Aguafuertes porteñas. Conferencia de prensa por la absolución de César Arakaki.

En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.

Tal como dice la bajada, diversas circunstancias te hacen presenciar algunos hechos por demás importantes en los que la mirada periodística es fundamental. Esto, tanto para el análisis, la reflexión y la difusión de un acontecimiento determinado. Ni hablar si este se refiere a la militancia política y a la lucha social. Justo habíamos salido de la presentación del BAFICI 2025, con su pompa y su brillantina que mezcla cine de calidad con cholulismo de cabotaje y la profesión nos llevó a una geografía diferente por más que la distancia sea menor a diez cuadras.

Llegamos a la Asociación Argentina de Actores y Actrices para presenciar la conferencia de prensa que iba a realizarse en torno al caso Arakaki. Recordemos que César Arakaki es actor y militante del Partido Obrero y había sido acusado por los supuestos delitos de lesiones e intimidación pública, luego de la movilización del 18 de diciembre de 2017 por la reforma previsional votada en el Congreso, durante la presidencia del domador de reposeras. Arakaki recibió una pena de tres años y cuatro meses de prisión, aunque no está dicha la última palabra al respecto.

De a poco, llegaron algunos dirigentes como la diputada Vanina Biasi y Marcelo Pitrola, ambos del Frente de Izquierda (FIT-U), actores como Norberto Gonzalo y actrices como Laura Azcurra, Melisa Melcer, Mirta Israel e Inda Ledesma, pertenecientes a colectivos como Actrices Argentinas o Unidos por la Cultura. Marcelo Xicarts, secretario general del gremio, Coni Vera, secretaria de Derechos Humanos, Género y Diversidad, y la abogada Rayu Alanis, secundaban al mismo Arakaki en la presentación de su caso.

Xicarts abrió la conferencia al mencionar que la Asociación está “siempre acompañando los reclamos de compañeros, en este caso de Arakaki, que consideramos absolutamente injusto justo. Más aún de la condena que se le quiere aplicar.

En el caso de la doctora Rayu Alanis, abogada de Arakaki, su presentación fue más larga ya que brindó un panorama de cual es la situación judicial del actor. Primeramente, vinculó el caso y el contexto de la detención de Arakaki con la actual. “No tenemos que olvidar que la causa de César se inicia a partir de una movilización que ocurre en 2017, en la cual también el pueblo salió a reclamar durante el gobierno de Mauricio Macri contra la reforma previsional”. Aseveró que “hay continuidad de las causas populares y de la persecución del Estado” y que “tampoco me quiero olvidar de destacar que la ministra que está a cargo de la represión hoy, es la misma que estaba a cargo de aquella”.

El rol de la justicia –con minúsculas- es un punto fundamental. “La justicia, el poder judicial, especialmente de Comodoro Py, responde de manera muy direccionada por el gobierno de turno” sostiene Alanis. Agrega que “tengo que hacer un paralelo de la causa de Cesar con lo que está pasando con la causa del Polo Obrero hoy, porque son causas con el avasallamiento de los derechos constitucionales y del debido proceso”. La letrada recordó que César se puso a derecho y se presentó inmediatamente con un pedido de eximición de prisión. “No resolvieron eso. Lo mandaron a César a un penal de máxima seguridad como es Marcos Paz. Pero no a la parte que mandan a los genocidas que tienen otros beneficios sino con la población común”.  

Hete aquí que Alanis visibiliza un componente del que no se había hablado. “En César está la primera muestra del hilo que pende sobre la cabeza de los trabajadores cuando se oponen a un régimen represivo y regresivo de derechos. Tuvimos que luchar mucho por su libertad”. El juicio trajo muchas sorpresas. “La primera vez que se presentó Escobar, el policía querellante, se da cuenta -a partir de las pruebas que presentamos con la defensa- que César no había sido el responsable de la lesión que tuvo. Enseguida dijo ‘me bajo’. Tan simple como eso. A pesar de ello, el fiscal actuante siguió adelante con la acusación, no ya por resistencia a la autoridad -uno de los delitos por los cuales fue condenado César- por las lesiones graves al policía”.

El relato de la abogada es elocuente y preciso. “Hay una intencionalidad. Nos prohibieron presentar determinadas defensas. En un momento, de buenas a primeras, dijeron ‘Bueno, hasta acá, no hay más testigos. Hay que resolver esto’. Los informes periciales indicaban la imposibilidad de las trayectorias de esas lesiones, puedan ser responsabilidad de César y lo condenan a 3 años y 4 meses. Exactamente lo que pidió el fiscal. ¿Por qué es necesario que César vaya preso? Porque es la manera que tiene el Estado de aleccionar a toda persona que se movilice y reclame contra el gobierno. Simplemente eso”. Como conclusión del parte actual de la causa, tuvimos una serie de idas y vueltas. Obviamente la causa está recurrida y todavía no tenemos sentencia firme”.

