Soledad Pastorutti: “El folklore encontró la vuelta para captar a los jóvenes”.

Referente del folklore nacional, vuelve a la conducción de “Ecos de mi tierra” en su quinta temporada con ánimos renovados. Con música en vivo y living de por medio para la charla, Soledad le toma el gusto a la conducción sin dejar de lado su carrera como cantante. “La Sole” dice que “el folklore está más abierto” y analiza su futuro con ECDL

 

 – Sole, ¿sos la única que le brinda una plataforma a los músicos en la tele para que toquen?
– Bueno, en realidad, si lo llevamos a unos años atrás, el programa era uno de los pocos lugares donde se podía tocar en vivo. El otro problema que hay en muchos programas es que te invitan a tocar y no tienen estructura. No podes tocar en vivo y tenes que hacer playback o algo asi. Hoy por hoy, la tele le está dando mucha importancia a la música. En “La Voz” han venido artistas a tocar y van a seguir viniendo. Este otro programa, que estaba en el 13 y ahora no está más, “Soñando por cantar”, también le daba la oportunidad a la gente. He visto que otros programas, con otros estilos, como el de Casella, ponen un artista a tocar en vivo. Hace un par de años, eramos los únicos. De hecho, creo que sacaron de los Martín Fierro, el rubro “Musicales” o le cambió el nombre. Había una crisis entre la música y la televisión. A mi me encanta que este programa de oportunidades. Esto, hablando de folklore. Badía hizo cosas maravillosas.  Soy más de esta generación pero tuve la suerte de conocerlo y que me haya dado la oportunidad de tocar. Badía, también Mateyko, fueron tipos que le apostaron siempre a la música. Me encanta que esto se siga generando.

-Además,  ofreces un living para hablar y para que el artista cuente sus cosas.
– Creo que, por eso, este año nos ha sido más fácil traer más artistas que otros años. Gustó la idea del living, del venir a hablar de su vida y sus cosas. Fue una idea del canal. Te digo la verdad, con la vorágine de vida que llevo, llegué y estaba todo armado. Es más, me puso un poco nerviosa el living. No me cuesta hablar pero una cosa es hablar de una y otra es preguntarle al otro, conocer al invitado. Deci que la idea del living es como que yo me ponga del lado del público y que del invitado, solo conoce la música que hace. No sabe si está casado, si tiene hijos y eso. Por ese lado, viene bien. Además, hay un muy buen trabajo de producción que busca datos interesantes lo cual me ayuda también. No es fácil.

¿Crees que hoy por hoy interesa más ser estrella que un buen cantante o interprete?
– Esto pasa no solo en la música sino también en el fútbol y en todos lados. “Nos vamos a salvar, vamos a ganar la Quiniela”. Puede ser pero estamos viviendo una época de búsquedas de las cosas fáciles. Parece que ser cantante o futbolista es un camino más corto, pero no lo es. La música es algo que acompaña a todo el mundo siempre. Vivir de la música es otra cosa. Ale Sergi decía el otro día que “uno puede vivir de miles de maneras de la música”. Se puede componer jingles, canciones, etc. Todos queremos ser lindos, cantantes, que nos quiera todo el mundo y vender discos. Soñar no cuesta nada y creo que, de alguna manera  yo misma, cuando me inicié, pensaba en la masividad. Si no, no me hubiese presentado en los grandes festivales. Lo que pasa es que no hay que perder de vista que es un laburo, que hay que trabajar. A veces, el público te dice que si y otras te dice que no. No siempre depende de uno. La verdad, no se de que depende.

Independientemente del mainstream, ¿cómo ves al folklore en cuanto calidad artística?
– Lo veo muy bien parado. Hoy por hoy, los folkloristas han hecho un cambio muy grande. En una época, y se habla mucho en el programa que hay instalado un dicho que dice que “el folklorista, con la primera plata que se ganaba, se compraba un auto” en vez de comprarse una guitarra mejor mientras que el rockero cambiaba todo su equipo de sonido. Esto ha cambiado para bien. El folklore se ha profesionalizado muchísimo, desde que se ha vuelto más comercial en los 90 –y lo digo bien, en tanto que ha llegado a la masividad y a los grandes medios-, que llegó a Buenos Aires. El otro día, lo hablaba con Los Nocheros. Antes no había seguridad privada ni vallas en los recitales de folklore. Tampoco escenarios altos. Ahora todos son megashows, mucho más parecido a otros géneros. Esto lo veo bien. Aparte el folklore tiene esto y lo otro, como peñas, festivales más chiquitos. Tiene muchos ambientes donde vivir. Entonces, nunca va a morir. Esto lo digo por el interior del país. Si lo llevas a las grandes capitales hay una gran diferencia, que es lógica, de forma de vida, de tiempos y propuestas.

