero como estaba en el elenco estable del San Martín y eso era muy organizado, me permitía estudiar tranquila. Lo de “afuera” me ordenaba muchísimo. Una vez asumido el asunto, la verdad que no. Al contrario, cada vez tengo más claro que me da felicidad hacer y que no.
“Espectros”. Centro Cultural de la Cooperación. Av Corrientes 1534. Sábado, 23 hs.
“Greek”. Centro Cultural de la Cooperación. Av Corrientes 1534. Sábado y domingo 20 hs.

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