Alanis detalla los vaivenes negativos de la causa. “La Cámara de Casación le dice al juez de primera instancia que tenía que revisar la pena. No la condena, sino el monto de la pena, ¿por qué? Porque no lo había fundado, porque no había valorado los agravantes o los atenuantes. Vuelve la causa y el juez Feliciano Ríos impone tres años y cuatro meses. Otra vez tuvimos que volver a la cámara que tuvo que fallar de modo dividido para tratar de sostener de alguna manera la posición que habían tenido. La causa arrancó en diciembre de 2017 con 70 personas detenidas. Con la cantidad de años que pasaron, desde entonces César tuvo una niña hermosa que ustedes ven acá, terminó el colegio, presentó varias obras de teatro y realizó toda una actividad, pero lo que dice la Cámara hoy, es de una gravedad inusitada. Dice que ‘más allá de que lo ven socializado, le va a hacer bien a César -les estoy citando casi literalmente lo que dicen los jueces- ir a la cárcel para aprender cómo se vive en democracia”.

Pero Arakaki recibe más demandas. Continúa Alanis su descripción. “Además de la causa penal, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó una denuncia civil contra César, Celia su compañera y contra el Frente de Izquierda. Reclamaban una millonada de plata -que ahora parece poquito- de 17 millones de pesos por los daños de la plaza. La Ciudad de Buenos Aires decía que Celia era responsable, pero no estuvo ese día. Salió toda una campaña en Clarín y La Nación diciendo que Celia, la esposa de César había roto todo. ¿Saben lo que les dijo el juez Gallardo? Les rechazó la demanda y les dijo que movilizarse es un derecho constitucional. No fue hace mucho tiempo esto. Guarda que no le vayan al juez Gallardo como ahora, a la jueza Andrade. Incluso, en la Corte Interamericana dicen que las movilizaciones no pueden ser ordenadas porque no sería una movilización. También hay una lucha y una disputa de derecho, pero el movilizarse es el derecho primordial que tiene la clase trabajadora, por la cual estamos emprendiendo esta batalla”.

Alanis cierra su informe diciendo que “César vaya preso, es un antecedente nefasto que quieren aplicarlo a cada una de las personas que nos movilizamos por los temas que sean, generalmente, los más sensibles”.

Al llegar el turno de César Arakaki, se lo notó emocionado. “Primeramente, quería agradecer a nuestra Asociación Argentina de Actores y Actrices. Cuando los medios empezaron a fogonear una foto y a agredirme, que yo era un mercenario, un asesino, fue gracias a una declaración que hizo la Asociación en mi apoyo que empezaron a decir “César Alakaki, el actor”. Detalló que “sacaron una foto mía del Facebook y la expusieron ante millones de televidentes. La foto tenía un arma, pero era de una película que estaba haciendo. No averiguaron de dónde venía, quién era y cuál era mi profesión. No era cierto lo que decía este periodista ni el medio, ambos muy conocidos”.

Diez días después, Arakaki fue encarcelado. “Cuando tuve la condena en primera instancia dije ‘algo tengo que hacer como actor, como artista para mostrar quién era yo’. Puede estar hablando un montón de gente pero no saben que, detrás de una foto, hay una vida. Entonces decidí hacer una obra de teatro que se llama ‘Tintorero’. Hice tres temporadas -la sigo haciendo- por lo que ya recorrí varias provincias. El teatro es una herramienta de lucha. Para mí, es como un alegato. Ahí es donde se cuenta todo, quien es esta persona.

«Tintorero» (Pasaje Arteson , Palestina 919, dto «5», domingos a las 17 h) retoma su vida y la de sus padres «que vinieron de Japón. Lamentablemente ya fallecieron, pero en Japón, ningún policía puede pegar, tocar a un jubilado. Son muy respetados los jubilados allá. Quería reivindicar todo eso, como la inmigración ya que mis padres vinieron de jovencitos de Japón. Amaban la Argentina. Trabajaron toda su vida y arrancaron como la mayoría de los descendientes de los japoneses, en una tintorería”.

La emoción de Arakaki lo lleva a destacar la presencia de dos de sus primeros docentes de teatro como Elvira Onetto y Ricardo Lago y a leer un fragmento de la obra.

Para terminar, Arakaki reiteró su agradecimiento a la Asociación Argentina de Actores y Actrices. “A veces podemos tener diferencias, pero somos compañeros. Siempre digo que, si necesitan apoyo, o algo, llámennos. Acérquense. Sabemos de las dificultades que está atravesando el país y lo que cuesta mantener todo esto. Es un momento difícil, pero tenemos que estar unidos.

Para concluir la ronda de la mesa, Coni Vera subrayó la función de la Asociación Argentina de Actores y Actrices «está para apoyar a todos los involucrados cuando sentimos que es una necesidad. Siempre está al lado de sus afiliados y es una de esas veces».

Con la apertura del micrófono a los presentes, hubo intervenciones importantes. Mirta Israel pidió que “tenemos que asumir un compromiso de salir a la calle con carteles de absolución a César. Es impactante cuando uno escucha que dicen que quieren ‘meterlo en cana para que aprenda lo que es la democracia’. Hay que difundirlo porque es indignante“.

