Las Damas de las Tablas 2023

El 2023 tuvo una buena cantidad de estrenos, en la senda de lo que había sido antes de la pandemia. A diferencia del año pasado, no hubo casi aquellos que se habían retrasado, cortesía del Covid.

Dentro de las obras que destacamos la semana pasada como “Lo mejor del año”, hubo actuaciones sensibles en las mencionadas, tanto como elencos puramente femeninos como “No me llames” o “Gaviota”. Aquí, aprovechamos la ocasión para destacar como “Cinematique Abasto”. Se retoma la idea de paseo-recorrido que coloca al teatro fuera de las paredes que suelen cobijar una puesta. Si bien ya está cansando un poco estas experiencias, aquí se juega con el tiempo, los lugares y las vivencias mientras combina música, teatro y cine. Esto, en plena relación con los espacios en que se vive y los hechos que atraviesan la existencia.

En lo que fueron los unipersonales femeninos, siempre son un universo en si mismo, además de ser una garantía de calidad a nivel actoral. Tal fue el caso de Stella Galazzi en “Verano”, que llevó adelante un rico texto de Luis Loyola Cano. Aquí, Ema se abre a los presentes en tanto su necesidad de verbalizar todo un mundo de sensaciones que necesitan encontrar oídos y corazones para establecer una comunicación plena. Es la capitana del barco de su existencia, con turbulencias y momentos de serenidad.

En esa misma línea, Carola Reyna brilló en “Okasan” en donde da vida a una madre que cruza el globo terráqueo para ver a su hijo en Japón. Ella ve cómo cambia toda su vida y lo que creía que era “lo correcto”. Como dicen por ahí, un viaje es como el amor o la guerra, “se sabe cómo empieza pero no como termina”. Con una performance rica en sus numerosos muchos matices, Reyna da cuenta de toda su capacidad actoral.

Otro caso fue el de Cecilia Hopkins, que ha desarrollado diversos unipersonales siempre con textos y búsquedas personales. En esta ocasión, con “La celebración de Manuela Saenz” que gira sobre la vida y pasión de quien fuera la compañera de vida de Simón Bolivar. La ironía y la risa conviven en partes iguales en la narración. Allí es donde Manuela relata las diversas aventuras y vicisitudes vividas junto al Libertador. El deseo de ambos de construir una Patria Grande y soberana se cruzan con el recelo de quienes ven en ella, una amenaza. Ni hablar si rompe con la crianza/conducta imperante en la época. Mujer de armas tomar, se enfrenta contra una sociedad que le teme y la condena.

Si hablamos de personajes históricos, tenemos a la madre de un profeta y a la pluma más importante que pasó por estas tierras. Nos referimos a “El testamento de María” y “Borges y yo. Recuerdo de un amigo futuro”. María toma por asalto el cuerpo de Eleonora Wexler que le hace justicia a un personaje más que complejo para llevar adelante. Una mujer que tiene mucho por contar, más allá de que su hijo es un ser más que especial. Su relato es atrapante. Un «Lado B» de la historia y la pasión de Jesús, con una Wexler exacta, que lleva el peso del mundo sobre sus hombros pero con la sabiduría de quien aprendió con el paso del tiempo y reflexiona, sin perder la claridad.

En Borges, es Andrea Bonelli que lleva adelante una actuación descomunal en la que actúa, canta y homenajea a Jorge Luis con un espectáculo acorde. Ataviada con traje gris oscuro, se presenta en el escenario con ese aire de quien sabe perfectamente que va a hacer y de qué manera. Tiene la sartén por el mango y cuenta con los cuatro ases en la manga. Todo lo hace bien. Voz clara, alma y corazón puestos a disposición de la prosa de Borges.

Suele decirse que es más complicado hacer humor que drama. “Media Perdida” (foto de abajo) y “No me muero”, realizan esta tarea por demás complicada con propuestas por demás destacables. En la primera, Amarella es una joven que, a partir de un hecho por demás accidental como no encontrar una llave, abre la caja de Pandora del descargo en el que la perdigonada impacta a todos y todas. Visibiliza a una generación (o varias) de “cristal” con fuerte crítica a estereotipos y a un “deber ser” insostenible. En el segundo caso, la reconocida clown Julieta Carrera que debuta como dramaturga y directora. El trabajo puesto bajo la lupa, más si éste toma al cuerpo del individuo para su dominación, tal como un Venom del siglo XXI, de capitalismo salvaje.

Párrafo aparte para la dupla Daniela Catz-Fer Cantarella en «Noches Rusas -Chejov por dos-» y una nueva forma de ver la obra de un tal Antón, a través de la risa. Tampoco olvidamos a «Preciado«, una experiencia que combina el humor, la política y la risa junto con los textos del querido Paul.

Para el final, la vigencia sin fin de grandes actrices como Ingrid Pelicori («El Zoo de Cristal» y la nueva temporada de «La débil mental» y «Papá Bianco y los Alonso» con su hermana Irina Alonso, -otra grosa-) o Analía Couceyro en “Las Moiras”, que siempre tienen propuestas en las que vale la pena presenciar y enriquecerse, cada una con búsquedas personales y diferentes.  

La próxima crónica traerá a los “Hombres del teatro”.

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