¿Hay un folklore que le encontró la vuelta para captar a un público más joven? Es impresionante la cantidad de gente de 20 a 30 años que va a ver folklore y que antes iba a ver un recital de rock.

– Los géneros están más mezclados. Ahora no se si se puede hablar de folklore, rock o cumbia. A veces, todo es la misma cosa pero en las bateas, te ponen el disco en un lugar determinado. Existen distintos tipos de “folklore”. Están los Chaqueño, Soledad, Nocheros, Jorge Rojas por un lado, Liliana Herrero por otro y también Arbolito. No me gusta etiquetar a la gente. Aca mismo se los presentó a ellos como una banda de rock que hace folklore. Asi estaba escrito en el guión pero me parece que a ninguno de nosotros nos gusta que nos pongan en un lugar como muy estático. Somos lo que somos. En un punto lo buscamos y en otro, no. Si uno pudiese decidir donde estar, sería mucho más fácil. El folklore es más abierto y más rico. Hay de todo. En los últimos años, se usan rastas y no hay necesidad de usar el típico traje de gaucho. Se ha permitido la batería y la guitarra eléctrica y está bien, siempre y cuando siga existiendo el otro folklore, el de Larralde. Que una cosa no quite la otra. Todo tiene que convivir. Obviamente un pibe de quince años te va a elegir a Arbolito y no un Larralde. Sería raro que lo elija. De hecho, a mi me miraban raro cuando decía que lo escuchaba a los quince años.

-¿Pensás ser conductora a futuro?
No es una mala opción. Nunca siento en otras facetas lo mismo que cuando subo al escenario a cantar. Salir de gira sigue siendo lo mio. El ir en micro y hacer valijas, me hace arder todo y me gusta mucho. Lo que si noto, al hablar con los artistas, es que uno se va cansando de viajar, no tanto del show, porque es la parte más linda. Es una vida bastante dura la que llevamos, durmiendo poco y demás. Más aún cuando se trata de una mujer que acarrea familia y todo, no es fácil. A veces, uno se pregunta como va acomodando esta locura. Ser conductora es una buena opción. Al menos para pensarlo en algún momento. Decir “este año descanso de las giras”. Sobre todo porque no siempre lo que ofrece uno sobre el escenario es bueno y claro. A veces paso etapas donde no se donde estoy parada y no se si está bueno lo que estoy haciendo. Por eso, está bueno frenar.

¿Cómo vas a hacer ahora con tu vida, que va aumentando la familia?
– Mirá, mientras los nenes sean chiquitos, la idea es seguir viajando como hasta ahora. Antonia tiene su cama en el micro y llevamos la mamadera y los pañales. Donde pueden ir tres, pueden ir cuatro tranquilamente. Lo que si se va a complicar es cuando empiecen el colegio. De eso estuvimos hablando con Adriana Varela que le tocó en el mejor momento de su carrera, más de grande, y tuvo que agarrar a sus hijos. Lo logró y no tuvo problemas.

-La idea es quedarse allá, con el ritmo escolar de los chicos?
– Si. Antonia está yendo a una guardería allá. No tiene que cumplir horarios.

– ¿Los criarías aca?
– No creo. Lo que pasa es que va a depender de las circunstancias. Cuando me casé, lo primero que le dije a mi esposo fueron dos cosas: dentro de casa no se fuma (eso lo tenemos que acordar –yo también tuve cosas que ceder, como todo-) y si a mi me llega a salir una oportunidad en otro país, necesitaría que me apoyes y me digas de ir, porque lo voy a hacer. Al menos, lo voy a intentar. Después, siempre podés volver. Con los años, me di cuenta que a Arequito puedo volver siempre. De hecho, allá tengo mi casa y ahora, con las comodidades que hay, internet y demás, tengo una oficina acá, a la que no vengo nunca, salvo para cosas puntuales. Sigo en Arequito pero viajo por todos lados. No me hago problema por eso. En Arequito vivo a un kilometro del pueblo.
 
¿Los peores nervios son frente a una cámara o frente a diez mil personas?
– Siempre frente a un público aunque depende ante que me estoy exponiendo. Mis peores nervios los paso en Cosquín, en Capital Federal cuando presento un espectáculo aca. Ni hablar si no estoy bien de la voz o hay una canción nueva. Si tengo que cantar el himno… lo cual está buenísimo pero si te llegas a olvidar la letra del Himno, te aseguro que se van a acordar de vos todo el tiempo.