En el caso de Vanina Biasi, hizo hincapié en otro aspecto del caso Arakaki. “Tiene ese componente de la gran fake news armada desde el poder del Estado para justificar otras cuestiones. Necesitan demonizar a nuestro pueblo, colocarlo en el lugar de la violencia. Más en estas épocas en donde tenemos una ministra que está en todos los medios de comunicación fingiendo demencia para justificar el intento de asesinato contra Pablo Grillo». La diputada tomó una situación que le ocurrió. “Me tocó estar en el centro de monitoreo. Había chicos que los agarraron al voleo para justificar una cantidad de detenidos. Hoy está el debate por la jueza Andrade sólo porque a una jueza se le ocurrió hacer lo que había que hacer. Algo que en este país es una excepción y no la regla».

Biasi destacó que el caso de César es para “mostrar, instruir y explicar qué es lo que ocurre. Nos permite ilustrar también la etapa presente y la gravedad que tiene”. Para concluir, visibilizó el pedido de justicia por “Fernando Gómez,  que fue asesinado en el norte de Salta, por Ivo Rodrígo Torrez que fue asesinado por la Gendarmería de Bulrich, en el norte de Jujuy y por todos aquellos que hoy están siendo afectados por esta represión infame al servicio”.

En el caso de Néstor Pitrola, afirmó que “la absolución de César es una bandera para todos nosotros” y retomó la palabra de Ricardo Lagos en tanto “La actuación es trabajo. Es esa conciencia la tenemos que llevar en todos los sectores del arte, muchas veces no comprendidos”. Pitrola hizo suya la idea de la Dra Alanis de “una justicia direccionada”. “Ahora lo tenemos muy patente en la persecución a la jueza Andrade para disciplinar a toda la justicia”.

En la parte final de la presentación, la doctora Alanis respondió algunos interrogantes muy puntuales. Afirmó que “nos quedan todavía recursos sin resolver ante La Corte. Algunos presentados, algunos que todavía no es el momento de presentarlo, pero por supuesto vamos a ir a La Corte y eventualmente a los tribunales internacionales que corresponden”.

Con respecto a la condena de César, confirmó que “bajó y es de 3 años. Es el tope para que una pena sea de cumplimiento efectivo, pero La Cámara tuvo esta maldad de decir que tiene que ser -por voto dividido- de cumplimiento efectivo e implicaría que, a los 7 meses de prisión César podría estar en libertad. No sabemos cómo van a ser porque el poder judicial tiene un grado de arbitrariedad tan enorme que nos sorprende».

Alanis fue muy clara con esto último. “Hay una especie de ‘justicia a la carta’. Dan la sentencia escrita de antemano, vemos cómo la acomodamos y chau.  En ese sentido, no puedo dar garantías. Estamos mejor que antes pero en lo que hace a los hechos, capaz que la condena es casi de cumplimiento efectivo y total”. Agregó que “tenemos un Estado y un poder judicial de Comodoro Py que se empeña en perseguir a los luchadores. Son perros de caza para seguir criminalizando y marcando fuertemente que le puede pasar todos. Cualquiera de nosotros podría ir preso. Obviamente, no hay que desmoralizarse. Nos seguimos movilizando, reclamando y denunciando esto que está ocurriendo. Lo de César es una muestra de que no nos pueden vencer y su libertad es una garantía de que cada vez que toquen a un compañero o una compañera habrá una fuerza popular que salga respaldarlo, para que estas injusticias no sigan ocurriendo”.

Para finalizar el encuentro, brindó su palabra una señora de la comunidad japonesa. “Soy del grupo de familiares desaparecidos de la colectividad japonesa. Cuando nos enteramos de lo que pasó con César, empezamos a preguntar si alguien lo conoce o a la familia, porque a nosotros, cuando nos desaparecieron a nuestros familiares, estábamos en la soledad absoluta y no sabíamos qué hacer. Queríamos saber cómo podemos ayudar”. Al respecto, recordó que “llamé a Norita Cortiñas y me dice ‘Uy, hay que hacer algo’. Justo ese día, en la ronda en de la Plaza, me mandaron una foto de ella con la foto de César”. Asimismo, reconoció que “con el tiempo, fuimos reconocidos dentro de la colectividad y estamos haciendo fuerza para comprenda qué es lo que está pasando en el país y se involucre”.

La conferencia de prensa termina con una foto con la mayoría de los presentes, brindando el apoyo necesario a César Arakaki. Más allá de tener una red de contención adecuada y un equipo legal de nivel, queda de manifiesto como se ha transformado el poder judicial en un sucedáneo de un ejecutivo que, al día de hoy, atrasa años y persigue a quien ose contradecirlo.

Como última observación, y a titulo meramente personal, no puedo dejar de pensar la cantidad de medios (grandes, chicos y cholulos ahora llamados “influencers”) había en la presentación del BAFICI. Muchos podrían haber ido a la Asociación Argentina de Actores y Actrices pero no. El periodismo también es cómplice de esta era oscura, dominada por orates y terraplanistas. Tal como decía Brecht, “el que no sabe es ignorante; el que sabe y no hace nada es criminal”.

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