Es todo un tema el del himno….. 
– El himno tiene una cosa de lo que generalmente no se habla. Originalmente, tiene una tonalidad que la toca la fanfarria. Esa tonalidad no es cómoda para los artistas que lo hacemos. Por eso, no canto el himno con las fanfarrias. Mi condición es que prefiero a cantarlo a capella o que lo toque la fanfarria y yo no canto. No puedo cantarlo. Me dicen que van a cantar la tonalidad y no lo hacen. Una vez, confieso, dije que no andaba el micrófono. No lo podía cantar e iba a hacer un papelón. Uno lo hace con la mejor voluntad y es un orgullo que te llamen a cantar el himno. Además, me encanta el himno pero hay una cuestión técnica que si no la arreglas….Después están los más conservadores que quieren que sea en la tonalidad original. Perfecto, si va a ser asi, que lo toque la fanfarria y que lo cante alguien que lo pueda cantar en esa tonalidad. No me voy a enojar. Si queres que lo cante yo, lo tengo que cantar en mi tonalidad.

-Tenés pensado grabar tu propia versión del Himno?
– Si, la grabamos en el último disco, con un ritmo más folklórico. Tiene bombo…quisimos pasar por varios ritmos. Una baguala…

-Y si te piden una neutra, para que lo tenga la gente?
– Si, me encantaría. En mi tono, por favor! Jajajaja

-La palabra “autencidad” conspira contra la creatividad del músico?

– No, al contrario. Todo va a depender de como la maneja y si se abusa o no de la autenticidad. Yo se que en algún punto, le llego a cierto público y después me quedo con eso. Llego aca y algo va a pasar, sin prepararme y sin nada y me parece que no. Creo que tiene que haber un poco de todo. En eso coincido un poco con Axel, que hay mucho de transpiración en el trabajo del músico. Tiene que ver con que necesitas tomarte este tiempo para pensar, para pararte frente a un papel en blanco y a lo mejor, de los 365 días, en uno te salió algo. Después, tenes la manera de transmitir eso que hiciste y escribiste.

Te decía por el tema que hay artistas que toman a la “autenticidad” y se quedan estancados, sin abrirse a nuevos sonidos y haciendo siempre lo mismo.
–  Eso depende de como es cada uno. Yo respeto a la gente que se queda estancada…bueno, no estancada pero que le parece lo que está haciendo está bien y se queda girando en su mismo territorio. No me parece mal. Después estamos los locos como nosotros, que cambio todo el tiempo. Pero tengo una edad para cambiar todo el tiempo. Más adelante, no se si me voy a animar. Ahora puedo arriesgarme, mañana no se. Pero cada uno, que haga lo que quiera. Ahí está la libertad.

-El folklore, a diferencia del tango, se abrió muchísimo más y es mucho más amigable con los públicos.
– Si, pero eso se logró porque pasó algo con el Chaqueño, los Nocheros y conmigo, en esos años, que ni siquiera sabemos explicarlo. Mucha gente creyó que, como teníamos éxito, era por ahí por donde iba la cosa y a veces ni siquiera sabemos al respecto. Esta bueno que conviva todo, que se le de paso a la gente nueva y que se mantengan los demás.

¿Con que figura te gustaría graban un dúo?
– Mi gran ídola, y creo que nunca lo confesé, una persona a la que siempre seguí de chiquita, es Rocio Durcal. Me hubiese encantado cantar con ella.

-A vos te criticaron que cambiabas los formatos. Ahora los Nocheros están reversionando clásicos, poniendo cuerdas y demás.
– Es hermoso. Respeto mucho lo que hicieron los Nocheros y creo que son los verdaderos revolucionarios para mi, dentro del folklore. Yo estaba con dos guitarras y un bombo cuando empecé, por lo que era “políticamente correcto”, más allá de mi actitud en el escenario que no le gustaba a mucha gente. Me acuerdo que en el 97, 98, me preguntaban que opinaba de la batería en el folklore, pero ya diciéndote que no estaba bueno y, sin embargo, los Nocheros encontraron un sonido diferente y hoy por hoy, muchos se les parecen a ellos. Yo los admiro profundamente.

“Ecos de mi tierra”. Canal 7. Sábados, 22 hs.
Soledad Pastorutti en el Gran Rex. Sábado 3 de noviembre, 21 hs.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio